El 10 y el 11 de diciembre se llevó a cabo en Montevideo el encuentro de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur, donde se analizó el preacuerdo elaborado en la cumbre del Mercosur con la Unión Europea, algo con bastante opacidad y falta de transparencia en conocer sus alcances, según los trabajadores.
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Mercosur- UE
La reciente firma del acuerdo de Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la Unión Europea y el Mercosur, realizado en el marco de la 65ª Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur y Estados Asociados, que tuvo lugar el 6 de diciembre en Uruguay, dejó serias dudas a los dirigentes de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur.
La Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS) se creó como un organismo de coordinación y articulación de las centrales sindicales de los países del Cono Sur. El acta constitutiva de Buenos Aires en septiembre de 1986 definió como objetivo central la defensa de la democracia y de los derechos humanos, luchando contra las dictaduras que todavía subsistían en la región (Chile y Paraguay) y la articulación de una acción sindical conjunta contra la deuda externa y sus efectos.
Huelga decir que la Coordinadora se gestó previo a la creación del Mercosur y desde entonces los trabajadores han reclamado un rol de participación en la toma de definiciones que los impacta directamente, y este preacuerdo no fue la excepción.
Una primera conclusión a la que arriban los trabajadores/as es que es un acuerdo secreto, sin transparencia y que carece de información clara sobre el contenido de sus cláusulas. El secretario general de la Coordinadora, el brasileño Quintino Severo advierte que “es muy preocupante que un acuerdo no tenga transparencia”, y destacó que, según la limitada información divulgada y el escaso conocimiento que la clase trabajadora tiene al respecto, “solamente va a beneficiar a la agricultura, a los latifundios y al agronegocio”.
En tanto, los productores franceses y otros sectores sociales europeos se movilizan en contra del acuerdo.
Poniendo pienso
A diferencia de la Cumbre de Estados con la presencia del presidente argentino Javier Milei, que fue el centro de atención para los medios de comunicación, en “la otra cumbre” se analizó el contexto en que se produce este preacuerdo. En un documento elaborado por la Coordinadora, las principales conclusiones a las que arriban refieren al avance de la derecha política y la hegemonía de las multinacionales.
El contexto para los trabajadores/as es que “el sistema financiero global, los extremistas de derecha —ya sea con un perfil neofascista o neoliberal—, la industria bélica, los gigantes tecnológicos-BIG Techs no están dispuestos a ceder a pesar de que los efectos sociales están siendo devastadores: millones de personas subsumidas en la pobreza e indigencia, desempleo, informalidad y precariedad laboral, crisis humanitaria que se visibiliza con los migrantes laborales o desplazados por fenómenos meteorológicos extremos, víctimas de la violencia policial, del precario sistema sanitario, insalubridad laboral y de hábitat, sumidos en un ecocidio sin precedentes de degradación del ambiente que compromete no solamente a las generaciones futuras sino también a las actuales”.
Es en ese marco que detalla el documento que “la incapacidad del sistema internacional se retroalimenta en la crisis de los Estados nacionales, donde los sistemas democráticos se muestran inertes para frenar la sed de ganancias del poder del sistema financiero, de las Big Techs y las corporaciones multinacionales. Estos gigantes tecnológicos —como Google, Amazon, Facebook (Meta) y Apple— actúan abiertamente para violar las leyes nacionales, sabotear e interferir en los procesos democráticos, fabricar crisis a partir de noticias falsas, financiar grupos paramilitares, persecución y asesinatos de líderes progresistas y sociales. La experiencia brasileña con Bolsonaro y el actual gobierno de Milei en Argentina ejemplifican esta crisis”.
Imperio digital
Las nuevas formas de vínculos y su disposición al sometimiento al servicio de pequeños pero poderosos grupos económicos también son advertidas por los trabajadores/as: “Los gigantes tecnológicos representan una influencia creciente en diferentes sectores de la sociedad; con su capacidad para recopilar y analizar grandes cantidades de datos, ponen en jaque la soberanía de los Estados y la dinámica del propio poder global. Generan evasión y elusión fiscal a través de sus complejas estructuras financieras para optimizar sus ganancias. Esto reduce los ingresos de los Estados, limitando sus recursos para invertir en servicios públicos e infraestructura. La concentración de mercado de las Big Techs está aumentando, lo que les permite influir en los mercados, definir estándares, manipular abiertamente a la opinión pública y comprometer la privacidad de las personas a través de la vigilancia, e interferir, por ejemplo, en procesos democráticos mediante la difusión de noticias falsas y la fabricación de polarizaciones políticas que enmascaran el debate y la construcción soberana del desarrollo nacional”.
