"Ser homosexual no es un delito, pero es un pecado", declaró el Papa Francisco en una entrevista con Associated Press este martes (25). El religioso también dijo que Dios ama a todos sus hijos tal como son y pidió a los obispos católicos recibir a las personas de la comunidad LGBTQIA+ en la Iglesia.
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En la conversación, Francisco recordó que es necesario distinguir entre pecado y delito, reforzando que “también es pecado faltar a la caridad unos con otros”, y reconoció que los obispos apoyan leyes que criminalizan la homosexualidad o discriminan a la población LGBTQIA+.
Según el argentino, este tipo de actitudes, sin embargo, está relacionado con los orígenes culturales, lo que significa que los obispos necesitan pasar por un proceso de cambio para reconocer la dignidad de todos los ciudadanos.
“Estos obispos deben pasar por un proceso de conversión”, dijo Jorge Bergoglio, y agregó que los religiosos deben usar “la ternura, por favor, como Dios la tiene con cada uno de nosotros”.
Según la publicación, al menos 67 países o jurisdicciones de todo el mundo criminalizan la actividad sexual consentida entre personas del mismo sexo. De estos, 11 pueden imponer o imponen la pena de muerte, según The Human Dignity Trust, encargado de combatir este tipo de legislación.
Para el Papa, estas leyes son "injustas" y por eso la Iglesia puede y debe luchar para acabar con ellas.
Citando el Catecismo de la Iglesia Católica, subrayó que los homosexuales deben ser bienvenidos y respetados, y no deben ser marginados ni discriminados. “Todos somos hijos de Dios, y Dios nos ama tal como somos y por la fuerza con que cada uno de nosotros lucha por nuestra dignidad”, enfatizó Francisco.