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Política wilsonismo | Partido Nacional | derechos

Gastón Cossia

Wilsonismo quiere renovar al PN incorporando derechos de género y sexuales

Cossia sostuvo que las "mujeres están llamadas en esta época a ocupar un rol muy importante en la política" y destacó a la vicepresidenta Beatriz Argimón, quien tendrá un lugar "clave" para fortalecer este espacio.

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El wilsonismo ha pasado por momentos difíciles. Luego de la muerte del exministro del Interior, Jorge Larrañaga, muchos han señalado que ese sector dentro del Partido Nacional (PN) estaba debilitado. En este contexto, el presidente del Movimiento Nacional de Rocha y exdiputado, Gastón Cossia, dijo a Caras y Caretas que el objetivo es dar fuerza al wilsonismo dentro del PN, fortaleciendo su vínculo con la sociedad civil, teniendo una comunicación cercana con sindicatos y empresarios, para que el sector logre capturar al voto “decisivo”, que es el de centro, de cara a las elecciones de 2024.

Para fortalecerlo, se está apostando a “modernizar” las propuestas del partido, teniendo una nueva visión del Estado, defender la “justicia social”, los derechos sexuales, de género e incorporar dentro de su programa a la ecología y a los animales, explicó Cossia, quien hasta febrero fue director del Instituto Nacional de Bienestar Animal.

“Hay claramente generaciones nuevas que tienen otra impronta, que no se identifican con las corrientes históricas del partido, que nos hacen planteos superadores de esas diferencias, todo eso se tiene que traducir en un proyecto político [...] las nuevas corrientes de los jóvenes tienen que ver con la ecología, con los derechos individuales, aspectos que hacen a la sexualidad, de género, protección de los animales, todas estas cosas tiene que tener en el PN un espacio de recepción. Ese es el rol que tenemos que jugar”, afirmó Cossia, en diálogo con esta revista.

Sostuvo que el wilsonismo debe tener un “vínculo fuerte” con la sociedad civil y nutrirse de las corrientes “renovadoras” del pensamiento para que un partido que tiene más de 185 años tenga vertientes “progresistas”.

Consideró que el PN tiene que tener “corrientes diversas en un clima de unidad” para que tenga más posibilidades de “crecer y desarrollarse”.

“(El wilsonismo) es una construcción que necesita de sus tiempos porque ha habido una fragmentación y no es fácil volverla a reagrupar porque cuando una de sus principales figuras, que era Jorge Larrañaga, hoy no está. Llevará tiempo volver a reagruparla”, indicó.

Sostuvo que las “mujeres están llamadas en esta época a ocupar un rol muy importante en la política” y destacó a la vicepresidenta Beatriz Argimón, quien tendrá un lugar “clave” para fortalecer este espacio.

En las últimas semanas, comenzaron a surgir nombres como posibles candidatos para las próximas elecciones dentro de la interna del Partido Nacional. ¿Cómo definiría que se encuentra la interna blanca en estos momentos?

Los que estamos hace muchos años en la militancia del Partido Nacional entendemos este tipo de posicionamientos como algo natural, es un partido dinámico, que tiene una vida muy intensa a lo largo y ancho del país. Es natural que se agrupen distintas corrientes de pensamiento del partido y que vayan viendo también sus expresiones de cara a las instancias que vienen por delante. Sería muy ingenuo obviar que existe un posicionamiento de la oposición, que está buscando alternativas y presentar opciones para 2024.

El PN tiene una realidad: que es que la figura principal, que es el presidente, no va a poder ser candidato entonces necesariamente tiene que existir una dinámica interna que permita un flujo de opiniones y una alternancia dentro de la coalición de gobierno y ser una oferta atractiva que pueda seducir al electorado del PN y a los ciudadanos que han visto a este gobierno con buenos ojos.

Esta tarea es natural, pero lo que no puede es desviar la atención de las tareas de gobierno, eso es lo que puede generar una preocupación, mientras no ocurra un desvío en la gestión, la dinámica de la vida partidaria es muy importante. La actividad partidaria debe estar separada de la actividad del gobierno. La vida partidaria tiene que nutrirse de muchos activos, que son las opiniones de todos. La tarea que tenemos es construir más partido.

El PN se ha caracterizado por ser menos las veces que ha sido gobierno y más las que ha construido vida partidaria, por eso tiene más de 185 años.

¿Qué nombres le parece que tienen más posibilidades de ser candidato?

Lo que es natural es que un partido político, a través de la gestión del gobierno, genera una visualización de sus principales dirigentes. Entonces, la exposición de los dirigentes, nutrida por los respaldos de sus agrupaciones nacionales, los va posicionando.

Pero no basta solo con lucir una buena gestión de gobierno, sino que hay que defenderla y para eso hay que tener estructuras de militancia, de participación. Entonces, hay que ver cómo la opinión pública va visualizando a los distintos actores del partido.

