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Política Argentina |

PIT-CNT Y SINDICATOS DE LA REGIÓN DEBATEN SOBRE CAMBIOS TECNOLÓGICOS

“Las políticas neoliberales han generado una catástrofe”

La irrupción masiva de robots e inteligencia artificial y sus efectos está a consideración de las organizaciones sindicales de la región. También la implantación de políticas neoliberales que, en ese marco, han golpeado duramente a la clase trabajadora.

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Por Pablo Silva Galván

El impacto de las nuevas tecnologías y de las políticas neoliberales sobre los trabajadores es el motivo del seminario que  se desarrolla en el Pit-Cnt con participación de representantes de organizaciones sindicales de Argentina, Brasil y Chile. Caras y Caretas dialogó con Diego Seimandi trabajador del astillero Río Santiago, afiliado a la Asociación de Trabajadores del estado (ATE) y a la Confederación de Trabajadores de la Argentina (CTA) autónoma, y con Maicon Vasconcelos da Silva, secretario de Relaciones Internacionales de la Confederación Nacional de Metalúrgicos -filial de la CUT- y directivo del Sindicato de Metalúrgicos del ABC, el sindicato de Lula.

“Hemos participado en congresos de carácter internacional como fueron en México y Brasil, ahora en Uruguay, donde se ha analizado lo que se denomina la industria 4.0, o sea el impacto que produce el avance tecnológico sobre los puestos de trabajo. Hay una primera revolución industrial con la invención de la maquina a vapor, luego viene la mecánica con la línea de trabajo de Henry Ford, la informática y ahora la robótica.

“Hay países donde hay procesos productivos en determinados puntos de la industria donde directamente no hay mano del hombre, solo algunos altamente calificados para mantenimiento de los robots y de las maquinas. Los procesos productivos empiezan y terminan sin intervención del hombre. Debido a ese avance que es imparable, desde la clase trabajadora y de las organizaciones gremiales no nos podemos poner en una postura de frenarlo, porque el avance de la tecnología a nivel mundial es imparable. Debemos juntarnos y ver de que manera podemos adaptarnos a esos cambios que se vienen. Ya lo han hecho algunos países, como Alemania, donde hay plantas de calzado y vestimenta donde no interviene la mano de obra humana. Ahí hay una jornada laboral reducida con intervención del Estado, donde una  parte del salario lo paga la empresa y otra parte lo paga el Estado. Hay que ver de que manera podemos garantizar los puestos de trabajo.

 

-¿Cómo han vivido los trabajadores argentinos el impacto de las políticas neoliberales?

Diego Seimandi: El impacto de la política neoliberal que ha aplicado el gobierno de (Mauricio) Macri sobre la clase trabajadora ha sido catastrófico. Hemos perdido en el sector industrial miles de puestos de trabajo. Nosotros representamos a la industria naval, sector que ha sido muy golpeado. Todo fue acompañado con un gran combo que desarrolló su política económica donde se dolarizaron las tarifas, el agua, la luz, el gas. Eso para la clase trabajadora se hizo muy difícil de pagar.

Se ha precarizado mucho el trabajo. No solo se perdieron puestos sino que se precarizó la mano de obra. Hubo una protesta social que fue significativa en el país, donde no solo nuestra central convocó también la CGT, las organizaciones sociales, políticas. Hoy estamos en un escenario critico. Hubo un acto eleccionario -las PASO, una interna abierta-, donde ampliamente el pueblo argentino demostró su descontento con este gobierno. Y esperamos que en la próxima elección el país va a tomar un nuevo rumbo.

En el gobierno anterior decíamos que había cosas para hacer y para mejorar, pero en gran medida ese gobierno entregó un país desendeudado, y la política de Macri hizo lo contrario: ha oprimido a la clase trabajadora expulsando trabajadores del mercado laboral, elevando el costo de vida. Perdimos el 55% del poder adquisitivo de nuestro salario. Entregará un país totalmente endeudado. Tomaron el poder hace cuatro años y lo entregan con una deuda a cien años que representa el 86% del PBI y eso obviamente  va a condicionar mucho al gobierno que venga, pero creemos que con pacto social, una política de generar empleo, se puede sacar el país adelante.

