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Política

BOTTINELLI OBSERVA LA SITUACIÓN DEL FRENTE AMPLIO TRAS LA ELECCIONES DEPARTAMENTALES

“Si el análisis no es de clase, no hay posibilidad de recuperación”

Para el responsable de la consultora Factum, el FA se debe un debate sobre las causas de la derrota electoral de 2019 y de la pérdida de gobiernos departamentales y locales en las pasadas elecciones del 27 de setiembre. Dijo que le extraña que los análisis que circulan no contengan la perspectiva de clase.

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Después de 15 años de gobierno el Frente Amplio, volvió a los mismos niveles de hace 20 años. En octubre alcanzó el 39% de los votos, el mismo porcentaje que en 1999, y en las pasadas elecciones departamentales llegó al 40%. Para Óscar Bottinelli, responsable de la consultora Factum y reconocido analista de la realidad política uruguaya, esto se debe, entre otros factores, a la ruptura de la histórica alianza con sectores de la clase media y pequeños productores, así como a la pérdida del voto de sectores del denominado subproletariado, o sea, quienes no tienen relaciones de trabajo formal.

En entrevista con Caras y Caretas, Bottinelli señaló que el análisis de las causas de la derrota que el FA inició carece de la perspectiva de clase. Y fue categórico: “Si el Frente no analiza desde el punto de vista de clase estas rupturas, no tiene posibilidad de recuperación”.

 

Pasaron las elecciones departamentales y se cierra un largo proceso electoral. Vistos los resultados, ¿cuál es el escenario que se abre para el Frente Amplio?

En primer, lugar al Frente Amplio le bajó a tierra los efectos del gran golpe que tuvo en octubre del año pasado. En realidad, si comparamos, el Frente Amplio el 27 de octubre de 2019 saca, más o menos, el mismo porcentaje de votos que en octubre de 1999, el 39%. Con ese respaldo obtuvo en mayo de 2000 el gobierno departamental de Montevideo, o sea, retuvo Montevideo. Y nada más. Y ahora con el mismo porcentaje de votos a nivel nacional retiene Montevideo, Canelones y Salto. Es decir, para el golpe que tuvo en octubre en materia territorial sale mejor que con igual porcentaje de votos de hace 21 años.

Lo que ocurre es que al Frente Amplio le costó asumir la magnitud del golpe que tuvo el año pasado y que eso se iba a reflejar necesariamente en un retroceso a nivel departamental. Y a nivel local, cosa que hace 20 años no existía porque no había municipios. Pero es lógico: si hay retroceso a nivel departamental, lo hay también a nivel local.

Lo importante para el Frente Amplio es que si uno suma lo que pasó en Montevideo, donde la coalición de cada 10 votos que tuvo para intendente tuvo cinco para los municipios, es decir la mitad de la gente lo votó, pero el Frente de cada 10 votos que tuvo logró cuatro para los municipios, se demuestra que tiene un problema de inserción territorial. Eso es un tema básicamente de dos cosas, o del atractivo de los candidatos. Claramente la coalición se benefició en el Municipio Ch, donde presentó tres candidatos y dos de ellos muy potentes. Andrés Abt, que ya había sido alcalde y que deja la banca de diputado para volver a ocupar ese cargo, y el arquitecto Burkatovsky. Y el tercer candidato, impulsado directamente por la gente del presidente de la República, que fue Jorge Seré. Entonces, fue una competencia con Abt, que se veía en la propaganda en la zona del Ch -Punta Carretas, Pocitos, Buceo, Parque Batlle, La Blanqueada- donde se encontraba que era más grande el cartel que decía Abt que el que decía Laura Raffo. Apostaron a la figura de un alcalde que se fue de su primer período con una imagen excepcional. También le pasó al Frente Amplio en el caso de Gabriel Otero en el Municipio A, que arrasó. Además del Frente se sumó la figura de Gabriel Otero.