Mercosur
Para los trabajadores/as, la región del Mercosur se ha convertido en una zona en disputa. Expresa el documento: “Mercosur se está convirtiendo cada vez más en el campo de batalla de la disputa entre las potencias de Estados Unidos, China y la Unión Europea, que intentan por todos los medios ampliar su influencia en la región. Esta disputa de superpotencias es importante porque los recursos en juego son vastos: América Latina, por ejemplo, tiene el 57 % de las reservas mundiales de litio, el 37 % del cobre, casi una quinta parte del petróleo y casi un tercio del agua dulce y los bosques primarios del mundo. Ante la incertidumbre global, los países miembros del Mercosur sienten una presión cada vez mayor para aumentar su autosuficiencia en sectores estratégicos, como los alimentarios y energéticos, lo que podría generar tensiones internas y obstaculizar la integración regional”.
A pesar del panorama descrito, para la Coordinadora de Centrales Sindicales “el proceso de recuperación y fortalecimiento del Mercosur será una constante en nuestras agendas, pues entendemos que es el camino para garantizar la integración regional como un modelo de desarrollo sostenible e inclusivo, fortaleciendo y garantizando derechos como la libre circulación de personas y el compromiso de los países miembros con la implementación de la Declaración Sociolaboral, y para ello debemos participar activamente en las políticas públicas regionales. Los sindicatos del Cono Sur luchamos para el pleno ejercicio de los derechos del trabajo, contra la concentración económica y por una justa distribución de la riqueza.
Los sindicatos debemos actualizar constantemente nuestras estrategias y definir nuevas formas de organización y representación de los trabajadores, así como la construcción de alianzas con otros movimientos sociales”.
La carne en el asador
La Coordinadora está dispuesta a asumir un rol protagónico que, como ha manifestado, no es una posición contraria a los acuerdos y a los procesos de integración, sino a estas formas de integración. En ese sentido, proponen “recuperar el protagonismo del sindicalismo en los parlamentos nacionales y en el Parlasur como lugar fundamental de la democracia”.
Algunos de los lineamientos con el que salen del encuentro refieren a:
- Recuperar la iniciativa política que contribuya a una integración efectiva con la participación irrestricta del movimiento sindical en el Mercosur y con los Estados asociados del Cono Sur.
- Profundizar el trabajo en materia de incidencia, formación, denuncia de los acuerdos comerciales (acuerdos de libre comercio) que perjudican la matriz productiva, comercial y la soberanía de nuestra región.
- Construir y promover propuestas y participar asertivamente en las instancias de acuerdos comerciales con terceros países, como el acuerdo Unión Europea-Mercosur, para que estos acuerdos sean equilibrados, orientados a crear empleo y trabajo digno y que fortalezca modelos de desarrollo sostenible alternativos a los regímenes extractivistas.
- Dar seguimiento efectivo al acuerdo Mercosur-Unión Europea, promoviendo la verdadera participación de la CCSCS en el seguimiento de dicho acuerdo; construir estudios de impacto sectorial y global y garantizar el empleo digno y el ejercicio pleno de los derechos laborales de los/as trabajadores/as.
- Fortalecer la presencia y protagonismo tanto en los organismos sociolaborales del Mercosur como en otros espacios de integración regional (ejemplo: cumbres Mercosur), así como el trabajo con los países asociados (Chile, Ecuador, Colombia, Panamá) y países en proceso de inserción plena (Bolivia). Reivindicamos el regreso como Estado parte con derechos plenos a la República Bolivariana de Venezuela.
- Fortalecer el compromiso de las centrales sindicales para adoptar iniciativas regionales con el objetivo de garantizar una verdadera eficacia y eficiencia de los organismos sociolaborales, que doten de institucionalidad y tripartismo al Mercosur, en particular en los espacios de SGT 10, FCES y Comisión Sociolaboral del Mercosur.
- Promover el tripartismo pleno en organismos e instituciones del Mercosur, teniendo en cuenta el retroceso de la última década que ha reducido los espacios de incidencia de los sindicatos, a la par de crear espacios específicos y exclusivos del sector de los trabajadores y trabajadoras.
- Crear un grupo de trabajo específico para elaborar propuestas concretas sobre integración productiva que potencien las cadenas regionales de producción y distribución y aseguren los derechos de las y los trabajadores en toda la trazabilidad productiva.
- Desarrollar acciones territoriales en zonas fronterizas.
En la inauguración de la Cumbre el Presidente del PIT CNT Marcelo Abdala propuso impulsar la creación de un Salario Mínimo Regional.