A continuación, cuatro crisis que lo confirman.
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Dejar “el mejor trabajo del mundo”
El 7 de julio, Johnson anunció que dejaría el cargo de primer ministro y líder del Partido Conservador Británico. Continuará desempeñando sus funciones "hasta que se nombre un nuevo líder". Boris afirmó que lamenta dejar "el mejor trabajo del mundo".
El último año y medio de Johnson ha estado plagado de escándalos y crisis, tanto en relación con las políticas de su gobierno como personales (que, sin embargo, también han adquirido peso político). La gota que colmó el vaso fue la situación que desató el parlamentario Chris Pincher en el Partido Conservador. Se convirtió en uno de los "disciplinadores" de los conservadores, a pesar de que él mismo estuvo involucrado en una serie de escándalos. A finales de junio se hizo público el último de ellos. Resultó que Pincher estaba en un club exclusivo de Londres, bebió demasiado, después de lo cual "toqueteó" a dos hombres sin reciprocidad. El parlamentario admitió esto y dejó el cargo, después de lo cual se hizo público y comenzaron a aparecer otros reclamos en su contra.
Boris, quien nombró a Pincher para el puesto, mintió al afirmar que no sabía nada de los escándalos y su oscura historia. Sin embargo, de inmediato hubo quienes pudieron demostrar lo contrario: la BBC informó que el primer ministro conoció una queja formal contra Pincher. Y un exfuncionario público, Lord McDonald, dijo que a Johnson le habían informado en persona de la denuncia.
También hay señalamientos en contra del primer ministro por las múltiples fiestas alcohólicas en Down Street durante la cuarentena y por la propia gestión de la pandemia de coronavirus. Johnson reaccionó de la misma manera ante cualquier acusación en su contra: al principio negó todo, luego admitió y se disculpó.
Johnson llegó al poder con la promesa de llevar a cabo con éxito el brexit y mejorar el nivel de vida de las provincias, acercándolas poco a poco a la capital. Pero en cambio, durante su tiempo en el poder se han acumulado muchas quejas contra el político: la salida de Gran Bretaña de la UE no ha dado los resultados prometidos. Eso y también el contexto de la guerra en Ucrania y el embargo contra Rusia han hundido la economía británica en el abismo, se ha reducido el comercio y los ingresos, los precios de los alimentos están alcanzando cifras récords y las empresas y los consumidores están contando las pérdidas de la crisis energética.
Francia entra en período de economía de guerra
Las autoridades de varios países de la UE comenzaron a hablar de la crisis energética, que el invierno será muy difícil y que la gente necesita "apretar el cinturón". Los ciudadanos de los países de la zona euro están siendo preparados para las dificultades que tendrán que soportar por la postura belicosa de sus líderes respecto a Rusia.
Parecería que Francia, con su energía nuclear, estaba en una posición mucho más ventajosa en comparación con otros países europeos. Sin embargo, la participación de la generación nuclear en Francia disminuyó al 43% de su capacidad en junio, lo que sucedió, entre otras cosas, debido a fallas regulares en las centrales nucleares envejecidas.
La situación se complicó aún más por el hecho de que, desde mediados de junio, Francia dejó de recibir gas por gasoducto de Rusia, así que tuvo que cambiar a gas natural licuado (GNL). Así, mientras la UE habla de aumentar las "sanciones" contra Moscú, Francia ha ocupado el primer lugar en el mundo en términos de compras de GNL ruso, según el Centro analítico finlandés para la Investigación de Energía y Aire Limpio (CREA).
El ministro de Economía, Bruno LeMaire, reconoció que la situación en el sector energético es tensa, que los cortes de energía son posibles y que el gobierno ha decidido abrir una central eléctrica a carbón recientemente cerrada en St. Avold, cerca de la frontera con Alemania, este invierno.