Pero salvo algún caso así, lo demás pasaba por el encarte, lo que antes se llamaba el ensobrado o sea poner la hoja municipal dentro de otra hoja. Eso era cuando el voto se distribuía mano a mano y notoriamente la coalición tuvo más eficiencia que el Frente Amplio. Eso quiere decir que hay problemas de militancia o de llegada territorial del Frente Amplio.

 

¿Eso se repitió en otros lugares?

Lo mismo pasa al perder municipios emblemáticos donde el Frente Amplio era hegemónico, como Piriápolis, San Carlos, Chuy y Bella Unión, por solo nombrar cuatro de peso donde el Frente Amplio era dueño y señor.

Bella Unión tiene una explicación muy clara: era el último coletazo del tema Ancap-Alur. El dominio del Frente Amplio tenía que ver con la política de Ancap-Alur, el desplome de esas políticas trae el desplome de Bella Unión.

La verdad que no tengo explicaciones para Piriápolis, San Carlos y Chuy. Sobre todo Chuy donde parecía que el Frente Amplio era imposible de derribar con el papel que había jugado Mary Urse al frente del municipio y sin embargo perdió.

En Piriápolis tal vez la explicación sea que Mario Invernizzi no pudo ser candidato a la reelección por haber agotado los dos períodos. Había un voto muy personalizado y había ganado muchos votos de gente blanca en las elecciones anteriores.

Además, el Frente Amplio ha demostrado a lo largo del tiempo que tiene dificultad para retener intendencias. Dejo de lado Treinta y Tres porque Treinta y Tres nunca la ganó, se la regaló el Partido Nacional en 2005 porque se pelearon a muerte entre dos bloques del Partido Nacional y uno saboteó al otro. Entonces el Frente no tenía forma de retenerlo cuando los blancos hicieron las paces. Pero por ejemplo Artigas lo tuvo una sola vez, Florida una sola vez. Paysandú, igual que Salto, lo obtuvo cuando ganó Tabaré Vázquez, perdió la siguiente, volvió a ganarla y ahora Paysandú la pierde de nuevo. Y Salto en realidad la ganó regalada porque el Frente Amplio en Salto perdió mucho voto. Sucede que fue tan dura, extremadamente dura, salvaje, la lucha entre Partido Colorado y Partido Nacional, con acusaciones contra el Parido Nacional de clientelismo, de usar el peso presidencial, de repartir beneficios del Mides. El Mides jugó en la campaña electoral contra el Partido Colorado. Ellos lo sentían que no era contra el Frente sino contra ellos. Eso al Frente le permitió ganar. Yo creo que ganó entre otras cosas porque viendo la situación en que estaba la coalición hubo gente que dijo ‘mejor el Frente porque la cosa es más tranquila’. Pero perdiendo mucho voto.

Y Río Negro también por única vez. Lo que revela esto es que el Frente tiene problemas en el manejo local, en la implantación territorial. Ese es el problema.

 

En otra entrevista usted mencionó algunas de las posibles causas que explican la derrota electoral de 2019, teniendo en cuenta esos motivos, así como el resultado electoral del 27 de setiembre. ¿Cuál puede ser la perspectiva para los próximos cinco años?

Mirando los datos del 27 de setiembre a nivel nacional, el Frente Amplio en todo el país saca el 40%, lo que es más o menos lo que tuvo en octubre, que fue el 39%. La coalición multicolor no votó bien. Muy buena la propaganda que están haciendo para crear otra sensación, pero votó mal. Votó igual que en el balotaje. En octubre del 19 había obtenido el 55% si le sumamos los votos del PERI de Montevideo, que adhirió a la coalición en las departamentales. Y del 55% sacó el 50% en setiembre. Cuando en el balotaje había sacado el 49%. En todo caso perdió cinco puntos. Es decir que la coalición no tiene el respaldo de los que votaron a sus partidos en octubre. Desde ese punto de vista tiene un respaldo parlamentario mayor al sustento que tiene el gobierno.

