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Sociedad

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De George Floyd a Andrés Vargas: las llagas del racismo

Floyd fue asesinado fruto de la represión policial y no se puede dudar del odio racial imperante en buena parte de la sociedad norteamericana; a Vargas lo prendieron fuego y su situación de calle e indigencia es la principal expresión del racismo velado en Uruguay, donde los afrodescendientes siguen siendo los mas excluidos entre los excluidos, los más pobres entre los pobres, los más doloridos entre los doloridos.

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En 1988 nacía la revista Mundo Afro; a través de dicha publicación parte de la comunidad afrodescendiente uruguaya organizada buscaba hacer visible su realidad.

Pretendían la justa y legítima reivindicación de que la sociedad uruguaya dejara de concebir a la población negra minimizándola en la imagen de un Ansina cebador de mate del prócer o el candombe en las Llamadas.

Como Mundo Afro se conoce a esta organización popularmente, pero es una ONG denominada Ceiaf (Centro de Estudios e Investigación Afrodescendiente), que eligió recientemente su consejo directivo, cuyas tres representantes son su presidenta, Verónica Villagra, Claudia de los Santos, su secretaria general, y Jeaninne Vera, su coordinadora nacional.

“Mundo Afro tiene su sede central en Montevideo en la calle 25 de Mayo y Juncal”, dice Jeaninne Vera, “y también está presente en Artigas, Río Branco, Rivera, Salto, Tacuarembó, Durazno, Florida y en varias ciudades de Canelones”.

“La organización, mediante sus distintos planes de Género, Vivienda, Arte-Cultura y Jóvenes, abarca una población afrodescendiente de entre 2.000 y 3.000 personas”, dice Verónica Villagra.

Claudia de los Santos refiere que “Mundo Afro también tiene contacto con otros colectivos como Casa de la Cultura, Bloque Anti Racista, la Red de Mujeres Afro, por ejemplo”.

 

¿Cómo vivieron ustedes los sucesos de manifestaciones antirraciales en Estados Unidos?

Verónica Villagra: Nosotros hemos condenado los hechos acaecidos junto a otras organizaciones como el Pit-Cnt, pero el racismo mas, allá del horror de la muerte, también tiene que ver con el hambre, la falta de trabajo, la pobreza. La muerte siempre es un sponsor y a veces hace que uno pierda de vista otras realidades. En Estados Unidos todos los años hay un hecho de asesinato de un afrodescendiente, pero este año la comunidad ha reaccionado, se ha parado de otra manera. Allí hay una fragilidad, pero me resisto a focalizar la situación racial solo en Estados Unidos, porque lo que pasa en Estados Unidos “vende”.

Claudia de los Santos: En 1988 nacemos como revista para denunciar toda esta situación y aún seguimos de pie porque hay un racismo estructural, un racismo que muta permanentemente, por que fue necesario crear una Ley de Cuotas y una ley de Acciones Afirmativas para Afrodescendientes porque persiste el racismo y la discriminación, a la hora de anotarte para trabajar, los problemas de nuestros hijos, que abandonan secundaria por falta de motivación, aunque hoy se ha avanzado por el rol de las organizaciones civiles.

Jeaninne Vera: Nuestra lucha comienza desde la niñez cuando desde ahí ya sentimos que somos diferentes; yo tengo hijos en la escuela y ya sufrieron tres episodios de racismo. Desde esa edad ya entendés que tenés que empezar a luchar contra las burlas constantes, contra los insultos que recibís, que ahora se amplían en las redes sociales. Te das cuenta de que tu vida es diferente. Yo tuve que salir a trabajar a los 15 años porque mis padres no podían afrontar una sociedad no equitativa.

VV: Hay una población de nuestra comunidad  sobrerrepresentada en lo que tiene que ver con la delincuencia y los jóvenes infractores. Como en todos los grupos sociales hay excepciones, pero son eso, la excepción.

