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Un desprestigiado y conflictivo Luis Almagro deja la OEA tras 10 años en la Secretaría General

Durante su gestión al frente de la OEA Almagro enfocó su atención en atacar a gobiernos de izquierda y mirar para el costado en otros casos.

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La Organización de los Estados Americanos (OEA) tendrá un nuevo secretario general a partir de este domingo 25 de mayo, cuando el uruguayo Luis Almagro culmine su ciclo al frente del bloque y asuma el surinamés Albert Ramdin. En marzo de 2015, Almagro fue elegido con el apoyo de 33 de los 34 estados miembros de la OEA.

Abogado y diplomático de carrera, venía de ser canciller de Uruguay durante el Gobierno del recientemente fallecido José “Pepe” Mujica (2010-2015).

Al asumir, prometió trabajar por una "OEA del siglo XXI", en la que "más americanos vivan en paz, con más democracia, más derechos humanos, más seguridad y más prosperidad".

Además, estableció como prioridad el retorno de Cuba al foro hemisférico, luego de su suspensión en 1962.

También prometió que no iba a competir por la reelección, pero cinco años después volvió a postularse al cargo y ganó, aunque con menos respaldo que en 2015: 23 miembros en 34.

El estilo de Luis Almagro

El exembajador uruguayo en Cuba, Ariel Bergamino, subsecretario de Relaciones Exteriores de Uruguay entre 2017 y 2020, considera que luego de diez años de gestión, Almagro no cumplió con los objetivos que prometió al comienzo de su mandato.

"América sigue estando fragmentada, es una región irrelevante en el concierto global, hay descontento y desprestigio de la democracia. Sería un exceso responsabilizar únicamente a Almagro por estos problemas, pero él ha contribuido con ellos", opinó Bergamino en diálogo con la Agencia Sputnik.

El exdiplomático consideró que una parte de los problemas de la era Almagro en la OEA se debieron a un estilo de conducción "confrontativo e histriónico".

En su opinión, Almagro se focalizó "casi obsesivamente" en chocar públicamente con cuatro mandatarios cuya legitimidad está cuestionada por la mayoría de los países de la región: El presidente venzolano, Nicolas Maduro, su par de Cuba, Miguel Díaz Canel, su homólogo de Nicaragua, Daniel Ortega, y el expresidente boliviano Evo Morales.

"Ese estilo no ayudó a la diplomacia ni al diálogo para encontrar soluciones a la situación política en esos países. El secretario general de la OEA tiene que ser parte de las soluciones y no del problema. Debe ser sobrio y articulador", opinó Bergamino.

Aplica Carta Democrática

Uno de los puntos más cuestionados del ciclo del uruguayo fue la aplicación de la Carta Democrática Interamericana (CDI), a Venezuela, Nicaragua y Bolivia.

Este documento, vigente desde 2001, establece sanciones y mecanismos de presión diplomática en países de la región cuya democracia se ve amenazada o interrumpida.

El secretario general saliente afirma que la aplicación de la carta fue una de las banderas de su mandato.

"Hemos hecho un trabajo fuerte, intenso, de deslegitimación de cada una de las dictaduras del continente. Ese ha sido nuestro trabajo, eso es lo que nos exigía la normativa de la organización. No permitimos la normalización de dictaduras en la comunidad democrática de las Américas", afirmó Almagro el 16 de mayo en un evento con opositores cubanos y venezolanos en la ciudad estadounidense de Miami.

Para Bergamino, la aplicación de la CDI estuvo "sesgada" hacia gobiernos de izquierda.

Además, opinó que Almagro hizo una interpretación "demasiado laxa" de esa norma.

Ese estilo no ayudó a la diplomacia ni al diálogo para encontrar soluciones a la situación política en esos países. El secretario general de la OEA tiene que ser parte de las soluciones y no del problema. Debe ser sobrio y articulador Ese estilo no ayudó a la diplomacia ni al diálogo para encontrar soluciones a la situación política en esos países. El secretario general de la OEA tiene que ser parte de las soluciones y no del problema. Debe ser sobrio y articulador

"La CDI tiene instrumentos que apuntan a una solución negociada de los conflictos y todo eso se salteó. Y eso quedó claro en casos como (el de) Venezuela", afirmó el exfuncionario.

Distinta es la visión de Didier Opertti, canciller uruguayo entre 1998 y 2005, durante parte del el segundo Gobierno de Julio María Sanguinetti (1995-2000) y el Gobierno de su sucesor, el también dirigente del Partido Colorado (centroderecha), Jorge Batlle (2000-2005).

En diálogo con la Agencia Sputnik, Opertti opinó que Almagro tuvo la "valentía y la capacidad" para aplicar "activamente" la CDI y poner en debate asuntos de la democracia en el hemisferio.

Opertti consideró que Almagro actuó dentro de sus facultades y agotó todos los mecanismos diplomáticos previos a la aplicación de la CDI.

"Creo que actuó con independencia de criterio y supo manejar el peso que tiene EEUU dentro de la OEA. No hay que olvidar que Washington aporta la mayoría del financiamiento y tiene una influencia muy importante en las decisiones", recordó el excanciller.

Venezuela

El ciclo de Almagro estuvo marcado por su enfrentamiento con el Gobierno de Venezuela, especialmente con el presidente Maduro.

En reiteradas oportunidades, el secretario general invocó la CDI contra el país caribeño y denunció persecución política de opositores, violaciones a los derechos humanos y falta de garantías electorales.

Los enfrentamientos provocaron que Venezuela dejara de participar en la OEA en 2017, una decisión que según Bergamino "debilitó" a la organización hemisférica.