El caso del secretario de presidencia de Delgado es un posicionamiento natural que está teniendo una gran aceptación, por otro lado, hay figuras que surgen como la de Laura Raffo que sorprende, porque está generando una adhesión muy importante, tenemos a la vicepresidenta que tiene una muy buena imagen, tenemos la figura de Jorge Gandini, que representa un colectivo muy importante nacionalista, Sartori, distintas figuras que aportan cada uno con su sensibilidad, con sus respaldos, pero todos destacables. Algo muy positivo para el Partido Nacional es tener dos mujeres en esa nómina de eventuales figuras presidenciales, lo que habla muy bien de la participación de las mujeres en la vida política del PN.

¿Qué estrategia debería impulsar el wilsonismo en esta búsqueda de candidatos?

Creo que el partido tiene que tener corrientes diversas, que lo nutran, que generen mayor amplitud. El PN siempre se caracterizó por nutrirse de todos los estamentos de la sociedad. Cuanto más amplias sean las corrientes, el partido tiene más posibilidades de crecer y desarrollarse. Siempre apostamos a eso en un clima de unidad.

Estoy convencido que tenemos que dar una visión wilsonista, porque abrazamos las causas con la descentralización, justicia social, democracia política, favorecer una mayor representación ciudadana que tiene que ver con profundas reformas que el país necesita, por eso creemos que una expresión wilsonista es necesaria. Es una construcción que necesita de sus tiempos porque ha habido una fragmentación y no es fácil volverla a reagrupar porque cuando una de sus principales figuras, que era Jorge Larrañaga, hoy no está. Llevará tiempo volver a reagruparse. Además, el wilsonismo no es homogéneo. Hay claramente generaciones nuevas que tienen otra impronta, que no se identifican con las corrientes históricas del partido, que nos hacen planteos superadores de esas diferencias, todo eso se tiene que traducir en un proyecto político.

¿Qué riesgos enfrenta el Partido Nacional en caso de que se debilitara al wilsonismo y se fortaleciera al herrerismo?

Creemos que en Uruguay hay un espacio de disputa, que es de centro, ese votante de clase media, que ha estado optando indistintamente por partidos políticos que le ofrecen estabilidad y una visión social en cuanto a sus derechos civiles, derechos humanos, la participación en las organizaciones sociales, el rol del Estado. Esos ciudadanos, que serán una decena de miles, son los que definen las elecciones. Creemos que el Partido Nacional tiene que ocupar ese espacio, generando vínculos y fortaleciéndose.

Nosotros tenemos una firme convicción del wilsonismo, porque creemos y defendemos un vínculo muy fuerte con la sociedad civil y la necesidad de un partido que se nutre constantemente de las corrientes renovadoras del pensamiento, con las nuevas reformas en los ámbitos de los derechos civiles e individuales. Eso lo aprendimos de Wilson y Carlos Julio, eso es lo que creemos que el wilsonismo tiene que plantear dentro del PN. Ese aspecto removedor, que como el partido tiene tantos años, tiene algunos sectores conservadores y otros más progresistas.

¿Usted está queriendo decir que si se debilita el wilsonismo dentro del PN, se debilitaría el progresismo dentro del partido?

La vigencia de un espacio wilsonista para nosotros es una importante estrategia política para la renovación partidaria, para conseguir las adhesiones necesarias y para poder dar garantías en un gobierno de continuidad y de estabilidad. La capacidad de negociación de un gobierno y de diálogo con las organizaciones sociales, con los sindicatos, los empresarios, productor rural, es muy importante, nutrirnos de todos esos aportes y tener oídos bien amplios y generar instancias de trabajo, todo eso, sumado a las nuevas corrientes de los jóvenes, que tienen que ver con la ecología, con los derechos individuales, aspectos que hacen a la sexualidad, de género, protección de los animales, todas estas cosas tiene que tener en el PN un espacio de recepción. Ese es el rol que tenemos que jugar.

«Argimón va a ocupar un rol importante»

Usted hace unos días mencionó el nombre de Beatriz Argimón. ¿Cree que el wilsonismo debería ser liderado por una mujer?

Creo que las mujeres están llamadas en esta época a ocupar un rol muy importante en la política. Me parece que el nombre de Argimón tiene una trayectoria, respaldo político importante, conocimiento y obviamente que va a ocupar un rol importante en la construcción de este espacio. Hasta donde pueda llegar, hasta donde pueda proyectarse, dependerá de los distintos grupos y corrientes que puedan aglutinarse. Si no es ella, será otro, pero hasta ahora quien ha expresado esa vocación con mayor claridad, creo que es ella. Es importante por la posición que ocupa y por el lugar de responsabilidad que tiene, tiene una visibilidad muy importante, me parece que es una figura destacada en esa tarea.

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