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Editorial

Comparativo de encuestas nacionales a abril

Misterios que se develan detrás de las encuestas

Por Alberto Grille

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Las encuestas tienen misterios insondables que nos vuelven muy escépticos sobre sus resultados y motivan que mucha gente, definitivamente, no crea ni en sus números, ni en las empresas que las hacen, ni siquiera en que verdaderamente se ejecuten en el territorio. Sin embargo, como todas las cosas tienen sus explicaciones, también las tienen los resultados diferentes de las encuestas e incluso las aparentes inconsistencias de las mismas.

La última encuesta de Factum muestra un cambio extremadamente significativo en los resultados del Frente Amplio (FA) -que alcanza 40% de intención de voto- y del Partido Nacional (PN) -29%-.

Este resultado, de ser verdaderamente una instantánea del estado actual de la opinión pública, puede cambiar la perspectiva y las creencias del electorado en relación a las inminentes instancias electorales, que están encadenadas: elecciones internas de los partidos políticos, elecciones nacionales de octubre, eventual balotaje de noviembre y elecciones departamentales del próximo año.

La noticia es que el FA muestra en esta encuesta,  por primera vez en tres años y medio, posibilidades firmes de mantener el gobierno nacional.

No obstante, un observador imparcial puede asombrarse ante la diferencia que exhibe Factum respecto de tres importantes firmas encuestadoras (Equipos, Cifra y Opción), que presentan una llamativa paridad entre los dos principales partidos y el agujero negro que evidencia un alto número de indecisos.

Los resultados de Factum estarían exponiendo un retorno de “desencantados” al FA, lo cual es consistente con el predominio de Lacalle Pou y Sanguinetti en los partidos desafiantes y las graves crisis de La Alternativa y el Partido de la Gente. Dato no menor: los grandes medios masivos no exponen estas diferencias.

Desde el último trimestre del año 2015, el FA se situó en 35% (cifra que evidentemente volvía improbable un triunfo a nivel nacional), sin llegar nunca a alcanzar el 40%. El haber llegado actualmente a esa cifra, tomando los datos de la encuestadora Factum, refuerza nuevamente muy razonables esperanzas en sus simpatizantes con miras a las instancias electorales que comienzan el próximo 30 de junio y seguramente culminarán en un balotaje en noviembre de este año.

Lo contrario ocurre en la oposición, que se sentía muy motivada por los resultados muy alentadores que le adjudicaban las encuestas y ahora se encuentran con un resultado inesperado de una empresa, Factum, que todos consideran muy seria y creíble .

Tengamos en cuenta que el balotaje (acto electoral en el que se van a enfrentar dos personas bien caracterizadas) es una instancia distinta de la de noviembre y en la cual jugará un rol fundamental lo que ocurra en octubre.

Diferencias significativas

Lo que ha llamado la atención a numerosos observadores es que los resultados de Factum difieren significativamente de los de las encuestadoras Equipos, Cifra y Opción.

Esto se ve particularmente en las cifras de abril, en las cuales, según Factum, hay una diferencia de 11 puntos entre el FA y el PN (y tiene cero “indecisos”), mientras que las tres restantes dan una muy estrecha paridad entre estas dos fuerzas políticas y exhiben una cifra de gente que no contesta sobre su voto, de 13, 15 y 14 puntos respectivamente.

Diferencias metodológicas

  1. Diferencias en el producto buscado

La principal diferencia metodológica se da entre la búsqueda de la estimación de voto y la obtención de respuestas a una sola pregunta.

Estimación de voto (utilizado exclusivamente por Factum). Es un indicador en base a 24 variables (directas y transformadas), con el complemento de series de estimación de voto, que simula un resultado completo si las elecciones fuesen en el momento actual. Por tanto, la suma del voto a cada uno de los partidos más el voto en blanco y anulado totaliza 100%

Intención de voto (utilizado por Cifra, Equipos y Opción). Es el dato obtenido a una única pregunta. En el caso de Cifra y Equipos, se obtiene una respuesta abierta o espontánea. En el caso de Opción, se leen al encuestado las opciones de respuesta. Este método obtiene un elevado número de personas que no contestan o dicen que no saben. A esta categoría, esas empresas las califican de “indecisos”, aunque no expresan propiamente una indecisión, sino el no contestar de manera afirmativa la pregunta.

