La empresa Francisco Cardama SA, que construye dos buques OPV para la Armada Nacional, enfrenta juicio civil y penal por la muerte de un trabajador en las instalaciones del astillero en 2022, informó. La Fiscalía española pidió una indemnización de más de 600 mil euros y 3 años de cárcel para los responsables del accidente laboral, informó Faro de Vigo.
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El de Iván C.C., fue uno de los accidentes laborales que en los últimos años sacó a la calle al sector naval de Vigo, recordó el medio gallego.


El trabajador de 42 años murió la mañana del 24 de noviembre de 2022, aplastado por una pieza de siete toneladas que se cayó de un camión. Un grueso cable de acero que estaba en el suelo contribuyó a desestabilizar la carga, resume la investigación.
Apuntan a tres responsables de Cardama
Tras un largo proceso judicial, el caso irá a juicio el 27 de noviembre en el Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo, con peticiones de prisión por parte de la Fiscalía de 3 años y de indemnizaciones para familiares de la víctima -entre ellos un hijo menor de edad-, por 606.220 euros.
Los señalados como responsables son el encargado del departamento de Seguridad y Salud y de I+D, un jefe de equipo y un jefe de buque. Los tres funcionarios de Cardama son acusados de un delito contra los derechos de los trabajadores y de otro de homicidio por imprudencia grave. Junto a las penas de cárcel y la responsabilidad civil de la que también debe responder la compañía aseguradora –que ya abonó parte de las indemnizaciones–, el fiscal pide para ellos la inhabilitación para el ejercicio de su cargo durante el tiempo de la condena.
Las irregularidades detrás del accidente fatal
El accidente ocurrió con motivo del traslado de una enorme pieza –«polín»– desde el lugar de su fabricación hasta el buque en la que debía ser ensamblada, para lo que se contrató a una empresa de transportes.
La Fiscalía describió que el enorme bloque de acero se cargó sobre el camión de forma vertical, «lo que lo hacía inestable al vuelco». Y cuando el vehículo se disponía a entrar marcha atrás por la puerta del astillero, por una zona «no del todo llana» y por encima de un cable de acero de cinco centímetros de diámetro, se produjo «una especie de bamboleo» que provocó que la carga se desestabilizase y se cayese por un lateral, aplastando al operario, que estaba en la zona de la puerta, en eses momentos él solo, esperando para la descarga.
El Ministerio Público apuntó en su escrito provisional a varios factores que contribuyeron al fatal desenlace. Uno de ellos tiene que ver con la organización del transporte especial del citado «polín»: junto a no «delimitarse» supuestamente el área concreta en la que se iba a maniobrar con el camión en el astillero, no se aseguró tampoco que «no hubiese nadie» en dicha zona. Si se hubiesen cumplido estas premisas «el accidente no se hubiera producido», ya que, asevera el fiscal, «nadie tendría que estar en el radio de acción del camión».
"Ninguna medida preventiva"
Otro de los factores tiene relación directa con el grueso cable de acero que pisó el camión en su trayectoria. «El cable que estaba en el suelo es un cable empleado para mover los barcos en las operaciones de varada del astillero», explica la Fiscalía, ahondando en que se había utilizado el día justamente anterior y, dado que la maniobra de retirada del mismo conlleva un día de trabajo y paralizar la actividad durante todo ese tiempo en la zona afectada, «se decidió dejarlo allí hasta el fin de semana». El accidente ocurrió un jueves por la mañana.
El fiscal argumentó que pese a conocerse la existencia de dicho elemento y la presencia del mismo en la trayectoria que seguiría el camión, «ni se adoptó ninguna medida preventiva» en relación con el mismo ni se paralizó el transporte de la pieza «hasta la subsanación de los riesgos detectados».