“Con la LUC es probable que comience un proceso de ajustes de lo que fue quedando para atrás. En lo que queda del primer semestre y en el segundo semestre del año es posible una mayor adecuación a los informes de la Ursea y por consiguiente mayores aumentos”, dijo a Caras y Caretas el senador frenteamplista Daniel Olesker.
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-Ya firme la Ley de Urgente Consideración (LUC), ¿a que escenario se enfrenta el país en materia de aumento de los combustibles?
-Lo primero es que la LUC ya estaba firme desde el momento en que se aprobó. Ahora está confirmada. Lo segundo es que el aumento del precio del combustible siempre es una decisión del Poder Ejecutivo, lo que la LUC hizo fue darle más importancia al informe preceptivo de la Ursea (Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua), pero finalmente el que resuelve es el Poder Ejecutivo. De hecho resolvió varias veces en este periodo haciendo ajustes diferentes a lo que la Ursea decía. Ahora, estas dos advertencias que son de tipo legal, con la LUC aprobada es probable que comience un proceso de ajustes de lo que fue quedando para atrás. En lo que queda del primer semestre y en el segundo semestre del año es posible una mayor adecuación a los informes de la Ursea y por consiguiente mayores aumentos.
Estos aumentos, ¿pueden traer una cadena de ajustes en cadena en otros sectores?
-Sin duda que puede haber aumentos en otros sectores. El gobierno ha dicho que está pensando en acuerdos de precios. Por lo general los acuerdos de precios tienen un efecto bastante pequeño y en un momento en el cual hay cierta reactivación económica las cadenas, que tienen mucho poder sobre la fijación de los precios, seguramente con el aumento de combustibles van a aumentar.
En materia de inflación el gobierno pronosticó 5.8, pero las consultores estaban dando entre 7.5 y 7.6. Yo creo que vamos a andar en el entorno del 8.
-Hace unos días un directivo de la Unión de Vendedores de Carne decía que el asado rebajado no estaba llegando a varios departamentos por un problema de costos de los fletes, o sea que el precio complicaba, ¿eso puede pasar en otros rubros si hay aumentos de combustibles?
-Primero una relativización: Aún en el caso de que el corte rebajado llegara estamos hablando de un efecto inflacionario no marginal, doblemente marginal. Dice la Encuesta de Hogares que fija el IPC que el asado es el 0,8% del valor del IPC. Y si yo le rebajo el 10% ese 10 es 0,8, o sea que rebaja 0,08, o sea que el impacto es marginal. La inflación no va a bajar por esa medida si es solo en ese corte. Ahora, dicho esto también digo que la promesa de un corte de calidad, de un millón o millón y medio de toneladas según el senador (Sebastián) Da Silva, por diversas razones, por ejemplo por fletes, no está llegando o sea que el efecto doblemente marginal que va a tener diría que es triplemente marginal.
-Alega el gobierno para justificar los aumentos la guerra entre Rusia y Ucrania, si el petróleo sigue aumentando por esa causa, ¡qué panorama se puede avizorar?
-Otra relativización: una parte importante de los aumentos fueron anteriores a la guerra. Previo a la guerra ya estábamos en el orden del 30% de ajuste. El último aumento fue de 8% en general o sea que ya estábamos por encima del índice inflacionario.
Obviamente que la guerra y el impacto sobre algunas commodities como el trigo y el petróleo -esa zona es de mucha producción- puede acelerarse. Son mecanismos de propagación inflacionaria. La génesis de la inflación está en la política tarifaria en general. La génesis de la inflación esta en otro lado. Estos son mecanismos de propagación, mecanismos de estimulo a una inflación ya desatada.
-Un panorama nada halagüeño…
-No es nada halagueño teniendo en cuenta además, y es un dato muy relevante a mi juicio, que los aumentos de salarios y jubilaciones del mes de enero para públicos o de julio del año pasado y enero para privados fueron hechos mayoritariamente, no todos, con esta proyección inflacionaria de 5,8. Entonces a los públicos le dijeron le vamos a dar 5.8 de inflación y 1,2 de recuperación, porque el gobierno había prometido que en el 2022 empezaba la recuperación salarial. Y no va a haber recuperación porque la inflación va a ser largamente superada, por lo tanto al famoso crecimiento se lo come la inflación. Hasta enero del año que viene no tenemos ajuste de públicos ni jubilaciones. Algunos sectores tienen correctivos, pero son menores. O sea que para el grueso de la población, recordemos que el 70% de los hogares uruguayos tienen como ingreso principal un salario o una jubilación, la situación es que tuvieron un aumento en enero con una inflación proyectada que va a ser, en el mejor de los casos, poco menos de la mitad de la inflación real. O sea que van a tener una perdida significativa.
-¿Otro año de caída de salarios y pasividades?
-De pasividades seguro, porque estas ya no aumentan más. De salarios depende como estén los correctivos, como estén las recuperaciones que se establecieron. Luego de dos años de caída de jubilaciones va a haber un tercer año de caída y luego de dos años de caída salarial en el mejor de los casos se mantendría, pero no crecería como dice el gobierno. Y hasta podría haber otra caída.
-¿El Frente Amplio hará algún planteo o propuesta para, por lo menos, mitigar las consecuencias de esto?
-Por un lado en la próxima Rendición de Cuentas vamos a preguntar, porque la ley de Presupuesto dice expresamente que en el 22 empieza la recuperación del salario perdido, y esta claro que el 30 de junio cuando recibamos la rendición, eso no va a pasar. Entonces vamos a preguntar que pasó con ese compromiso.
Por otro lado hay otros problemas, además de los ingresos, que tienen que ver con que la gente se tuvo que endeudar, hubo gente que tuvo alguna refinanciación, en base a la emergencia sanitaria, de la luz y el agua y ahora va a tener que pagarla y entonces puede haber cortes de servicios.
Nuestras propuestas se van a concebir como un paquete social y económico para la pospandemia, que va a ser tan dramática, desde el punto de vista de los trabajadores y los jubilados, como la propia pandemia.