No tenemos representación en los grupos tomadores de decisiones, en los espacios jerárquicos del Estado uruguayo. Es como si tú arrancaras en cero y yo, en números negativos; siempre mis posibilidades de crecer van a ser menores. El 40% de las trabajadoras domésticas son afrodescendientes.

Ha habido mejoras en los últimos 15 años; los últimos de una familia afro han llegado a ser estudiantes universitarios.

CDLS: Nosotros tenemos cierta responsabilidad en la difusión de nuestra situación, pero podemos llegar hasta determinado punto; luego hay que estar aliado con el Estado para que pueda llegar con la información a más gente. Nosotros peleamos mucho para ser reconocidos como un colectivo que aportó a la construcción de la identidad cultural de este país y que, por ejemplo, en la ley 19.122 de Acciones Afirmativas para la comunidad Afro, se establece la enseñanza de nuestra cultura y orígenes en las escuelas, pero la mayoría hace énfasis en el artículo 8, que habla del cupo de 8% en el estudio y en el trabajo para la población afrodescendiente.

Los educadores también deben tomar conciencia porque muchas veces el relato y la enseñanza de la historia pasan de la época indígena (comunidad que también reconocemos) al Montevideo colonial.

Nosotros reclamamos, pero también proponemos desde nuestra mirada, sin una práctica excluyente; hacemos acciones con jóvenes afrodescendientes y otros jóvenes no afrodescendientes. Los trabajos del Instituto Superior de Formación Afro Descendiente aportaron muchísimo en el sentido propositivo.

 

¿Cuál es la cantidad de población afrodescendiente?

VV: 10,8%, casi 11%, con mayor concentración sobre la frontera con Brasil. Hubo alguna dificultad con el censo de 2011, que dio un número menor, pero la Encuesta Continua de Hogares y el Mides demostraron ese número de 10,8%, aunque en la ley 19.122 se establece un 8%.

 

¿Entienden que han obtenido más visibilidad en estos años?

JV: No hay nada menos invisible que un negro o una negra, así que no deberíamos hablar mas de invisibilidad. Lo que falta es la voluntad política de llevar adelante las definiciones logradas; por ejemplo, con la Intendencia de Montevideo llevamos adelante el programa de vivienda, pero si mañana cambian las autoridades y no hay voluntad política, solo con el esfuerzo de la sociedad civil no alcanza. Luisa Casalet coordina con el Ministerio del Interior las políticas de formación al personal policial para las políticas de racismo; si mañana falta voluntad política, el programa cae.

Los datos están, estamos hasta acá de datos del censo, del Mides. Ahora falta aplicar las políticas hacia la comunidad. Y voluntad política implica destinar recursos.

 

¿Cuál es el vínculo con los inmigrantes?

CDLS: Hay una mirada de cierta parte de la sociedad complicada porque los ven como que vienen a quitar trabajo, y es un proceso distinto al de los inmigrantes españoles e italianos; aquí hay un componente racial porque la mayoría son afrodescendientes, de África, de Cuba, de Venezuela, dominicanos, etc.

JV: Nosotros trabajamos coordinando con la ONG Idas y Vueltas; son gente que vienen con necesidades urgentes de vivienda, de trabajo, de atención de su salud.

CDLS: Y vienen a ocupar trabajos que acá en general no quieren hacer muchos sectores de la sociedad.

VV: Ser inmigrante en América latina es ocupar las distintas literas del Titanic. Llegan a Uruguay con la esperanza de conseguir trabajo porque vienen, además, muchos con una muy buena  formación, sobre todo los venezolanos y los cubanos. Lamentablemente tenemos poca estructura para ofertarles.

JV: Con Idas y Vueltas hemos llevado algunos trabajos específicos, sobre todo en la orientación de a dónde recurrir, por ejemplo al Mides o a Salud Publica. Con Álvaro Salas, que es el responsable de nuestra escuela de candombe, ha habido mucho intercambio cultural. Pesa más en ellos su condición de afrodescendiente que su nacionalidad en el vínculo con respecto a nosotros.

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