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Mundo Argentina | alfabetización | Cuba

Yo, sí puedo

Cuba, Argentina y la labor de enseñar en el fin del mundo

Gracias a Cuba se implementa en Argentina el método de alfabetización "Yo, sí puedo" un proceso compuesto que facilita el aprendizaje.

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En la fría provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en la región patagónica de Argentina, la cubana Isabel Cristina Fernández coordina la implementación del método de alfabetización Yo, sí puedo.

La máster en Ciencias de la Educación trabaja como asesora del programa creado en la nación caribeña y aplicado aquí mediante acuerdos entre la Fundación Un Mundo Mejor es Posible y el Gobierno de ese territorio del extremo sur, cuya capital, Ushuaia, es conocida como Ciudad del Fin del Mundo.

Llegué a Argentina en diciembre, después de casi tres años de interrumpida nuestra tarea por la pandemia de la Covid-19. Es una experiencia inolvidable. Nos encontramos con personas de 60, 70 y 80 años de edad que no tenían elementos de lecto-escritura bien incorporados, no podían identificar un cartel público, entender un menú o la tablilla de una farmacia, contó Fernández en declaraciones a Prensa Latina.

Concebido entre 2001 y 2002 por el impulso del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, y la investigadora Leonela Relys, Yo, sí puedo es un método de enseñanza compuesto, en el que se utilizan los números para facilitar el proceso de aprendizaje mediante la asociación de cifras con letras.

Hasta el momento, fueron alfabetizadas con él más de 10 millones de personas en una treintena de Estados.

La propuesta pedagógica combina la enseñanza presencial con audiovisuales y la coordinación de un facilitador, lo cual garantiza una proyección social transformadora de los estudiantes.

También cuenta con versiones en otros idiomas, además del español, e incluso el sistema Braille, para invidentes.

Es algo incalculable cuando esas personas nos exponen sus experiencias de vida. No saben poner su nombre ni firmar y tienen que ser acompañados por sus hijos o nietos a los lugares, dijo.

Un caso que me marcó, agregó, fue el de un señor que quería obtener su licencia de conducción y su pequeña de 11 años fue quien lo ayudó a llenar los formularios. Ahora está con nosotros aprendiendo y está muy agradecido, comentó Fernández.

También destacó los beneficios del programa para migrantes provenientes de Bolivia, Chile y Perú, que necesitan comunicarse con sus familiares mediante cartas.

Esta es una provincia alejada de todo, muy diferente a lo que estamos acostumbrados en Cuba. Hablamos la misma lengua, pero hay muchos rasgos distintos. El clima tampoco es como al que estamos habituados. Tratamos de representar a nuestro país al frente de una brigada que estaba detenida por la pandemia, añadió.

Según precisó, Yo, sí puedo se comenzó a implementar en Argentina en 2010 y desde entonces fueron alfabetizadas 32.354 ciudadanos.

Hoy trabajamos aquí y queremos que se reinicie el programa en otros lugares. Tierra del Fuego tiene una población estimada de 190 mil habitantes y tres ciudades importantes: Ushuaia, Tolhuin y Río Grande. Alrededor de 890 residentes no recibieron escolarización alguna, dos mil 451 poseen un nivel de primaria muy bajo (un primer grado) y más de 11 mil 500 no llegaron a la secundaria, indicó.

De acuerdo con Fernández, esos datos no son despreciables y, por tanto, fueron abiertos puntos de alfabetización en los tres territorios.

A finales de enero inauguramos seis en Río Grande, cuatro en Tolhuin y seis en Ushuaia. El lunes pasado, pudimos celebrar la graduación de 70 personas en esa última ciudad. Fue muy emotivo el trabajo con ellos. Nos gratifica poder compartir, establecer espacios de intercambio y acercar la escuela a sus barrios y casas, afirmó.

Además, anunció que está previsto que otros grupos concluyan su preparación para principios de septiembre y finales de noviembre

Queremos, en un término de dos años, dejar a los estudiantes con un nivel que nos permita quizás avanzar en el proceso para lograr que todos los residentes en la provincia tengan habilidades de lecto-escritura, dijo.

También explicó que durante las clases son incorporadas iniciativas para facilitar el uso de las nuevas tecnologías.

Por otra parte, nos encontramos situaciones sociales muy crudas y las planteamos a las autoridades para intentar hacer una intervención completa y eliminar las desigualdades. Hay barrios muy desprotegidos, con elevada precariedad y condiciones difíciles de vivienda si se tiene en cuenta el clima existente, señaló.

Pese a los retos, Fernández agradeció la posibilidad de poder desarrollar “este hermoso trabajo, una tarea que dignifica”.

Fuente: Prensa Latina

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