El presidente de la República, Yamandú Orsi, realizó este martes un discurso ante la apertura del 80.° período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
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El mandatario, inició su intervención presentándose como el representante de "una república situada al oriente del río Uruguay, que el mapa, la historia y la cultura ubican en una pequeña esquina del sur, del sur del mundo". Describió a Uruguay como un "país pradera con balcón al mar, donde la tranquilidad y hospitalidad de su gente es una de sus principales señas de identidad".


Destacó la madurez política del país, donde "un presidente concurra a países vecinos acompañado por sus antecesores" y la alternancia de partidos en el gobierno "se constituye en un acto de pura normalidad". Subrayó la solidez de sus instituciones y la cercanía del liderazgo con los ciudadanos, afirmando que el presidente "puede caminar sin custodia entre la gente, puede disfrutar de un partido de fútbol en una tribuna como uno más". También reconoció que el país no es un "paraíso" y enfrenta desafíos como la "pobreza infantil, seguridad pública o desigualdad social", pero que existe un consenso nacional para abordarlos.
La condena a la guerra y el terrorismo
El presidente Orsi expresó la preocupación de su país por el contexto global de "creciente tensión geopolítica y el aumento de conflictos". Citó datos, como el registro de 59 conflictos interestatales en 2023, la cifra más alta "desde el fin de la Segunda Guerra Mundial" , y un aumento del 10% en el gasto militar global en 2024, que totaliza "2,7 millones de millones de dólares".
Orsi denunció las "nuevas formas de crueldad y muerte" que adquieren las guerras actuales, especialmente el uso de "prácticas militares destinadas a sembrar el miedo, el terror y la muerte en la población civil". En este sentido, señaló: "Que quede muy claro, condenamos toda forma de terrorismo, ya que constituye, entre otras cosas, una despreciable actitud de cobardía".
El punto central de su discurso fue su firme condena a la guerra, rechazando la idea de que "la guerra es la continuación de la política por otros medios".
"Toda guerra es criminal, sin importar dónde ocurra, sin importar el dios que se invoque para justificarla, y merecerá siempre nuestra más visceral condena". Enfatizó que ningún Estado, incluso bajo el "legítimo derecho de defenderse contra el terrorismo" , puede "ejercer la barbarie sobre ninguna población civil, menos aún contra personas especialmente vulnerables e indefensas".
En cuanto al conflicto en Oriente Medio, Orsi reiteró la "posición coherente y firme" de Uruguay de "dos naciones, dos pueblos, dos Estados". Instó a la "suspensión inmediata de las operaciones militares" y a la liberación de los rehenes.
El rol de Uruguay en la paz mundial
Orsi destacó que Uruguay lleva "en su vida cotidiana una vocación profunda de paz y de respeto" y que el país está en condiciones de ofrecerse "como un anfitrión de negociaciones". Subrayó que, a pesar de su tamaño, la fortaleza de Uruguay reside en su capacidad para promover el diálogo y la paz, ya que es "un país muy confiable".
El presidente mencionó el "firme apoyo al multilateralismo" como la "mejor y única forma de enfrentar los desafíos" globales. Resaltó el compromiso histórico de Uruguay con la paz, citando que en 1907 llevó una postura sobre el arbitraje como mecanismo para resolver conflictos y en 1921 fue el primer Estado en aceptar la jurisdicción de la Corte Permanente de Justicia Internacional. Además, señaló que Uruguay se ha convertido en el principal país de América Latina y el segundo per cápita a nivel mundial en contribuir a las operaciones de paz de las Naciones Unidas.
Finalmente, Orsi concluyó su discurso citando al expresidente José Mujica: "la tolerancia es el fundamento para poder vivir en paz".
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