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Política Fossati | fiscal |

NO HAY QUE DEJAR  BLINDAR AL "UNO"

La fiscal Fossati está espantada

La fiscal Fossati dice estar desprotegida por sus jerarquías, pero sobre todo presionada y muy obstaculizada por quienes tienen la obligación de auxiliarla.

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Caras y Caretas Diario

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Hoy la prensa informa que la fiscal Gabriela Fossati, que dirige la investigación sobre el exjefe de la seguridad presidencial, Alejandro Astesiano, y sus nexos con funcionarios y autoridades del gobierno, pidió que el fiscal de Corte, Juan Gómez, remita la causa a un departamento de Delitos Complejos.

Con esto, de ser aprobado, Fossati dejaría de estar al frente del caso.

La Fiscal ha dicho a quiénes le preguntaron muchas cosas pero los medios consignan solamente sus reproches al fiscal Juan Gómez, quién es ubicado como el malo de la película.

Juan Gómez dice respaldar totalmente la investigación en curso y confiar en la capacidad de la fiscal Gabriela Fossati.

Dice hacerlo con todos los medios al alcance de la Fiscalía.

Dice que no aceptará trasladarla hasta que no finalice la investigación, que tal decisión protege a la investigación y a la gestión de la Fiscal y que no hay argumentos para hacerlo.

Algunos jerarcas de la Fiscalía de Corte nos dicen que el enemigo de la investigación no está en la Fiscalía sino afuera.

Personas que han hablado con ella nos dicen que se siente muy abrumada, desprotegida por sus jerarquías, pero sobre todo presionada y muy obstaculizada por quienes tienen la obligación de auxiliarla, sobre todo el Ministerio del Interior y la Policía, los Ministros de Relaciones Exteriores y Educación y Cultura y la Presidencia de la República

La anunciada renuncia de la fiscal Gabriela Fossati a continuar su actuación en lo que se ha dado en llamar el Caso Astesiano, es además de una pena, una decisión que evidencia la horrorosa situación que vivimos en nuestro país y la complica aún más de lo que la mayoría de nosotros imaginábamos.

El descubrimiento de que el exjefe de la seguridad del Presidente y su funcionario de mayor confianza era un delincuente serial, obliga a raspar hasta el fondo, como parecían reclamar varios jerarcas del gobierno y líderes de la oposición en los días inmediatamente posteriores al episodio.

También nos advierte de los peligros que acechan a la convivencia, a la democracia y a la estabilidad de las instituciones en un momento en que algunos sospechamos que en el gobierno, por arriba de Astesiano, hay mucho que se esconde y que, tal vez, no se alcance a revelarlo.

Al menos, por ahora…

Me animo a escribir esto porque lo escuché, en casa de uno de mis hijos, con mis propios oídos, de boca de quién está participando activamente en la investigación fiscal y tiene acceso a todos los documentos incautados y a los chats de los celulares secuestrados, de quién está en contacto con la fiscal y percibe las presiones a las que está sometida y está horrorizado de las mil estratagemas que se usa para colocarle piedras en el camino y llevar la investigación al fracaso.

No voy a dar más detalles porque me comprometí a reservar la identidad de la fuente, pero lo que afirmo es la pura verdad sin un punto ni una coma de más.

No conozco a la fiscal Gabriela Fosatti. De lo que conozco de ella, sé que es competente e inteligente, muy controvertida, muy comprometida con su profesión durante una larga carrera judicial, que es simpatizante del Partido Nacional y que aspira a ser traslada a una fiscalía de Delitos Económicos, lo que según diversas fuentes le ha prometido el fiscal Juan Gómez.

Me llamó la atención que en audiencia y en presencia del Juez de la causa que investiga, le quitara toda responsabilidad a Luis Lacalle Pou, adelantando una opinión que aún no había sido objeto de una investigación.

Me pareció una extralimitación, un prejuicio, porque el fiscal está para investigar y no para opinar

Otras cosas que he leído y que pueden ser objeto de interpretaciones diversas son detalles que sirven para un barrido o un fregado.

En lo sustancial, hasta ahora, la fiscal quiere investigar y según parece no puede.

A pocas semanas de haberle sido asignado el caso, la fiscal ha percibido los alcances políticos de lo que se investiga que trasciende fuertemente lo estrictamente judicial.

Eso le molesta. Sobre todo le molesta que la oposición pueda pretender obtener rédito político del evidente involucramiento del gobierno en este gravísimo episodio que ella misma califica como “escándalo”.

