Las economías en general, pero en particular en la región, deben generar estrategias que les permitan establecer las prioridades productivas que les permitan apuntalar el desarrollo. A diferencia de las políticas industriales tradicionales que se enfocan exclusivamente en el sector manufacturero, las PDP son aplicables a múltiples sectores de la economía, lo que incluye los servicios y los sectores tecnológicos o la complementariedad de los mismos. El panorama, que es mucho más que un documento de análisis, insta a los países y territorios a establecer prioridades productivas alineadas con este marco. Para ello, la Cepal presenta un portafolio de sectores impulsores, que si bien no es exhaustivo, puede servir de guía para la formulación de estrategias de desarrollo local.
Si nos referimos a los desafíos y oportunidades, el organismo destaca que América Latina y el Caribe no parten de cero en esta materia, pero las políticas hasta ahora han tenido ciertos desafíos, como ser atender la marginalidad, la desarticulación, la discontinuidad, el enfoque centralista, la falta de evaluación y los impactos acotados que nos trae la realidad productiva.
Con este informe, la Cepal propone una nueva visión de las políticas de desarrollo productivo que amplía el alcance de las políticas industriales hacia una gama más amplia de sectores de actividad económica potencialmente dinamizadores de la economía. Además, la Cepal plantea más de 80 recomendaciones, agrupadas en 14 lineamientos, para orientar a los países de la región y territorios a escalar y mejorar estas políticas.
Al respecto, se puede decir que son todas dimensiones muy complejas y estructurales de abordar. Por ejemplo, la marginalidad muestra que los esfuerzos han sido insuficientes frente a la complejidad del contexto productivo actual y en comparación con otras naciones. Por su parte, la desarticulación refiere a falta de coordinación entre diversos ministerios y actores limita la efectividad de las políticas. La discontinuidad refiere a que los cambios de gobierno provocan interrupciones en las agendas productivas, impidiendo una planificación a largo plazo. A su vez, existe un enfoque centralista donde las decisiones suelen tomarse desde las capitales, sin suficiente atención a las realidades y necesidades locales. Hasta el momento, siempre ha sido una constante la falta de evaluación y la ausencia de mecanismos de seguimiento dificulta la identificación de prácticas exitosas. Los resultados muestran un constante impacto limitado con pobre desempeño en materia de productividad y crecimiento, cuestionando la efectividad de las políticas implementadas.
Gran transformación productiva: portafolio de sectores impulsores
Este análisis tiene como resultado la generación de orientaciones hacia una transformación efectiva. Es así que el Panorama de la Cepal invita a reconsiderar y actualizar las políticas de desarrollo productivo, fomentando un enfoque inclusivo y coordinado que contemple la diversidad de contextos en la región. Esto implica diseñar políticas que no sólo atiendan las necesidades actuales, sino también anticipen y respondan a las exigencias futuras del entorno económico y tecnológico.
En conclusión, con esta nueva visión, la Cepal abre la puerta a un futuro productivo más sólido para América Latina y el Caribe, donde la colaboración y la adaptabilidad se conviertan en los pilares fundamentales para un crecimiento sostenible y competitivo. La implementación de estas recomendaciones podría ser clave para romper el ciclo de baja productividad y construir economías más resilientes y dinámicas en la región.
Gráfico 2: América Latina y el Caribe (5 países) y OCDE (9 países): recursos públicos destinados a instrumentos de políticas de desarrollo productivo de apoyo directo, 2021-2022.
(En porcentajes del PIB)
Lineamientos y recomendaciones para los países y territorios
El Panorama ofrece, en los capítulos II, III, IV y V, más de 80 recomendaciones destinadas a orientar a los países de la región y a sus territorios para que escalen y mejoren sus políticas de desarrollo productivo. Estas recomendaciones se sintetizan en los siguientes 14 lineamientos:
i) Incrementar los esfuerzos en materia de políticas de desarrollo productivo y sus impactos en la línea de la nueva visión planteada.
ii) Establecer prioridades productivas y alinear los esfuerzos en políticas de desarrollo productivo con dichas prioridades.
iii) Fortalecer la articulación de actores y esfuerzos en los distintos niveles de gobierno a través de mecanismos de gobernanza.
iv) Potenciar el compromiso de todos los actores, en particular del sector privado, frente a las políticas de desarrollo productivo.
v) Fortalecer las capacidades técnicas, operativas, políticas y prospectivas (TOPP) de las instituciones encargadas de las políticas de desarrollo productivo.
vi) Garantizar la continuidad de las políticas de desarrollo productivo.
vii) Profundizar la territorialización de las políticas de desarrollo productivo.
viii) Crear y fortalecer iniciativas clúster u otras iniciativas de articulación productiva.
ix) Adoptar el enfoque de gobernanza experimentalista en la gestión de las políticas de desarrollo productivo.
x) Fortalecer las capacidades de evaluación.
xi) Adoptar una aproximación de internacionalización de los mercados en las políticas de desarrollo productivo.
xii) Enmarcar los esfuerzos de atracción de inversión extranjera directa en las políticas de desarrollo productivo.
xiii) Crear vínculos de colaboración entre países para potenciar las políticas de desarrollo productivo mediante el desarrollo de estrategias y agendas comunes.
xiv) Aprovechar las oportunidades que se deriven de las políticas de desarrollo productivo impulsadas por países fuera de la región.