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Murro, sobre negociación colectiva: “Hay situaciones diversas, pero hay avances”

Desde el Poder Ejecutivo, como desde el movimiento sindical, hay visiones diversas en torno al avance de la negociación colectiva. Mientras para el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, hay “situaciones diversas”, pero “avances importantes”, para el Pit-Cnt hay “una intencionalidad política” de las patronales para golpear la negociación.

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Como un intento por golpear a la negociación colectiva y una intención política, es visto desde el Pit-Cnt el retiro de las patronales del agro de los Consejos de Salario. Y así lo dijeron el pasado 22 de agosto en el marco del paro general de 24 horas: “Tenemos la clara percepción de que las patronales quieren vaciar la negociación teniendo como bandera un trasfondo político. Las patronales quieren desconocer la negociación colectiva. A modo de ejemplo, podemos señalar que la conflictividad en el sector lácteo tiene su centro en una cláusula de paz que ya tiene más de 20 años de vigencia. Esto deja en evidencia que se quieren obstaculizar avances y trancar la negociación colectiva”. No obstante, desde el Poder Ejecutivo la visión es más cautelosa. El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, dijo a Caras y Caretas que hay una negociación “con situaciones diversas”. “Quiero creer que no”, dijo al ser consultado sobre la posibilidad de una cierta intencionalidad política en la actitud de alguna de las cámaras patronales, como lo ha denunciado el Pit-Cnt.

“Primero tenemos que celebrar que estamos ante la mayor ronda de negociación colectiva. Ya están funcionando, o prontos para ser instalados, 227 grupos de negociación”, destacó el ministro. Recordó que además se ha aprobado una Rendición de Cuentas con “importantes” mejoras para varios sectores, en particular educación pública e Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU). Precisó que hay que tener en cuenta que la negociación colectiva estuvo suspendida en el país durante 15 años y que fue en 2005, “con la llegada del Frente Amplio al gobierno”, que esta se restableció, involucrando, incluso, a sectores que nunca habían negociado sus salarios, como los policías.

“Es cierto que esta negociación se viene desarrollando con algunas dificultades, según los sectores”, agregó. No obstante, “se está por firmar un importante acuerdo en la construcción, un sector que abarca a unos 45.000 trabajadores y que agrupa a gremios muy importantes, tanto desde el punto de vista empresarial como laboral y que a más tardar el lunes estará firmando su nuevo convenio colectivo. Se ha firmado en otros sectores muy importantes de la economía, como la bebida por ejemplo”.

Destacó que el lunes se firmará el convenio colectivo para el sector de citrus y arándanos, en el que “a diferencia de otros rubros del agro, donde las cámaras empresariales se retiraron de los Consejos de Salarios, se continúo negociando y ahora llegamos a un muy importante acuerdo. Tampoco es la primera vez que las gremiales, como la Asociación Rural y la Federación Rural, se retiran. Ya lo hicieron en 2016. Si en este sector no se reintegran a la negociación, habrá que laudar por decreto, pero habrá convenio colectivo para el sector”.

Reconoció que se generó una situación “complicada” en la industria láctea, pero que tras la negociación y el diálogo se está a punto de firmar un acuerdo para todo el sector, que incluye mejoras salariales y una cláusula de prevención de conflictos. “Sólo resta terminar de negociar algunos aspectos propios de la interna de Conaprole para firmar el convenio y laudar”, precisó.

No obstante, reconoció una situación que calificó como “provocativa” en el caso de los supermercados. “Nos ha llamado la atención el cambio en la composición de la delegación empresarial y la propuesta que le han hecho llegar a los trabajadores. Nos parece provocativa. Por lo tanto tenemos que hacer esfuerzos para superar esta situación y llevar a un cauce de diálogo”.

“Por eso, reitero, tenemos actitudes y situaciones diversas”, sentenció.

 

Enojo sindical

El enojo de los sindicatos con la marcha de la negociación colectiva comenzó el pasado martes 14 de agosto cuando las asociaciones patronales del campo se retiraron de los Consejos alegando que no había “condiciones y garantías para continuar esta ronda”. Esta falta de garantías estaba dada, según las gremiales, en “la fijación del Poder Ejecutivo de un correctivo en forma no ajustada al decreto del 29 de diciembre de 2016”, cosa que fue negada por el gobierno, que aclaró que el correctivo para los salarios de los trabajadores rurales se hizo de acuerdo a lo decretado. “El estancamiento en las negociaciones colectivas, promovidas por las cámaras patronales, atenta contra el conjunto de las trabajadoras, trabajadores y el pueblo en general”, señaló el presidente del Pit-Cnt, Fernando Pereira, durante la conferencia de prensa efectuada en el marco del paro general del 22 de agosto. Sostuvo que hay “avances escasos”.

Recordó que la Federación Rural y la Asociación Rural proponen “aumento salarial cero” para el sector del arroz. “Quince días después se retirarán de la negociación para no pagar $ 400 más a salarios de $ 20.000”, subrayó. El martes, una de las principales empresas de esa industria, Saman, anunció el cierre de su planta en la ciudad de Río Branco y el despido de sus 33 operarios. “¿Esta es una actitud negociadora o una actitud que debe ser cuestionada por toda la sociedad uruguaya? Son sectores que durante 100 años se acostumbraron a no negociar con nadie”.

Para el director del Instituto Cuesta-Duarte, organismo asesor del Secretariado Ejecutivo del Pit-Cnt, Milton Castellanos, “hay un trasfondo político” en estas actitudes. En declaraciones a la web de la central sindical, dijo que la actual ronda de negociación es “compleja”. “Estamos viviendo una realidad bastante compleja en la ronda de negociación colectiva más grande de la historia”, reconoció, y agregó que “los avances han sido escasos”. En su opinión hay una “deliberada actitud de las cámaras empresariales de vaciar de contenido la negociación colectiva y quitarle trascendencia” a lo que se discute. Castellanos está convencido de que “hay un trasfondo político. Las cámaras empresariales no quieren la negociación colectiva y pretenden que los salarios sean una variable más de los mercados, que son los que indican quiénes son los ganadores y perdedores”.

Fernando Pereira consideró que el retiro “es darle un golpe duro a las relaciones laborales. Lo peor es que después nos quejamos de los mecanismos y nos encontramos con que se destruyen los ámbitos de negociación, lo que lleva a la pérdida de la capacidad de diálogo. Cuando mayores son las diferencias, más diálogo debe existir. Esta actitud en realidad no nos asombra, ya que en la ronda de Consejos de Salarios anterior también abandonaron las negociaciones y el diálogo. Eso determinó que no estuvieran a la hora de la redacción del convenio y ahora cuestionan de forma retroactiva lo que estaba establecido. Esta postura y determinación de retirarse resulta muy dañina para una sociedad que apunta a estar integrada. Lo insólito es que quieren dejar de lado un convenio que establece un aumento de $ 400 como máximo, haciendo cumplir un correctivo, y se retiran de un ámbito que involucra a decenas de miles de trabajadores rurales. Esto no se puede permitir en Uruguay”.

 

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