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Política McKinsey |

Sin pedir credenciales

Cuando las multinacionales andan como Perico por su casa

Las multinacionales que asesoran al Estado, no siempre se ajustan a las normas locales por falta de controles o desidia

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Caras y Caretas Diario

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Las multinacionales durante la gestión de Germán Cardoso, y su vínculo con instituciones estatales prendió una luz amarilla; en mayo de este año un ex funcionario del estudio PwC denunció a la empresa por faltas éticas de carácter administrativo y por estas horas en Francia estalló un escándalo de proporciones con la filial de la multinacional estadounidense McKinsey por defraudación tributaria; en Uruguay, su filial elaboró la hoja de ruta del Proyecto de Hidrógeno Verde que lleva adelante el Ministerio de Industria, Energía y Minería.

La pequeña escala en Uruguay de su capacidad tecnológica y de recursos humanos es la causa principal de la contratación de empresas multinacionales para proyectos de envergadura.

Dichas empresas vinculadas a las ramas de servicios tecnológicos y asesoramientos en materia de los más diversos rubros (financieros, comerciales, productivos, etc.) realizan sus trabajos a término, aunque finalmente se instalan físicamente en el país con sus filiales, aunque no termina de quedar claro, salvo la generación de empleo para un pequeño y selecto número de personal nacional, qué otros beneficios aporta al país en materia de conocimientos, capacidades técnicas y tributarias.

El prestigio de dichas empresas por sus indiscutibles desarrollos y presencias en varios países hace que sean recibidos como los “grandes invitados a la fiesta” sin solicitarle la tarjeta de invitación o las credenciales.

Sin embargo, suelen generar algún dolor de cabeza como, por ejemplo, la empresa asesora en materia de políticas de difusión como la contratada por el Ministerio de Turismo en la gestión del ex ministro Germán Cardoso o la denuncia de el ex funcionario de PwC sobre la práctica de falsificación de firmas en algunas declaraciones de auditores del sistema financiero (Alan Llofriu, Caras y Caretas Nº 1068 de mayo de este año).

McKinsey Uruguay

McKinsey Uruguay es la filial uruguaya de la estadounidense McKinsey & Company, un hub (infraestructura que permite concentrar varias empresas) que atenderá aquí, en Bolivia y en Paraguay; instaló a principios de este año su oficina en la Torre 1 de la calle Luis Bonavita 1294 en la zona de Montevideo Shopping Center, según expresó al diario El País el associate partner en Uruguay de la firma, Alberto Fernández.

McKinsey & Company es una de las consultoras de estrategia más conocidas a nivel global, presente en 130 ciudades.

Según expresó al diario El País Alberto Fernández, cuatro son los objetivos en Uruguay: uno, mejorar la gestión de las principales empresas del país. Dos, crear nuevas industrias en torno al desarrollo sustentable (como hidrógeno verde, construcción sustentable, agricultura y ganadería sustentable). Tres, promover un hub tecnológico regional. Cuatro, continuar el desarrollo de un centro financiero regional.

Al momento, 12 personas trabajan en la oficina. “Cuántos vamos a ser de acá a 2025 no lo sé exactamente hoy, pero sí puedo decir que es un número relevante para lo que es McKinsey a nivel regional”, expresó Fernández a El País.

Ganando antes de empezar

En octubre del 2021, McKinsey Uruguay se encontraba brindando sus servicios y solicitando personal desde la red Linkedin (desembarcando, dirían ellos), antes de terminar de instalarse en marzo de este año.

Por los misteriosos caminos del mundo empresarial global, desconocido para el común de la gente y ejerciendo su objetivo de crear nuevas industrias en torno al desarrollo sustentable, McKinsey ganó un llamado del Ministerio de Industria, Energía y Minería de Uruguay para realizar la hoja de ruta de su proyecto de Hidrógeno Verde, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El subsecretario de dicho ministerio, Walter Verri, informó a Caras y Caretasque la hoja de ruta elaborada por la asesora multinacional se presentará el próximo 14 de junio.

En marzo, el ministro de la cartera, Omar Paganini, mencionó a la consultora expresando que “el país realizó una serie de análisis, que incluyeron a la consultora McKinsey & Company, y que hoy le permiten contar con una hoja de ruta. Este plan se ajusta muy bien a nuestra política que apunta a la descarbonización, así como también a nuestra política internacional de abrir y diversificar nuestros mercados”.

El proyecto de Hidrógeno Verde no es un proyecto menor; el mismo incluye un nuevo fondo sectorial que integran el MIEM, el LATU y la ANII. A su vez, importantes empresas apuestan a la estrategia de energía, ya que la misma no solo representa una alternativa al petróleo, sino que además danzan millones de dólares.

