A partir de ese momento, los acontecimientos se desarrollaron a velocidad de vértigo, y la opinión pública accedió, atónita, al devenir de informaciones que hablaban de corrupción, pasaportes falsos, espionajes ilegales, lavado de activos y pescado congelado.
Astesiano fue formalizado rápidamente, y en marzo de 2023 fue condenado, en juicio abreviado, a 4 años y medio de privación de libertad. Luego de algún que otro traslado, hizo nido en la Unidad 19 de Florida (esa que también alberga al exlegislador blanco, Gustavo Penadés) por razones de seguridad y rehabilitación.
Allí Astesiano estudió, trabajó en la cocina y aprovechó su derecho a reducción de penas, que descuenta un día de reclusión cada dos de trabajo. En agosto del año pasado, Astesiano cambió de abogado. El Dr. Marcos Prieto dejó su defensa y la sumió el Dr. Ignacio Durán. Comenzaron sus salidas transitorias los días de semana, y hace unos meses recobró el aire de la libertad.
Como ocurre cuando un condenado está próximo a recibir la libertad, la Justicia de Florida y la fiscal le preguntaron qué plan tenía de futuro para rearmar su vida. Astesiano contó en esos días que con su familia y algunos amigos habían armado un proyecto de distribución de alimentos al mayoreo en la ciudad de Sarandí del Yí, donde pensaba instalarse al recuperar la libertad.
Alquilaron un local, se stockearon con productos de limpieza y comestibles y compraron una camioneta. Exponen también, para la venta, productos y artesanías hechos por los presos en los diversos talleres que brinda el establecimiento penitenciario donde Astesiano compartió la vida durante los últimos dos años.
Las cosas empezaron a andar bien. El comercio, según sus propias palabras, marcha lindo. “Distribuimos a comercios chicos y almacenes familiares de la zona rural de Florida y nos va mejor de lo que esperábamos”, le dijo Astesiano a Juana para Caras y Caretas.
Alejandro Astesiano, tiene claro que uno de sus fuertes es hablar, lo que pone muy nervioso al Gobierno de Lacalle Pou, que ya está en retirada, y ha dado varias entrevistas a medios radiales. Cada vez que habla, los blancos tiemblan, le tienen miedo.
Juana, que es inquieta y tenía ganas de hablar con Astesiano desde hace tiempo, al fin lo logró. Conversaron a cuenta de mayor cantidad y le contó que en estos días tiene dos proyectos encaminados. En marzo del año próximo comenzará un programa de streaming, como dijo él, con la barra de una radio amiga. El otro es ahora nomás: abrirá un nuevo local de Fibra Tim en el balneario de Cuchilla Alta del departamento de Canelones.
Le contó a Juana que hizo con sus socios un pequeño estudio de la zona y se enteró de “que en los balnearios Biarritz, Cuchilla Alta, Santa Ana, Sierras del Mar y Balneario Argentino hay pocos comercios, pocos negocios y precios muy altos”. Arranca esta semana con mucho entusiasmo y convencido de que le irá muy bien durante toda la temporada. Mientras tanto, el teléfono celular de Astesiano sigue el buen sueño de los justos, guardado en un cofre bajo siete llaves.
Los uruguayos nos quedamos sin saber qué conversaron, a lo largo de dos años, el presidente Lacalle Pou y su custodio de confianza, el Fibra, el que sería para todos los mandados. Hoy, el presidente de la República está terminando su mandato y disfrutará por última vez de la residencia presidencial de Punta del Este mientras sigue cortando cintas, sacándose selfies, las últimos de este quinquenio, mientras evalúa si entra al Senado o se va para su casa.
Alejandro Artesiano le manifestó a Caras y Caretas que su vida cambió. Colabora con un grupo de chiquilines, según dijo, Manos Solidarias. Trabaja ayudado en lo que puede, con alimentos; está entusiasmado de que Fibra Tim siga creciendo y le prometió a Juana que después de las vacaciones conversarán largo,