El director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Isaac Alfie, resolvió bajar el espesor de los 80 kilómetros de cañerías que conectarían la Planta de Arazatí con la Zona Metropolitana, y también decidió que se eliminara del Proyecto Neptuno un polder, que permite reservar agua cuando es imposible potabilizar. La sugerencia vino de una empresa israelí a la que el gobierno le encargó una consultoría. También se disminuyeron las obligaciones para las empresas privadas, pero el monto que le abonará el Estado uruguayo permanece incambiado.
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Hace tres años que Uruguay soporta una sequía originada en un fenómeno climático, pero también en la falta de obras y mantenimiento que provoca que OSE pierda un 40% del agua potabilizada debido a roturas y falta de personal. El representante del Frente Amplio en la Ursea, Roberto Chiazzaro, dijo que “se verificó que los recursos hídricos no son inagotables y que una Reserva como la de Paso Severino, con 65 millones de metros cúbicos, registra ahora menos de 6 millones”.
¿Qué medidas se han tomado para prevenir esta situación?, “prácticamente ninguna”, respondió a Caras y Caretas el representante de la oposición en la Ursea, quien coincidió con la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, en la necesidad de que se declare “situación de emergencia porque la falta de agua potable puede ser muy peligrosa”.
La Ursea forma parte de una comisión interministerial que controla la calidad del agua y es el organismo que le brinda al Ministerio de Salud Pública las pautas a tener en cuenta en la composición del agua. De hecho, en los últimos días, el MSP pidió no sobrepasar los niveles actuales, pero el resultado es que “tenemos un agua no potable porque no cumple con los estándares y que solo es apta para consumo, pero no es potable”, sostuvo Chiazzaro.
El Proyecto Neptuno, de iniciativa privada, vende que habrá una fuente de agua inagotable para potabilizar desde el Rio de la Plata. “Si funcionara bien, garantizaría 200.000 metros cúbicos diarios de agua para llevar a la región metropolitana, pero en realidad se consumen 600.000 metros cúbicos diarios, por tanto, de igual manera, necesitaríamos un complemento”. Chiazzaro puntualizó que el Proyecto Neptuno tampoco es solución porque no desaliniza el agua, pero además el Río de la Plata tiene episodios muy comunes “de alta salinidad y de cianobacterias. Debido a la agricultura intensiva en Uruguay “los agrotóxicos están envenenando nuestros ríos y el río Negro es una cuna de cianobacterias que bajan por el río Uruguay y llegan donde está la toma de Arazatí: cuando hay cianobacterias no se puede utilizar el agua”, indicó Chiazzaro. Estudios de la Facultad de Química y estudios satelitales -añadió- constatan cómo las cianobacterias avanzan. De hecho ya se sabe que 80 días al año el Proyecto Neptuno no podrá potabilizar agua debido a la salinidad y por la presencia de las cianobacterias que convierte al agua en inutilizable para su potabilización”.
El representante de la oposición en la Ursea subrayó que “si el gobierno hubiera comenzado en 2020 la construcción de la represa de Casupá ya estaría prácticamente terminada y podría estar almacenando unos 15 millones de metros cúbicos” sin problemas de salinidad porque es agua dulce afluente del río Santa Lucía.
En cuanto a la potabilización del agua que, como establece la Constitución, se debe proporcionar a la población, “esto no se está cumpliendo”, por eso debe existir una rebaja en las tarifas de OSE.
La represa de Casupá -cuyo financiamiento estaba ya comprometido por parte de la Comisión Andina de Fomento- implicaba una inversión de 80 millones de dólares, mientras que solo la construcción de la represa de Arazatí implica 286 millones de dólares, aunque luego deberá OSE seguir pagando, durante 20 años, 40 millones de dólares por año. Chiazzaro indicó que “el proyecto aún no está definido y habrá que ver si no es violatorio de la Constitución porque en su artículo 47 se encarga a OSE llevar adelante los procesos de elaboración del agua potable y, en principio, el plan Neptuno iba a llevar adelante la operación total de procesamiento del agua. Ante los cuestionamientos sobre la eventual violación de la Constitución, se resolvió que el proyecto privado “sólo se encargará del mantenimiento, pero habrá que ver qué se entiende por mantenimiento porque no deberá incluir el proceso mismo de potabilización que es el que debe estar en manos del Estado”.
En tanto, el director de la OPP, Isaac Alfie, llevó adelante una consultoría con una empresa israelí que respondió sobre cómo bajar los costos del proyecto Neptuno. La empresa sugirió eliminar el polder, que es una construcción que permite reservar agua ante la eventualidad de no poder potabilizar cuando se encuentra salinizada. Ante la consultoría, Alfie también resolvió disminuir el espesor de la cañería de 80 km que conectaría Arazatí con la Zona Metropolitana. Chiazzaro respondió que “en principio el proyecto Neptuno estaba pensado con cañerías de acero de alta calidad, pero el director de la OPP entendió que ese espesor debe disminuir para rebajar costos. “Estimo que restará mucho a la calidad y cantidad de producción de agua”, subrayó Chiazzaro.
Los problemas de suministro de agua no solo afectan a Montevideo y el Área Metropolitana, sino que también está afectado el departamento de San José, la ciudad de Nueva Helvecia y la ciudad de Minas, que ya experimenta cortes continuados de agua.