El Senado de la República aprobará el martes 10 el mentado Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Uruguay y Chile, tras el visto bueno de los integrantes de la comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara Alta el pasado día jueves. Esa sesión duró 15 minutos porque era “inútil” un debate y preferible para la oposición “guardarse” la discusión en el Senado, informó a Caras y Caretas el legislador del Partido Independiete (PI), Pablo Mieres. “Nadie quiso hablar, ¿para qué?”, añadió. El objetivo de la oposición es “pasarle factura” al Frente Amplio (FA) “por la demora” en el tratamiento de este tema y “la falta de compromiso de varios de sus sectores con la apertura al libre comercio”. A juicio de Mieres, la actual polítca exterior -comandada por el canciller, Rodolfo Nin Novoa- es cuestionada por la mayoría de la coalición de izquierdas. Los presidentes Tabaré Vázquez y Michelle Bachellete firmaron el acuerdo en 2006. Desde entonces, éste se entreveró en una discusión ideológica entre los sectores del FA que derivó en un Plenario Nacional el 5 de mayo, el cual rechazó la iniciativa y exigió al Poder Ejecutivo informes sobre los impactos que tendría el TLC. Finalmente, en una reunión de ese organismo de la fuerza política del pasado 25 de junio se decidió apoyar la propuesta – una determinación en la que tuvo decisiva influencia la dirección del MPP – tras recibir un informe de impacto elaborado por los ministerios de Economía y Relaciones Exteriores. Este documento señala que el TLC determinará un aumento de US$ 15 millones anuales en las exportaciones de bienes. En tanto, si no se aprobara y entrara en vigencia un acuerdo similar entre Argentina y Chile, se exportarían unos US$ 60 millones menos a la vecina orilla.
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