Quien haya visitado Jerusalén, transita y vivencia espacios compartidos, sagrados para muchísimas personas que conviven pacíficamente, cada quien en su ritos y costumbres. Sencillamente, no cuesta mucho darse cuenta que las causas de los terribles conflictos se deben buscar en otros intereses que claramente no son los de los pueblos, qué por su propia sabiduría, comparten y respetan, la diversidad de perspectivas.
Por eso es que insistimos, que esta inauguración debe ser analizada abarcando en términos históricos y políticos, la complejidad de intereses, que circulan claramente por otras rutas y no en sintonía con la vocación pacífica de los pueblos.
Un análisis sobre la oficina de la ANII
La instalación de esta oficina merece y debe ser analizada desde los diferentes aspectos que involucra. Aspectos que se entrelazan estrechamente, por aquello de que todo tiene que ver con todo. Por cuestiones de espacio, señalamos algunos de ellos. Empecemos por un elemento de identidad y de principios de nuestra Universidad, su autonomía y el cogobierno. Estos dos principios, tan caros para la institución, son generalmente atacados por ser expresión fiel de libertad y pensamiento reflexivo y crítico, sobre el papel que tiene la Universidad en nuestra sociedad y en su desarrollo. La Universidad se debate en sus propias contradicciones, por un lado, conservadoras y por otro, transformadoras.
Es a partir de la consagración en su ley orgánica, de su autonomía y su organización cogobernada que ha permitido que se den los mejores debates sobre, la pertinencia de la investigación, su participación en la contribución a mejorar la calidad de vida de todos y todas las ciudadanas de nuestro país y generar los espacios educativos que impliquen reflexión y análisis.
Claro está, qué en esta importante institución, se debaten en su seno las ideas que representan las diversas visiones del mundo y es, por lo tanto, un escenario en disputa para lograr su hegemonía. Por eso, cuando se llega al momento de tomar estas resoluciones, en su órgano máximo, estas son resultado de un proceso riquísimo de intercambio, debates y acuerdos donde se expresan los diferentes puntos de vista para finalmente votar y llegar así, a las resoluciones finales. Esta realidad, escuela excepcional de democracia universitaria es, lo sabemos profundamente peligrosa para aquellas mentes que expresan los pensamientos más rancios.
Argumento de estos colectivos, es la permanente insistencia en la pureza aséptica del conocimiento científico, no vamos en esta oportunidad, si tenemos en cuenta por ejemplo los avances de la física cuántica, debatir y analizar que es lo que consideramos ciencia, debate que seguramente deberemos abordar en otro momento. Argumentos que justamente intentan anular el cogobierno y la autonomía que aseguran lo que al inicio afirmamos y compartimos. Desde este lugar, se introducen en forma alarmante por lo ignorante o simplificador de estas complejidades, los anti, que globalizan términos que expresan y reafirman el pensamiento rancio. Se es antisemita. Qué clase de insulto a la inteligencia es afirmar esta falacia.
Semitas somos y son pueblos que van desde los árabes hasta los etíopes, pasando por los judíos. Es decir, ser semita no es sinónimo de judío como ser sionista tampoco lo es. Por lo tanto y esto es importante señalarlo, como a partir del uso del lenguaje, de la construcción de un relato, se intenta homogeneizar para argumentar términos que implican otras realidades. Se puede ser judío sin ser sionista, y se es israelí, lo que no es lo mismo que judío. El sionismo es una corriente de pensamiento o teoría que es afín a una supremacía totalitaria, que implica y anula derechos universales. Extermina a los sujetos y es el sustrato conceptual que está fundamentando el genocidio en Gaza, proceso de exterminio que se inicia hace ya mucho, desde casi la fundación del estado de Israel y que en la actualidad alcanza sus niveles mas aberrantes y trágicos.
Conviene recordar, que en nombre de la ciencia y su avance, se cometieron y cometen las más atroces barbaridades, desde genocidios históricos como sucede desde la invasión colonizadora en nuestro continente, expresión imperialista de la época hasta las explosiones de las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Pasando por la búsqueda de la raza superior. Es decir, que hablar de ciencia es hablar de un posicionamiento ético y político.
Jerusalén, mucho más que una ciudad
Por otra parte, la instalación en Jerusalén de la oficina mencionada, muestra otro aspecto perverso del avance imperialista y se refiere al modo en que ciertos gobiernos afines al imperio le hacen los mandados. Podríamos mencionar la instalación de la embajada argentina en la zona este de la ciudad, zona ocupada por Israel y ahora, podría ser, la instalación de esta oficina. En el estado actual de avance imperialista y reacomodo geopolítico, provocado y promovido básicamente por los diferentes gobiernos de EEUU, éste necesita ocupar territorios estratégicos que le permitan mantener su supremacía. Territorios ricos en minerales raros, en agua y estratégicos de accesibilidad y dominio como es la ribera de Gaza o las alturas del Golán. Sin duda, mantener la decisión de instalar esta oficina, es tomar parte de la guerra imperialista donde los gobiernos, el nuestro en particular serán cómplices o no.
Mantener esta decisión, en el momento político de nuestro país, del continente y en la situación internacional es dar una señal vergonzosa de continuidad, cómplice a las políticas imperialistas que se encuentran en las antípodas de nuestra fuerza política desde su fundación. En el proceso transformador revolucionario de nuestro continente y con clara sensibilidad internacionalista, como quedamos visualizados en mantener la decisión de inaugurar esta oficina que finalmente, ninguna institución universitaria a nivel mundial, repite e instala.
Recordamos que solo estamos planteando una somera mención de algunos aspectos que se desprenden de la inauguración de esta oficina. Por último entonces, aludimos a lo que podemos denominar como las dimensiones ética, emocional y subjetiva que desarrolla la cultura hegemónica del sistema, que estimula la participación pasiva, pseudo informada, que promueve y habilita mirar, como un espectáculo más, la masacre que esta sucediendo.
Por Débora Gribov