La decisión de la intendencia de Montevideo de rechazar la construcción de una isla artificial con residencias para millonarios proyectos inmobiliarios, conectada a la rambla por un puente de 450 metros, desató la ira de dirigentes blancos.
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El más molesto por la situación fue el edil Diego Rodríguez, quien calificó de "disparates" las explicaciones del arquitecto y director de Planificación de la IM, Luis Oreggioni.
"No vamos a fabricar nueva población, nos preocupa el desplazamiento de la vida comercial y el trabajo, esto afectaría procesos que tienen que ver con la vida de centralidad montevideana”, explicó Oreggioni.
“El desarrollo planteado concentraría en un único lugar de la capital una enorme cantidad de viviendas, oficinas y comercios; las personas y actividades que ocupan ese espacio saldrían de la ciudad que ya existe", agregó.
La dura respuesta de Diego Rodríguez mostró el malestar que le provocaron las palabras de Oreggioni: "Escuchen los disparates que dice esta persona. Es el director de Planificación de la IM. Como lo dije desde un principio, la ideología pesa más que las fuentes de trabajo que generaría una inversión de este calibre para MVD", señaló.
Y no conforme con eso, acusó a la intendenta Cosse de actuar con "resentimiento".
A él se sumó su colega Matías Barreto, que en su Twitter tituló: "Qué disparate" y pidió "compartir para que todos lo vean" el video con las declaraciones de Oreggionni.
Sin embargo, la Sociedad de Arquitectos del Uruguay salió a respaldar la posición de la intendencia y aseguró que la propuesta “no es una innovación” y “plantea un modelo de ciudad segregada”.
Para los arquitectos, la propuesta no es original sino “más bien refiere a la copia de un modelo que se transfiere desde otros países con realidades muy diferentes, tanto sociales como económicas que lejos de aportar al mejoramiento de los problemas de Montevideo, más bien puede empeorarlos y generar otros”.
El edil del Partido Nacional, Pablo Fredes, decidió elevar un pedido de informes para que la IM proporcione “elementos de juicio” que “le llevaron a decir que no en forma tan rotunda y expeditiva”.