El octavo vuelo de prueba del megacohete Starship de SpaceX culminó en nuevo fracaso. Ocho minutos después del despegue desde la base Starbase, en Texas, se perdió la comunicación con el cohete. La transmisión en vivo mostró que la nave comenzó a girar de manera incontrolada y al poco perdió el contacto, quizás por el apagado de varios motores.
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"Desmontaje no programado"
SpaceX confirmó que el Starship se desplomó tras sufrir lo que denominó "un rápido desmontaje no programado" durante su ascenso. La compañía aseguró que su personal está analizando los datos recopilados para identificar las causas del fallo. El propulsor Super Heavy logró aterrizar exitosamente en el complejo de lanzamiento después de separarse de la nave, siendo capturado por la torre de lanzamiento apodada 'Mechazilla'.
Tras el incidente, varios aeropuertos de Florida, incluidos los de Miami y Fort Lauderdale, implementaron restricciones temporales en los vuelos debido a la posible caída de escombros. En redes sociales circularon numerosos videos que captaron la explosión y los fragmentos del cohete dispersándose en el aire.
¿Dónde cayeron los restos?
El vuelo, que estaba programado para durar una hora, logró alcanzar una altitud de casi 150 kilómetros antes de que surgieran los problemas.
Aunque todavía se desconoce en qué lugares cayeron los restos, en redes sociales se difundieron imágenes de su caída captadas desde Florida y las Bahamas.
Pobre Musk, de fracaso en fracaso
Este es el segundo fracaso consecutivo en los lanzamientos del Starship. En enero, el cohete explotó aproximadamente ocho minutos después del despegue, y sus restos cayeron sobre islas del mar Caribe. En esa ocasión no se reportaron heridos y los daños materiales fueron mínimos.
A pesar de este nuevo revés, SpaceX continúa avanzando en el desarrollo del Starship, un proyecto clave para futuras misiones a la Luna y Marte. La empresa ha reiterado que cada fallo proporciona lecciones adicionales para mejorar la fiabilidad del Starship.