El costo de la electricidad ha subido a niveles récord. Los suministros eléctricos mayoristas en Francia a partir de julio se vendían a más de 300 euros el mWh. Hace un año, el precio no superaba los 81 euros. Si bien el rápido aumento de los precios no golpea con todas sus fuerzas a los consumidores comunes, ya que el Estado en Francia paga subsidios y mantiene el porcentaje de los impuestos, se desconoce cuánto durará la crisis y si el presupuesto estatal podrá soportarlo.
En ese sentido, Francia está intentando aprobar una ley que le permita explotar las infraestructuras de gas en invierno, la "ley de poder adquisitivo", que le permitiría al ejecutivo francés tomar tales medidas si hubiera una amenaza para la seguridad del suministro de gas natural.
La industria alemana se paraliza
La economía alemana siempre ha sido considerada uno de los principales motores de la UE. Pero ahora este motor tiene enormes problemas. La revista inglesa Spectator publicó un artículo titulado "La industria alemana se paraliza", a propósito de que las exportaciones cayeron y las importaciones aumentaron en medio del incremento el costo de la energía.
Entre los problemas que aquejan a la industria alemana, la revista menciona que "la máquina de exportación industrial alemana fue alimentada por energía barata de Rusia, y ese combustible podría agotarse pronto".
Las reservas de gas en Alemania, en caso de no conseguir más energía desde Rusia, durarán hasta principios de otoño, respondió el jefe de la Agencia Federal de Redes de Alemania, Klaus Müller, en una entrevista con el diario alemán Die Zeit. Dijo que hay un plan de contingencia para un escenario sin suministro ruso, pero depende de tres factores clave: "Si conseguimos reducir el consumo. Si logramos sacar más gasolina. Y si logramos llenar las bóvedas. Si tuviéramos 48 meses de paz y tiempo, independizaríamos a Alemania del suministro de gas de Rusia a un precio razonable", aseguró Müller.
Si el país enfrenta una escasez aguda de gas, entonces, según el funcionario, "nos veremos obligados a ordenar el cierre" de varias instalaciones. Actualmente, el regulador alemán está actualizando los datos sobre el uso de gas e identificando industrias y empresas que, en caso de una crisis energética, recibirán gas antes que otras. Según Müller, se trata principalmente de hogares, hospitales y centrales eléctricas de gas.
Las empresas energéticas están sufriendo pérdidas gigantescas por el rápido incremento del costo de gas (este mes el precio del gas superó los 1.900 dólares por primera vez desde el 9 de marzo, según datos de la bolsa londinense ICE) y los cortes en el suministro de Nord Stream. En ese sentido, Uniper, que era el mayor socio alemán de Gazprom antes de la guerra de "sanciones" contra Rusia, es la primera empresa alemana que informa de una crisis de liquidez en medio del conflicto en Ucrania.
Según Bloomberg, Uniper está negociando con el gobierno alemán una ayuda financiera, la cantidad en cuestión es de 9.000 millones de euros. Las medidas de rescate pueden incluir no solo préstamos, sino también la nacionalización parcial y el permiso para trasladar parte de los costes a los consumidores finales.
El euro se desploma
Con el impacto de la guerra, con una crisis energética cada vez más profunda en la UE, sumados a los temores de una recesión, la zona del euro se ha visto más afectada que Estados Unidos y el dólar.
El miércoles 6 de julio por la noche el tipo de cambio euro-dólar cayó a 1,0187, acercándose a la marca de 1:1. El tipo de cambio está en su punto más bajo en 20 años, con una caída de más de 16% desde mayo del año pasado. De acuerdo a Bloomberg, la probabilidad de que el euro caiga a la paridad con el dólar es de 50%, y otros analistas no descartan que caiga por debajo de la paridad.
La política de la Unión Europea se ha perdido ante la realidad. Incapaces de actuar conjuntamente en función de sus intereses, sus países miembros han seguido ciegamente a Estados Unidos a un camino que los conducen a un final trágico. Y esto solo beneficia al país norteamericano.