Mientras logramos vender unos cafés de mas en la inauguración del Mundial en Qatar, me dejó asombrado como todas las denuncias que antecedieron la fiebre mundialista, se ahogaron de golpe en un Oasis al ritmo de la música Pop que sonó en el desierto árabe.
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Hay que reconocer que los cataríes son unos capos a la hora de ver el negocio que implica adoptar las costumbres occidentales; de hecho armaron los estadios de fútbol con pasto sintético cuando ellos, andan salados para jugar el fútbol playa, ese que es para gambas duras en la arena, y algo de eso demostraron ayer contra Ecuador al que no lograron vencer y se les secó la fiesta.
El primer gol de los ecuatorianos a los dos minutos lo grité como loco, porque acá se había corrido el rumor de que los habian tocado con guita para dejarse ganar por Qatar y ese pelotazo al fondo de la red echaba por arena la mentira,así que me recalenté con la anulación pero parece había uno en orsai en serio. El bolazo tenía fundamento porque la FIFA nunca aclaró si los qataríes pusieron unos mangos para que se haga el mundial en su arena, y desde la época de "Puntero Izquierdo" de Don Benedetti, la guita siempre manchó las pelotas (que acá las reseca).
Yo no se si es el calor mezclado con el café caliente, pero estar en Qatar me hace vivir en un espejismo constante; si hasta me pareció que el Emir Tamim bin Hamad Al Thani, era el mismisimo Rodolfo Valentino, aquél actor que a través de las pantallas de cine nos hizo conocer ese lejano mundo de arena y camellos.
Un espejismo parecen esos monumentales estadios con forma de carpa que luego serán desarmados, comparándolos con muchas de nuestras canchas, que desde hace años están sin terminar de armarse.
Parece cosa de mandinga que la fiesta del mundial empiece el mismo día que se le ocurrió morirse a doña Hebe, una militante por los derechos humanos , justo en éste torneo deportivo que le costó la vida a por lo menos 6.500 laburantes.
Claro, entre las muchas no libertades que no hay en Qatar, que los obreros no tengan un SUNCA es una de las que falta.
Yo los banco a morir a muchos de los que están criticando a Qatar por su violación a los derechos humanos; banco a la selección alemana dispuesta a pagar multas por lucir en las remeras la consigna "humanrights" y al golero de la selección ponerse un brazalete lgtbi.
Pero como te doy un feca caliente te sirvo otro hirviendo, porque los ingleses no vinieron a los emiratos para saber la diferencia entre un camello y un dromedario. Recién en 1971 los árabes dejaron de ser una colonia de los gringos y hay unos cuantos de ellos que quedaron enterrados por los ingleses en las dunas.
Lo que pasa que ahora comen de la mano de los Emires, que al fin de cuentas son los alumnos ejemplares de sus antiguos amos; los cosos tienen guita y no te escamotean en los gastos. Hay un cuento popular acá que dice que el hijo de un Emir se fue a estudiar a un universidad inglesa de lujo; al tiempo el hijo le comenta al padre que con los estudios venía bien pero que estaba un poco apenado porque mientras el llegaba a la universidad en Land Rover sus amigos iban en tren, asi que el padre Emir dispuesto a consolar a su hijo le aconsejó que empezara a ir como sus compañeros.....y le compró un tren.
(Rodolfo Valentino)
Detallista el Emir, dicen que para asegurar que la fiesta este de bote a bote, le pagan a alguna gente para ser de hinchas; yo no se si es cierto, solo pude comprobar que una bruta hinchada de "argentinos" con banderazo incluido que se manifestaba por el centro de Qatar, parecían de utilería. Primero porque ninguno tomaba mate, segundo porque no había una sola mujer (y viste que la mujer argentina es mandada hacer para hacerse lucir en éstos eventos) y tercero porque ninguno hablaba español; te lo cuento posta porque le tuve que ofrecer café en inglés y ahí los tipos me confesaron que son de Bangladesh e hinchas del Pulga Messi.
Lo cierto que mientras el espejismo dure, la zafra de venta de café viene a buen ritmo mientras esperamos el debut de la Celeste.