Las barbas de un lejano vecino ardiendo Por estas horas, Macron arde en París; senadores de oposición de izquierdas ponía el acento en que el gobierno del presidente había duplicado desde 2018 el recurso a consultoras privadas para múltiples trabajos de la administración del Estado, hasta representar 894 millones de euros en 2021. Se quejaban de que ese aumento de contratos atribuidos a las consultoras se había hecho sin transparencia y las mismas andaban como Perico por su casa. ¿Y por casa cómo andamos? Las barbas de un lejano vecino ardiendo Por estas horas, Macron arde en París; senadores de oposición de izquierdas ponía el acento en que el gobierno del presidente había duplicado desde 2018 el recurso a consultoras privadas para múltiples trabajos de la administración del Estado, hasta representar 894 millones de euros en 2021. Se quejaban de que ese aumento de contratos atribuidos a las consultoras se había hecho sin transparencia y las mismas andaban como Perico por su casa. ¿Y por casa cómo andamos?

Antecedentes de fraude fiscal

El cuarto objetivo de la empresa (desarrollo de un centro financiero regional) no tiene buena reputación en Europa. La denuncia de la comisión de la oposición en Francia llegó a la Justicia y a fines de mayo de este año, la misma llevó a cabo un registro en la sede que tiene McKinsey en París ante las sospechas de que la consultora estadounidense utilizó un montaje financiero para no pagar el impuesto de sociedades en Francia.

Una portavoz de la Fiscalía Nacional Financiera confirmó a la agencia noticiosa Efe que se estaba llevando a cabo ese registro dentro de la investigación lanzada contra McKinsey. Ese procedimiento se había abierto el pasado 31 de marzo por el delito de "blanqueo agravado de fraude fiscal agravado", precisó la portavoz.

McKinsey no había pagado el impuesto de sociedades entre 2011 y 2020. La empresa está sujeta al impuesto de sociedades en Francia, pero sus pagos se establecen en cero euros durante al menos diez años, mientras que su facturación en el territorio nacional alcanza los 329 millones de euros en 2020, incluido un 5% en el sector público, y emplea a unos 600 empleados. Como la denuncia surgió en el medio de una campaña electoral, el caso es denominado como el “McKinsey-gate”.

Las críticas a Macron se fundamentan además en que la empresa ya venía con problemas con Hacienda de España; en concreto, en 2019 la compañía recibió un expediente sancionador porque “habría acreditado improcedentemente créditos tributarios en la declaración del ejercicio 2013 correspondiente a la base imponible generada en 2008”. Según detallan los estados financieros, la consultora presentó alegaciones pero finalmente fue sancionada con 2,2 millones de euros. En el ejercicio anterior McKinsey ya abonó 1,9 millones de euros por impuestos de sociedades no pagados correspondientes a los ejercicios 2013, 2014 y 2015. Del mismo modo, en 2017 Hacienda reclamó a la compañía 9,8 millones de euros por cometer varias infracciones fiscales relacionadas también con el impuesto de sociedades y el impuesto sobre el valor añadido. Concretamente, 8,7 millones por impuestos no pagados y 1,2 millones en multas.

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Otra perla del collar, es que la Consultora McKinsey pagará multa de más de US$ 573 millones en los Estados Unidos por su papel en asesorar a farmacéuticas para potenciar las ventas de opioides (grupo amplio de medicamentos analgésicos que interactúan con los receptores de opioides de las células).

Según un reporte de Alessandro Ford para el Proyecto de Denuncia de la Corrupción y el Crimen durante más de una década, McKinsey aconsejó a Purdue Pharma cómo maximizar las ganancias del medicamento, lo que incluye dirigirse a los prescriptores de opioides de gran volumen, usar mensajes específicos para que los médicos prescriban más OxyContin a más pacientes y evadir las restricciones de la farmacia para entregar recetas de dosis altas.

El acuerdo se alcanzó con 53 jurisdicciones, incluidos 47 estados de EEUU, y viene con varios otros requisitos más allá de la multa de más de US$ 573 millones, que se gastarán en el tratamiento de opioides y en los esfuerzos de recuperación.

Entre ellos está que McKinsey debe dejar de asesorar a las empresas sobre medicamentos potencialmente peligrosos, debe poner a disposición del público decenas de miles de documentos internos sobre su trabajo para Purdue Pharma y otras empresas de opioides, y debe conservar todos los correos electrónicos relevantes durante los próximos cinco años.

El último requisito surge después de que surgiera la noticia de que dos socios de McKinsey sugirieron eliminar todos los correos electrónicos controvertidos relacionados con el asunto en 2018.

Sin tarjeta de invitación

Las denuncias en Estados Unidos y Europa fueron públicas durante los últimos 10 años y es extraño que en un mundo globalizado donde la información es casi instantánea, nadie reparó, incluidos los agentes el BID que financian proyectos, dichos antecedentes; en definitiva las multinacionales, por su sola luminaria, ingresan a “la fiesta” sin que les pidan tarjeta de invitación y sus credenciales.

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