Corresponde aclarar que el método utilizado por las principales encuestadoras norteamericanas de nivel nacional (más de 40) y por prácticamente todas las principales encuestadoras europeas es el de Estimación de voto. El martes 8, el Centro de Investigaciones Sociológicas de España (CIS) publicó su último Barómetro, en que explica el uso de 76 variables directas, 32 variables transformadas y 22 series temporales en la estimación de voto. En el último mes, se han publicado hacia las elecciones españolas encuestas de 14 institutos y empresas de opinión pública, todas con el uso de Estimación de voto.

  1. Diferencias en el concepto de “indecisión” de voto

Una segunda diferencia tiene que ver con el impreciso manejo del término “indecisos”, respecto al cual surgen dos conceptos diferentes:

Indeciso como sinónimo de no respuesta afirmativa a la única pregunta (utilizado por Cifra, Equipos y Opción). Estas empresas presentan los cuadros con la palabra “indecisos” y no presentan a los que están indecisos entre varias opciones, sino a los que no contestan la preguntan o dicen que no saben. Lo que presentan es el porcentaje de personas que no da respuestas afirmativas, sin afinarse verdaderamente si son o no indecisos.

La estimación de diversos niveles de voto (utilizado exclusivamente por Factum). Esta estimación produce diversas categorías de voto: muy fuerte, bastante fuerte, algo fuerte, algo débil y muy débil. A su vez se agrupan en dos macrocategorías: Voto fuerte y Voto débil. Esta última macrocategoría constituye el área de voto débil o voto incierto, que podría considerarse algo parecido a ese término impreciso de “indecisos”.

Esta diferencia hace que el voto débil o incierto en el caso de Factum esté incluido en el voto a los partidos o, inclusive, incluido en el voto en blanco y anulado (porque hay voto muy fuerte en la dirección de en blanco y de anulado; quien vota en blanco o anulado no es necesaria ni principalmente un indeciso). En el caso de Cifra, Equipos y Opción, a los que no responden afirmativamente se los considera “indecisos”.

El voto oculto o silencioso

El voto oculto o silencioso ha sido detectado en múltiples estudios desde hace décadas, particularmente en sistemas electorales competitivos estables con partidos políticos de larga duración y alta pertenencia. En 1997, Elisabeth Noelle-Neumann elaboró la “Teoría de la espiral del silencio”. En forma simplificada, implica que hay un voto oculto o silencioso de quienes tienden a votar al partido político más cuestionado en los medios dominantes. Ese voto oculto jugó claramente en contra del Partido Colorado (PC) en las intenciones de voto hasta 1999 y juega en contra del FA con claridad desde 2014 y hacia estas elecciones.

Precisamente el presentar los datos como respuestas espontáneas o primarias a una única pregunta genera una subestimación del o de los partidos políticos que reciben mayor proporción de voto oculto, que en estas elecciones es el FA. Cuando se utilizan métodos para desentrañar el voto oculto, es cuando se corrige ese efecto (como lo hace Factum).

En el cuadro adjunto se ve como la reducida diferencia entre el FA y el PN que presentan Cifra, Equipos y Opción deriva del elevado número que no contestan opción de voto. La diferencia entre Factum y las demás es que Cifra, Equipos y Opción no relevan el voto oculto.

 

Dos más dos no siempre es cuatro

Algunos medios vuelven a presentar sumados a los partidos de la oposición, con lo que sugieren un inevitable triunfo de la oposición en el balotaje. En esta elección y particularmente en estos días, varios medios y encuestadoras presentaron siempre la suma del PN, PC y Partido Independiente (PI), con lo que instalaron la visión de la derrota inexorable del FA. Luego pasó lo que pasó, dos más dos no fueron cuatro, la suma no dio y probablemente no dará matemáticamente en esta próxima elección. La historia electoral de este país demuestra que la oposición no se unifica cuando llega la instancia del balotaje porque el tercer partido y los restantes no suman matemáticamente con el candidato del que sale segundo. Debido a las dificultades y resistencias que ha encontrado para acordar un programa común y para negociar condiciones de gobernabilidad, como reclamaba Jorge Larrañaga e incluso Julio Sanguinetti, la oposición no ha podido avanzar en estos meses y parece postergarse indefinidamente.

En las elecciones anteriores, en el balotaje de noviembre, los votos de la oposición fueron menos que los del FA y también menos que los obtenidos en la primera vuelta.

Y eso mismo ha sucedido en elecciones anteriores. Por tanto, es esperable que suceda lo mismo en noviembre. La encuesta de abril de Factum es un dato muy sustancial para la política y no debiera pasar inadvertido. Para los frenteamplistas, llegar a 40% es muy relevante y para la oposición es una señal de alarma.

Este dato de Factum a dos meses de las internas y a seis de las elecciones tendrá consecuencias.

 

 

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