Al año siguiente, Almagro declaró que no se podía "descartar ninguna opción, incluyendo una intervención militar, para derrocar al régimen de Nicolás Maduro".

Meses después el Tribunal de Conducta Política del Frente Amplio (FA, centroizquierda), partido al que pertenecía Almagro, determinó que esas declaraciones eran violatorias de los principios fundacionales de la agrupación política y resolvió su expulsión.

"Aquella decisión no fue para reivindicar a Venezuela, si no para defender la propia carta democrática de la OEA. Fue en defensa del derecho internacional", recuerda Bergamino.

América sigue estando fragmentada, es una región irrelevante en el concierto global, hay descontento y desprestigio de la democracia. Sería un exceso responsabilizar únicamente a Almagro por estos problemas, pero él ha contribuido con ellos América sigue estando fragmentada, es una región irrelevante en el concierto global, hay descontento y desprestigio de la democracia. Sería un exceso responsabilizar únicamente a Almagro por estos problemas, pero él ha contribuido con ellos

Para aquel entonces, Almagro ya había perdido el respaldo de Mujica.

Tampoco contaba con el apoyo del entonces presidente Tabaré Vázquez (2005-2010 y 2015-2020), quien tuvo "aprensiones" a la postulación inicial de Almagro, relató Bergamino

De hecho, en 2019 la delegación de Uruguay ante la OEA se retiró de una Asamblea General que se realizaba en la ciudad colombiana de Medellín, luego de que Almagro invocara la aplicación en Venezuela del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, un pacto de defensa mutua que contempla una intervención armada en casos de amenazas a la paz.

Meses después, el FA perdió las elecciones a manos de la derecha y el nuevo presidente, Luis Lacalle Pou (2020-2025), respaldó la reelección de Almagro.

Otros casos

En varios momentos de su mandato, el secretario general saliente también condenó la falta de democracia en Cuba.

Para Bergamino, el excanciller uruguayo tomó posturas "contradictorias" a la intención de reincorporar a Cuba que prometió al inicio de su mandato.

El exembajador recordó que en 2017 Almagro intentó ingresar a Cuba para recibir un reconocimiento de una organización disidente, lo que generó un incidente diplomático con el Gobierno de la isla, que le impidió la entrada.

Además de Venezuela, Almagro también invocó la CDI en contra de Nicaragua y de Bolivia.

A instancias del secretario general saliente, la Asamblea General de la OEA declaró "ilegítimas" las elecciones de 2021, en las que Daniel Ortega resultó electo, lo que intensificó la presión internacional sobre el Gobierno del país centroamericano, que se terminó de retirar del bloque en 2023.

En Bolivia, Almagro fue protagonista de una de las crisis políticas más importantes en la última década en la región, luego de que una auditoría de la OEA detectara fraude en las elecciones de 2019 en las que el presidente Evo Morales (2006-2019) competía por la reelección.

Tras la publicación del informe, Almagro acusó a Morales de intentar dar un "golpe de Estado", lo que desató protestas opositoras que desembocaron en un quiebre institucional y la asunción de Jeanine Añez como presidente interina hasta 2020.

"Creo que tomó decisiones precipitadas en Bolivia. No sólo no resolvió lo que pretendía resolver, sino que al mismo tiempo complejizó la crisis política con sus declaraciones", recordó Bergamino.

Por otro lado, el exembajador opinó que la OEA se mantuvo "lejana" a otras crisis institucionales, como la de Perú en 2022, cuando el entonces presidente Pedro Castillo (2021-2022) intentó dar un autogolpe de Estado y fue sustituido por la hoy presidenta, Dina Boluarte.

Además, Bergamino entiende que la OEA se mantuvo "distante" de los diálogos de paz en Colombia; fue "inoperante" en la crisis política y social por la que atraviesa Haití y no logró grandes avances en otros temas importantes para el hemisferio, como la inmigración y el combate al narcotráfico.

Para Opertti, en tanto, la actuación de la OEA en otros asuntos sociales del hemisferio estuvo "muy limitada por los recursos disponibles", por lo que no se puede ser tajante en afirmar que el organismo estuvo alejado de esos temas.

¿Logros?

Con todo, Bergamino valoró el rol que el organismo hemisférico desempeñó para que se reconociera el triunfo de Bernardo Arévalo en las elecciones de Guatemala de 2023, luego de varios intentos de la Fiscalía y el Congreso de ese país por impedir su asunción aduciendo presuntas irregularidades electorales.

Además, el exdiplomático uruguayo valoró el buen desempeño que tuvieron las misiones diplomáticas que desplegó la OEA.

Opertti coincide con Bergamino y entiende que las misiones electorales se vieron jerarquizadas durante el mandato de Almagro con la participación de expresidentes y excancilleres.

Nuevo secretario

A partir de este domingo, la secretaría general de la OEA quedará a cargo del surinamés, Albert Ramdin.

El diplomático caribeño es canciller de Surinam desde julio desde 2020; entre 1999 y 2001 fue subsecretario de Relaciones Exteriores y Comunitarias de la Secretaría de la Comunidad del Caribe (Caricom) y entre 2005 y 2010 se desempeñó como secretario general adjunto de la OEA, durante el mandato del chileno José Miguel Insulza.

Al comparecer como candidato ante el Consejo Permanente del foro, Ramdin sostuvo que iba a promover la aplicación de las normas de la OEA en Venezuela, Cuba y Nicaragua.

De todas formas, se negó a calificar como "dictadura" al Gobierno de Maduro en Venezuela y agregó que iba a buscar el "diálogo" con Caracas.

(Sputnik)

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