Resulta evidente que el “escándalo” toca la credibilidad y la confianza que la opinión pública pueda tener por el Presidente.

La designación de su Jefe de custodia no tiene explicación, máxime que ya se sabe que había sido advertido por muchas personas y particularmente por el propio Director Nacional de Inteligencia.

Haberlo designado para tal responsabilidad, sabiendo que se trataba de un estafador compulsivo y en reiteración real no puede justificarse.

Tal designación le proporcionó una plataforma ideal para alardear, imaginar y eventualmente efectuar innumerables estafas.

Ahora bien, ella está alarmada y está muy cerca de estar derrotada.

Quiénes están cerca de ella la escuchan decir que los que obstaculizan su investigación quieren llevar la misma al fracaso.

Eso piensan también al menos algunos de sus colaboradores y tal vez sus adversarios, los que no quieren que se avance en la investigación probablemente porque tienen algo que ocultar.

No se trata de los abogados de los imputados, que obviamente tiene derecho usar todas las tretas dentro de lo que autoriza la ley para que sus clientes sean exculpados.

Se trata de que desde el gobierno procuran obstaculizar que se investigue para arriba.

Se señala a los ministros Luis Alberto Heber, Francisco Bustillo, Pablo Da Silveira y a la Presidencia de la República.

Se dice que se hacen investigaciones administrativas para establecer un cortafuego que paralice la investigación Fiscal.

"Se esperaba la colaboración de todos los mencionados para aclarar la situación. En cambio, ¿qué se obtuvo? Pues casi un respaldo implícito a quienes figuran en esos chats", -le dijo otra fuente al periodista Carlos Peláez

Se dice que las investigaciones administrativas la conducen los propios investigados.

Se exonera de responsabilidad a quiénes aún no han sido siquiera citados a declarar por la Fiscalía.

Se filtran los documentos incluso antes de que lo conozca la propia Fiscal.

Es sabido que en los chats que el exjefe de la seguridad presidencial mantenía no solo con el escribano Alejandro Fernández y eventualmente con un par de ciudadanos rusos se cita a varias jerarquías y funcionarios ministeriales.

Pero "desde que trascendieron algunos nombres, la investigación comenzó a filtrarse. Y lo peor es que se flltra mal intencionadamente, se pasan datos a los medios antes que a la fiscal. Y eso pasa porque quienes deberían estar investigando para la fiscalía dependen de mandos que están mencionados en los chats".- continuó la mencionada fuente de Peláez

En realidad "las piedras en el camino se han colocado por parte de los ministerios y hasta de Presidencia. Parecería que en lugar de intentar aclarar los hechos, quieren tapar todo", dijo otra fuente consultada por Caras y Caretas.

Los ministros Heber, Bustillo y Da Silveira afirmaron casi al unísono que no les constaban irregularidades en sus áreas.

Hasta que lo oí, tenía hasta miedo de pensar hasta donde podía llegar la podredumbre. Lo que me relataba Peláez no me sorprendía, tanto como lo espantado que estaba Carlos.

Cuando lo tuve delante de mí y le pregunté a esta persona si creía que estábamos ante una mafia instalada en la Torre Ejecutiva, me dijo que sí. Es más, tengo la sensación de que la fiscal piensa lo mismo.

Es más, el propósito inocultable a blindar al Presidente y evitar la investigación abona esta hipótesis.

Lo mismo la estrategia de la defensa de Astesiano de aceptar un acuerdo en que que acepta colaborar y su culpabilidad en los delitos imputados, a cambio de la reducción de la pena pero excusándose identificar al que él llamó el “número uno” y hoy dice no recordar a quién se refería.

Lo repetimos. Estamos ante un hecho gravísimo que no puede ignorarse. Lo que decimos es la verdad, sin exageraciones, sin agregar color. Una Fiscal parece estar espantada porque no puede avanzar en una investigación sobre las conexiones de un delincuente bien arriba donde está el poder.

No es cosa de mirar para el costado. El campo está minado y uno debe suponer que se cruzan diversas operaciones políticas , de inteligencia y contrainteligencia. No obstante, hay que separar la paja del trigo. No soy quién para dar consejos. Todas las autoridades debe despejar dudas y dejar a la fiscal conducir su investigación sin ponerle trampas. Un final frustrado dejará demasiadas dudas y muy pocas certezas.

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