 

-¿Cómo se ve en la vida cotidiana?

-En el sector han despedido trabajadores lo que supone un cambio total en la vida de la gente, porque se pierde obra social, derechos, la fuente de trabajo. Pero los que no lo perdieron han visto recortado su salario, han perdido poder adquisitivo. En Argentina teníamos uno de los salarios, medido en dólares, más alto de la región. Hoy está Venezuela último y nosotros la seguimos. Antes el trabajador abría la heladera y tenía para elegir, hoy están pasando necesidades en la alimentación. Han generado una catástrofe, por eso creo que va a costar mucho poner en pie al país, salir adelante, pero con este nuevo rumbo y un pacto social creemos que se puede salir adelante.

Maicon Vasconcelos: Con gobiernos neoliberales, liberales y coloniales que hemos tenido en Brasil, en la década de los 90 se llega a los dos tercios de la población brasileña pobre o extremadamente pobre. Cuando empieza el gobierno democrático popular de (Luiz Inácio) Lula se cambian las estructuras básicas de la política económica de Brasil. Entonces se cambia aquello de que el mercado arregla todo. El Estado toma este papel y comienza ha hacer inversiones en puntos estratégicos para desarrollar la economía. Intenta desarrollar un espacio diferenciado en la cadena productiva global. Realiza inversiones en universidades, en capacitación profesional, en aumentar escolaridad de la población y comienza un proceso de industrialización.

Pero en este periodo las personas son bombardeadas por los medios de comunicación, por las iglesias evangélicas, que les dicen que las mejoras que el pueblo tiene no son por las políticas económicas sino por su propio esfuerzo o quizá porque Dios lo quería. Esas personas no comprenden que todo lo que se ha desarrollado en su vida es por una política económica gubernamental.

A partir de la crisis de 2008 toda esa gente empieza a ser receptiva a que “el PT es un problema”, a que “China está creciendo con un PBI de 4 o 5%” y que el PBI de Brasil, que estaba en 6-7%, empieza a bajar por la crisis económica. Se llega al 2014 con la reelección de Dilma Rousseff pero con un 2,5% de crecimiento del PBI. Y viene el golpe. Siempre que llega en América Latina un gobierno que trabaja para la gente viene un golpe. Eso ha pasado a lo largo de la historia.

Entonces, cuando Petrobras empieza a ganar mercados europeos y estadounidenses, cuando los productos y los servicios, la carne, toda la economía brasileña empieza a tener un papel que no es el que quiere el imperialismo, viene el golpe. En particular por la integración que teníamos en organismos con la Unasur, la Celac, el Mercosur. Cuando todo eso empieza pesar llega el golpe. En se golpe tenemos dos facciones. Una que es la derecha neoliberal tradicional, y una derecha más radical que son los fieles de la dictadura, porque a diferencia de Argentina y Uruguay no se investigan los crímenes de la dictadura.

En ese momento llega Michel Temer que hace un desastre. Entrega áreas estratégicas a los norteamericanos y europeos. Uno de los focos de Temer fue desmontar la estructura que se ha creado en los gobiernos de Lula y Dilma. Liquidar los aumentos salariales, la participación en los gobiernos federales. Y en ese momento los medios de comunicación profundizan un proceso comenzado en 2016 de criminalizar los movimientos sociales y los partidos de izquierda. Se criminaliza todo con el Lava Jato. Ahora, gracias a las revelaciones de la revista The Intercept, queda demostrado que la estrategia de la extrema derecha era sacar a Lula de las elecciones, porque en las encuestas tenía 70% de aprobación. Entonces estaba claro que en 2018 el campo democrático popular volvería al gobierno en Brasil y contra todas esas políticas de de desmonte y de entrega a los bloques imperialistas. Ahora tenemos audios que comprueban que los jueces y los fiscales y la Suprema Corte, los empresarios, hacen un acuerdo nacional para no dejar a la izquierda volver.

