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Mundo Chile |

Panorama en Chile a seis días de las elecciones presidenciales

El nuevo ocupante del Palacio de la Moneda enfrentará varios desafíos, mientras el país avanza en una nueva carta refundacional destinada a erradicar completamente la herencia de la dictadura.

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Siete candidatos optarán a ser presidentes de Chile, entre ellos una sola mujer. El elegido a ocupar el sillón presidencial heredará un país muy diferente al de hace cuatro años. Analizamos el perfil de los cuatro con más opciones a pasar a segunda vuelta.

La única mujer, Yasna Provoste, profesora, exministra de Educación del primer Gobierno de Michelle Bachelet, y miembro del pueblo originario diaguita, lidera la Democracia Cristiana.

El líder estudiantil Gabriel Boric representa a la coalición más a la izquierda del Frente Amplio y que tiene como aliado al Partido Comunista. Su candidatura es la más cercana al espíritu del 18 de octubre, cuando explotaron las protestas.

Otro candidato fuerte es el miembro de la ultraderecha, José Antonio Kast. Su discurso coherente e inequívoco, antiaborto, profamilia y lleno de certezas apela a esa derecha que se ha quedado huérfana en los últimos años en Chile.

También compite el candidato oficialista de centroderecha, el independiente Sebastián Sichel, criticado porque sus campañas anteriores fueron financiadas por empresas pesqueras y de gas, ambos rubros bajo la sombra de denuncias de lobby político y corrupción.

Economía, descontento social e inmigración, entre los desafíos del nuevo mandatario

El candidato ganador enfrentará una difícil situación económica, cuando muchas familias chilenas tendrán que sobrevivir sin las ayudas sociales con las que contaron durante la pandemia, que según cifras oficiales alcanzaron a 14,5 de 19 millones de chilenos.

Además, la economía se ve amenazada por un cuarto retiro de fondos de pensiones que se fragua en el Congreso actualmente y que podría disparar más aún los deteriorados indicadores como la inflación o altas tasas de interés. Por otro lado, las políticas de la pandemia también han generado un alto endeudamiento fiscal que habrá que reducir.

Junto a la economía Chile sigue sufriendo las consecuencias de un estallido social que ha normalizado el uso de la violencia y que todavía muestra un gran descontento en las calles por las demandas de una mejor salud, educación y pensiones que, dos años después, aún no se materializan.

El tema de la inmigración no es menos relevante. Ha sacudido con fuerza al país en el norte con la llegada de redes organizadas de tráfico de personas y un flujo de inmigrantes constante por el desierto, en su mayoría venezolanos que caminan miles de kilómetros antes de atravesar los pasos ilegales en la porosa frontera del norte.

Rescatar la confianza en las instituciones es otro reto en Chile. El actual presidente Sebastián Piñera enfrenta un juicio público, político, y una investigación de la fiscalía por presunto cohecho, delitos tributarios y soborno por el escándalo de los papeles de Pandora.

El camino hacia la nueva Constitución

Mientras todo esto sucede, el otro gran proceso político que se sigue fraguando en Chile comenzó a debatirse el 18 de octubre, dos años después de la revuelta social que cambió al país para siempre.

155 personas están redactando una nueva Constitución, la primera paritaria en el mundo y donde por primera vez en la historia política chilena los pueblos originarios tienen voz y representación significativa.

Entre los múltiples cambios que podría traer la nueva Carta Magna está reducir el omnipresente poder actual del presidente. Así que el próximo Gobierno podría ser uno de transición, hasta que se ponga en marcha la nueva Constitución que establecería nuevos plazos y formas electorales.

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