Para el gobierno uruguayo “el compromiso con los derechos humanos es irrenunciable”, dijo el ministro interino de Relaciones Exteriores, Ariel Bergamino, quién subrayó que el país “no discute su política exterior por Twitter ni acepta emplazamientos, aunque estos puedan ser motivados por las mejores intenciones”.
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“Uruguay reitera su preocupación por la situación en Venezuela y su disposición a ayudar en la medida de lo que le compete, sobre bases de pacificación y de diálogo franco y productivo de todas las partes”, afirmó Bergamino. Señaló que el director para las Américas de la organización Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, ha emitido en los últimos días una serie de comunicados que instan a Uruguay a sumarse a la declaración del grupo de Lima sobre Venezuela. Al respeto, señaló que esta “es una organización seria y prestigiosa, con la que el país tiene una trayectoria de diálogo y trabajo conjunto”. Sin embargo, sostuvo que “las manifestaciones en las que su representante emplaza a Uruguay vía redes sociales han sido desajustadas en su tono”.
“El Uruguay no discute su política exterior por Twitter ni acepta emplazamientos, aunque estos puedan ser motivados por las mejores intenciones”, enfatizó.
Un comunicado emitido este viernes 20 por el Ministerio de Relaciones Exteriores (MRREE), señala: “Uruguay es miembro fundador del Consejo de Derechos Humanos, presidió dicho órgano durante los años 2011 y 2012, y ha sido, es y será un activo participante en sus trabajos. Su compromiso con la protección internacional de los derechos humanos es unánimemente reconocido y valorado, y nadie, de buena fe, puede ponerlo en duda. Consecuentemente, la atribución de una voluntad complaciente de nuestro país ante violaciones graves de derechos humanos solo podría deberse a la desinformación o a un afán injustificable de desprestigiar el sólido y bien ganado reconocimiento del Uruguay en los foros internacionales de derechos humanos”.
Agrega que el país “tiene una política exterior independiente y soberana, fruto de los principios y valores que ha acuñado históricamente a lo largo de su participación en los foros regionales e internacionales. Esa política exterior, basada en convicciones profundas y no producto de coyunturas o intereses políticos circunstanciales, merece el mayor respeto”.