Bolsonaro gana diciendo que va a aumentar el PBI. Pero en la primera semana se dedica a profundizar el proceso que Temer había empezado. Durante el gobierno de Temer se hizo una reforma laboral que ataca los derechos de los trabajadores y de los sindicatos. Y ahora Bolsonaro viene destruyendo todas las formas que la clase obrera tenía de contrapartida estatal. Saca el Ministerio de Trabajo, se acaban con todas las inversiones para el desarrollo social para poner  al país postrado ante los intereses estadounidenses. Se hace un desmonte total, a tal punto que hoy, a ocho meses de las elecciones, se hace una encuesta y el 70% de las personas dicen votarían al PT.

Por eso el golpe contra la clase obrera es muy fuerte en Brasil. Pero no solo para los trabajadores sino también para la democracia.

 

-Hay coincidencias en las reformas laborales en ambos pases, a su juicio eso ¿forma parte de un plan contra trabajadores?

D.S.: Si claramente. En Argentina degradaron al Ministerio de Trabajo, lo transformaron en una secretaría. Nosotros tenemos una concepción muy clara y que la única forma de sacar adelante un país es trabajando y produciendo. Lamentablemente otra de las políticas desarrolladas fue la apertura de importaciones. Han invadido el país de productos importados y hemos perdido miles de puertos de trabajo debido a que no hay forma de competir.

Como había una estrategia de gobiernos nacionales y populares, como fueron el de Kirchenr, Lula, el Pepe, Evo Morales, los presidente que han trabajado para la unidad de América Latina, hay un avance y un plan sistemático de la derecha para tratar de oprimir a este bloque que venía trabajando para tener una independencia económica. Macri es un títere de Estados Unidos. Bolsonaro es un operador político de Estados Unidos en la región. Son gobiernos impuestos por Estados Unidos que gobiernan no para los intereses nacionales sino para Estados Unidos.

En nuestro sector nos tocó atravesar un conflicto que costo que muchos compañeros fueran presos, nos reprimieron, tuvimos muchos heridos, golpeados en la cárcel. Terminamos tomando el Ministerio de Economía de la provincia de Buenos Aires, la fábrica. Fue un proceso de todo el año de lucha. El origen estaba en la entrega de un buque petrolero, de doble casco, de última tecnología, que lo había encargado el gobierno de Venezuela al gobierno anterior y que por una imposición de Estados Unidos sobre Macri, ese buque no tenía que salir del astillero. Aparte del bloqueo económico que lleva adelante Estados Unidos sobre Venezuela a nosotros nos paralizaron la fábrica porque había una imposición del imperio. Y así operaron en todos los países de la región donde pudieron.

Sabemos que en su país (Uruguay) hay un gobierno nacional y popular desarrollando su gestión y sabemos que hay una imposición de Estados Unidos de que la derecha tome el poder y no tengo ninguna duda que va a aplicar la misma política que aplica en la región. Por eso esperamos que el pueblo uruguayo sepa elegir y que se entere el daño que hace la derecha en el poder.

En sus planes han pretendido ahogar a los sindicatos. Había una plataforma digital para borrarse del sindicato. Los quisieron ahogar económicamente. Hay una estigmatización de los sindicalistas en los grandes medios de comunicación. No vienen solo por los sindicatos, ellos saben que el sindicato es la herramienta para luchar cuando vengan por los derechos de la clase trabajadora. Cuando en los medios de comunicación salen a decir que tal o cual sindicalista, no van por una persona, van por los derechos de los trabajadores, necesitan romper, fragmentar la organización gremial para después avanzar sobre los puestos de trabajo.

M.V.: Una de las formas de resistir a esta ofensiva puede ser un paro regional. Como los problemas son los mismos debemos tener una estrategia conjunta, entonces una de las posibilidades sería tener una agenda común. Porque es un proyecto del norte del mundo, porque desde tiempos coloniales el norte llevó adelante una política de mantener al sur como productor de aquellas materias que ellos consumen. Pero ese modelo está ahora en peligro.

Quieren bajar los costos de producción y el costo de producción son los salarios. Y los salarios de los trabajadores del norte han venido bajando en las últimas décadas. Ese sistema un día va a a explotar y para evitarlo la solución que ven es colocar un peso mayor sobre los trabajadores del sur.

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