Bustillo ratificó intención uruguaya y Cafiero le respondió

En su discurso, Bustillo fue crítico con el bloque comercial y aseguró que “solo se asemeja a una zona de libre comercio imperfecta”, a la que Uruguay ha intentado “al menos cinco veces dar nuevo impulso (..) mediante programas y procesos que incluso apuntaron al relanzamiento del Mercosur”.

Enseguida sostuvo que a un país como Uruguay, de “desarrollo en transición y mercado interno reducido”, le es “imprescindible ampliar el acceso a terceros mercados para poder desarrollar proceso industriales sostenibles en el tiempo”.

“Por ello seguimos considerando que debemos conciliar una agenda externa ambiciosa, que nos permita negociar acuerdos con los actores relevantes del comercio internacional, actuando en el marco de un pragmatismo responsable”, continuó.

Sin embargo, Bustillo aclaró que dicha agenda “ambiciosa” se debe instrumentar “ya sea de manera conjunta con los demás socios del Mercosur, o en caso de no ser posible, de forma individual por cualquiera de sus miembros”.

“Nuestro país continuará actuando en materia de relacionamiento externo sobre la base de estos principios”, expresó.

Ya en una clara referencia al TLC con China, Bustillo reafirmó la “potestad de negociación con países y bloques extra zona, al tiempo que manifestó el compromiso “firme” de Uruguay con la “integración regional”.

“Respecto a esta negociación (TLC con China) hemos sido transparentes y hemos transmitido desde un comienzo a todos los socios fundacionales del bloque cuál era nuestra intención”, aseguró.

La respuesta argentina

A la postura uruguaya expresada por Bustillo respondió indirectamente el canciller argentino, Santiago Cafiero.

“En un planeta ya no solo regionalizado, sino fragmentado con proyecciones de crecimiento a la baja de todos los organismos internacionales, con serios problemas de desigualdad e incluso de hambruna. ¿Alguien puede imaginar, con el corazón en la mano, que vivirá mejor sin sus vecinos y hermanos?”, se preguntó Cafiero.

Después puso en cuestión si “acaso existe algún estudio serio que demuestre la ventaja de emprender caminos solitarios”, los cuales sostuvo pasan por encima de “la regla de oro del consenso en la que se basa” el Mercosur.

“Y no me refiero solo a la conveniencia de una u otra relación de terceros países o bloques. También hablo del perjuicio que cualquier ruptura del consenso puede acarrear sobre la suerte cotidiana de nuestros cuatro pueblos, conectados por lazos culturales, sociales, comerciales, turísticos, financieros y productivos”, añadió.

“Un Mercosur violentado en sus reglas y contenidos, y por lo tanto desnaturalizado, sería mucho más costos para nuestras capacidades nacionales y regionales”, concluyó.