Silvia Soler es escritora y profesora de literatura, egresada del Instituto de Profesores Artigas (IPA). Trabajó como periodista en distintos medios y actualmente se desempeña como editora. Dentro de sus publicaciones, se encuentran las obras de investigación periodística La leyenda de Yessie Macchi y La Carpera: memorias de una prostituta rural, entre otros títulos.
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Caras y Caretas Portal conversó con la escritora sobre sus motivos para firmar a favor de habilitar el referéndum sobre 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración.
Soler planteó la necesidad de debatir en torno a la LUC. «Hay una necesidad de conversar sobre esta ley, de entender», dijo. Agregó que «firmar para habilitar el referéndum es algo así como decir «discutamos esto». Una parte de la población tiene dudas y desacuerdos sobre el procedimiento y los contenidos. Entonces, pongamos sobre la mesa los argumentos de un lado y del otro, con calma».
En cuanto a la modalidad y los tiempos en que se aprobó la norma, reconoció que fue con celeridad, pero apuntó a que «más allá de la rapidez del procedimiento, la ley se votó durante la pandemia en un momento de gran confusión». Según su perspectiva, la ciudadanía no ha tenido «los espacios para analizar, argumentar y despejar dudas». «Lo que se votó incide en nuestras vidas, pero se hizo rápido como si hubiera temor a debatir», agregó.
Sobre las áreas más afectadas por la LUC según su visión, recalcó que «son tantos los artículos de esta ley que prácticamente no hay áreas que no hayan sido tocadas de alguna manera».
En lo que respecta al área de la cultura, entiende que «son pocos los artículos de la LUC que están dedicados a la «cultura»; en el sentido más convencional del término». Señaló como preocupantes la disolución de los Centro MEC, tema que «merecía un análisis libre de prejuicios, ver aciertos y errores, y profundizar el camino de los aciertos».
También advirtió sobre la habilitación de la norma a los museos nacionales para cobrar entrada, «una cuestión que es al menos discutible».
La escritora manifestó especial preocupación por «la creación de nuevos delitos, los cambios en el accionar policial y el aumento de penas para los adolescentes».
Soler reconoció que las cárceles uruguayas están superpobladas «desde hace mucho tiempo». Cree que es una cuestión pendiente para el país y algo que en lo personal le genera «gran tristeza». Sin embargo, entiende que «más personas en las cárceles no ha resuelto hasta ahora los problemas de seguridad. Contrariamente, algunos de los países más seguros tienen cárceles casi vacías y apuestan más a la rehabilitación que al endurecimiento de las penas».
A modo de síntesis, opinó que el articulado de la LUC se trata de «una reacción conservadora en áreas importantes», la cual «refleja una mirada de desconfianza hacia lo público y lo colectivo». «Por eso es importante debatir y ver hacia dónde va cada cosa y por qué, cuáles son las consecuencias», concluyó.