Real Madrid no se dejó sorprender por el Kashima japonés, «Si ves las bardas del vecino arder, pon las tuyas en remojo» fue lo que hizo el equipo español; estudió lo que podían hacer los japoneses y sin mucho esfuerzo lo venció.
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Los merengues debieron salir de la presión que el Kashima tiró en los primeros minutos, tuvieron algún sobresalto, pero poco a poco el Real se hizo de la pelota, pero no podía entrarle a un equipo muy ordenado en el 4-4-2 con el que entró a jugar, en el que la última línea estaba casi fija.
Marcelo comenzó a trepar por la izquierda y Bale se le sumaba por esa banda, cuando iban 44 minutos, en la tercera subida, llegó el primer gol, el pase y el tiro bien cruzado, que dio en el palo y se convirtió en el 1 a 0.
En el comienzo del segundo tiempo se veía claro que el resultado no tenía vuelta, un pase atrás un saque corto y Bale que aprovechó para poner el 2 a 0.
Terminando con otra jugada por izquierda dos minutos después entre Marcelo y Bale, que este último cambio de palo al arquero para poner el 3 a 0, el descuento fue para decorar el resultado, Real Madrid se metión en la final del Mundial de Clubes nuevamente.