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Argentina | Buenos Aires |

El CUSAM somos todos

Servicio penitenciario de la provincia de Buenos Aires responsable del ataque y destrucción de CUSAM

Jornadas de extrema violencia se suscitaron el pasado lunes en varios penales argentinos de la provincia de Buenos Aires.

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Jornadas de extrema violencia se suscitaron el pasado lunes en varios penales argentinos de la provincia de Buenos Aires.

Un inadecuado manejo por parte del Servicio Penitenciario con respecto a la apertura de las visitas de familiares, se constituyó en el emergente que unificó las protestas por parte de los prisioneros.

La promesa dada por las autoridades del Servicio Penitenciario y su posterior incumplimiento, permiten explicar, en primera instancia, los motines y protestas surgidos en varias unidades penitenciarias de la provincia.

La represión no se hizo esperar y el resultado final de la misma, fueron numerosos heridos y destrozos varios, fruto de las acciones de respuesta de las autoridades penitenciarias.

En esta oportunidad y una vez más, la violencia institucionalizada en los procedimientos de control de situaciones críticas siguió siendo “un remedio peor que la enfermedad”.

Testimonios recabados e informes recibidos desde organizaciones sociales y militantes comprometidos con el trabajo de atención a las situaciones de encierro y privación de libertad, son coincidentes en que la represión en la denominada Unidad 48 del Penal de José León Suárez, fue un vergonzoso ejemplo del ensañamiento represivo.

«No olvidemos quién empezó esto: un o unos funcionarios irresponsables, quiénes sabiendo lo que significa en la cárcel la visita familiar, decidieron suspenderla cuando ya estaban afuera, esperando para ingresar, después de meses de no poder hacerlo.
No olvidemos quiénes usaron a lo largo de la historia y usan, el fuego, la violencia, la destrucción como metodología de adoctrinamiento», ha expresado en redes una de las docentes históricas de CUSAM, Gabriela Salvini».

De acuerdo a este y otros testimonios “allí se vivió una jornada de violencia de dimensiones medievales”, las fuerzas de respuesta penitenciaria, toda vez que se había alcanzado el control de la situación, procedieron al ataque infame de un símbolo del trabajo que es posible desarrollar dentro de las prisiones: imbuidos de un odio desproporcionado procedieron a destruir e incendiar equipamientos y medios del Centro Universitario de San Martín (CUSAM).

CUSAM es, desde hace varios años, un símbolo de lo que es posible construir cuando lo que ordena el relacionamiento con las prisiones no se alimenta de los odios y los desprecios.

Allí funciona, en articulación con la Universidad de San Martín, un centro de estudios universitarios por el cual han pasado desde prisioneros hasta funcionarios penitenciarios.

Símbolo de otra forma de comprender aquello que suele denominarse “rehabilitación”, CUSAM es algo más que una continuidad de la Universidad de San Martín, ella revela que es posible, con mucho esfuerzo y dedicación colectiva, que es posible construír entre todos lo que antes también y de alguna forma, ha sido destruido por aquellos a los que la palabra “todos” tanto aterra.

CUSAM es, a pesar de toda la destrucción que hoy la habita, una palabra cuya polifonía alcanza a: esperanza, futuro, lucha, igualdad, proyectos colectivos.

Ella es y sus estudiantes son, unos verdaderos artífices y aprendices de todo lo que es necesario revolucionar para que, en serio y de forma consistente, el universo de derechos no sea esa pésima caricatura de derechos recortados, retaceados y condicionados.

Frente al accionar violento de los funcionarios penitenciarios quedará el accionar de los estudiantes de CUSAM quienes fueron “quienes en medio de la violencia desatada defendieron con sus cuerpos ese espacio, no permitiendo que se llegase a entrar para destruirlo, fueron ellxs quienes hicieron vigilia en su defensa hasta las seis de la mañana”

Pero la desidia de las fueras de la violencia no se detuvo, “una vez en sus pabellones y “engomados” (sin poder salir de sus celdas) los estudiantes de CUSAM comienzan a ver humo en las inmediaciones del CUSAM. Allí comenzó la desidia y venganza por parte del SPB quien, literalmente, destruyó todo lo que estuvo a su alcance. Prendieron fuego la biblioteca, la radio, el Centro de Estudiantes, todo. Se quemaron los libros, las computadoras, los bancos, todos los instrumentos musicales que pertenecían al grupo de música “Rimas de Alto Calibre”, banda que nació en ese espacio y que han podido romper cadenas en esa libertad conseguida”.

El odio de la destrucción y el desprecio por la posibilidad de “otro mundo posible”, llegó “al punto de meterse con una Universidad Nacional, con un Centro de estudios que permitió que cientos de privadxs de la libertad pudiesen salir de su situación de encierro enceguecedor y excluyente, pudiesen seguir una carrera, recibirse, asistir a talleres curriculares y extracurriculares, pudiesen encontrar allí no una salida sino una entrada que siempre les fue vedada por una sociedad que en lugar de incluir excluye. Ese espacio significa mucho más que un Centro de estudios universitarios, es el corazón que sirve como motor de superación para cada unx de lxs pibes, y para todxs lxs que hemos tenido la posibilidad de conocerlo y respirar lo que allí se vive: solidaridad, compromiso, entrega y lucha”.

Lejos de lo que pueda pensarse CUSAM no se detiene, como respuesta a la destrucción se encuentra en marcha una campaña para reconstruir lo que el odio y la desidia destruyeron.

“Radio Mosquito, la Biblioteca, el Centro de Estudiantes “Azucena Villaflor”, son sitios que nos han albergado y nos han hecho crecer, donde nos aprendimos todxs durante muchos años, eso hoy está destruido. Nada puede rescatarse desde lo material, pero sí el espíritu que allí sigue flameando, que son los nombres de lxs compañerxs que lo hicieron posible, muchxs que ya no están pero que sigan marcando el camino, como un Mosquito, hacedor de sueños y realidades y que hoy la radio lleva su nombre, y que hoy más que nunca no olvidamos las palabras que un día nos dijo y que hoy ya es consigna: ¡Nosotrxs somos todxs! Y entre todxs reconstruiremos el CUSAM.

Cuando creen que nos quiebran se equivocan, nosotrxs nos multiplicamos.

Compañerxs de todos lados, necesitamos de su ayuda. Estamos recolectando: mesas, sillas, libros, computadoras, instrumentos de música, equipamiento para radio, pintura, pinceles, cuadernos, hojas, todo lo que hace a un espacio de estudio, para que lxs pibxs puedan, cuanto antes, volver allí a seguir construyendo libertad dentro del encierro” se lee en la proclama que circula en redes sociales.

La proclama en defensa de CUSAM y por su reconstrucción es, además, de un llamado a la solidaridad, una forma especial de hacer renacer del fuego y la destrucción perpetrados por el odio y la violencia institucional, una proclama que reivindica que siempre, no importa cuántas veces se le ataque: la esperanza y sus futuros son el único horizonte

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