En uno de los apartamentos de las hermanas Ripoll funciona una casa de masajes

Según Madeiro, la denuncia inicial fue presentada el 1 de julio de 2024 por la anciana, copropietaria de uno de los apartamentos involucrados, alegando que Valeria y Joana Ripoll, junto con sus parejas, ejercieron violencia contra ella. Entre los incidentes reportados está el corte del suministro eléctrico y amenazas de cortar el agua, a pesar de que la anciana es quien cubre los gastos de estos servicios.

A pesar de que la denuncia fue archivada rápidamente por la Fiscalía, se está preparando un pedido de reexamen para que se continúe la investigación. La jueza de familia especializada solicitó a la Fiscalía General de la Nación que se revisen nuevamente los hechos denunciados.

Irregularidades en la propiedad

Según el abogado existen varias irregularidades en la propiedad. En primer lugar, se arrogan el uso exclusivo de espacios comunes, lo cual es ilegal según el reglamento de copropiedad, ya que estos deben ser compartidos por todos los propietarios. Además, la abuela de las hermanas Ripoll, Eva Tejera, extravió los títulos de propiedad, complicando la verificación de derechos sobre los apartamentos, de los que también se conoce que hay uno que se encuentra hipotecado por un préstamo.

Durante la entrevista, Madeiro explicó que en el apartamento número 3, hay una casa de masajes, aunque se desconoce la naturaleza exacta de los servicios ofrecidos. El abogado también mencionó que se solicitó una inspección municipal para verificar la legalidad de las obras realizadas en la propiedad y destacó que ya se había identificado una obra sin permiso.

"Lo que sucede es que se trata de una propiedad horizontal un poco sui generis. Les explico, el apartamento uno tiene una entrada independiente a la calle con un número de puerta, y pertenece a otra familia. Los apartamentos dos, tres y cuatro tienen otra entrada compartida. El apartamento que está más cerca de la calle, para que se entienda mejor, es el número dos, donde vive la señora Joana Ripoll, su pareja y su hijo. Luego está el número tres, que ellas manifestaron en la audiencia de familia especializada el 15 de agosto que lo prestan para una casa de masajes, y el número cuatro, que es propiedad de nuestra representada, quien lo compró a la abuela de las hermanas", explicó Medeiro.

Cuando se le preguntó si la casa de masajes estaba vinculada a actividades terapéuticas o si podría estar relacionada con servicios de carácter sexual, Madeiro aclaró que desconocen los detalles específicos, ya que el apartamento no estaba alquilado, sino aparentemente prestado para esta actividad.