El tema es que el Frente Amplio, yo he visto algunos documentos primarios, sigue manejando cosas de tipo organizacional y coyuntural y no va a lo profundo. El tema no es si el Frente Amplio funcionó mal o no. Dice que hubo desarticulación entre la fuerza política y los movimientos sociales. Los movimientos sociales son de izquierda también. Lo que perdió votos fue la izquierda. Los movimientos sociales no iban a aportar más votos aunque se movilizaran coordinadamente. El tema es que el Frente tuvo rupturas con clases sociales. Y es raro que en la izquierda el análisis de clases sociales no entre. El Frente Amplio tuvo una ruptura con las capas medias tras un largo proceso de elaboración y acumulación en la izquierda. Desde 1956, en el congreso del Partido Comunista, pasando por la formación del Congreso del Pueblo, Plenario Obrero Estudiantil. Y luego la formación del Frente Amplio, que explícitamente expone como elemento de alianza la de los empleados y obreros con los pequeños y medianos comerciantes, industriales, productores rurales, profesionales, intelectuales y artistas. Pero en los 15 años de gobierno rompió esa alianza. Las capas medias, sobre todo las profesionales, las que trabajan por su cuenta, las que emplean gente sienten que el Frente Amplio los combatió. El Frente Amplio eso lo tiene que analizar.

Y, además, lo que modernamente se llama subproletariado, que es más que el viejo lumpemproletariado, la gente de niveles más bajos, la que no tiene empleos formales. Esa gente el Frente la captó en parte con Tabaré Vázquez pero fundamentalmente con (José) Mujica y la labor del MPP. Pero la perdió. La ganó y la perdió en menos de 20 años. Y ahí no se pierde solamente porque haya aparecido la figura de (Guido) Manini Ríos.

Para que alguien gane se requiere primero que el otro pierda. Si la gente estuviera conforme con el Frente Amplio, no se iba. Se fue porque el Frente Amplio la decepcionó. Y lo hizo porque los planes sociales no fueron estructurales. Hay una entrevista mía de Caras y Caretas cuyo titular fue una frase que decía “el Frente Amplio sacó a pasear a la gente de la pobreza”, porque las reformas servían mientras hubiera dinero y no eran estructurales. Lo primero para combatir la pobreza es cuando para una persona su vivienda, su hábitat, cambia radicalmente como cambió para mucha gente con el viejo Plan Nacional de Vivienda de 1968 y el impulso al cooperativismo de vivienda.

No es que la pandemia demostró la fragilidad de las políticas sociales. Ya a partir de 2015 se notó la fragilidad y ahí empeoró la inseguridad, porque la inseguridad el Frente Amplio no logró controlarla, igual que el avance de la droga, que tampoco está siendo controlado por este gobierno. Eso fue en los niveles más bajos. Donde el que lucha por su vida tiene al lado al que está en la delincuencia o en la droga, ya sea en el tráfico propiamente dicho, ya sea en el transporte, el delivery.

Si el Frente no analiza desde el punto de vista de clase estas rupturas, no tiene posibilidad de recuperación. Si cree que el tema tiene que ver con organización, con propaganda o con estructura entre fuerzas política y movimientos sociales, va a corregir cosas, pero no las va a revertir.

Tampoco revierte el tema analizando las clases sociales si no hace las reformas en organización, en comando.

Y lo otro fundamental es el tema de comando. El Frente Amplio hace años que carece de dirección colectiva. Para mucha gente el Frente Amplio es el local de Colonia y Ejido. No, el Frente Amplio es el gobierno, el Parlamento, los sectores políticos, la estructura de la calle Colonia. Es todo, pero no hay una dirección colectiva que se siente, no estoy hablando del congreso o el plenario, no para resolver los problemas del día a día, sino trazar una estrategia, a ver a dónde se va. El Frente Amplio para recuperarse debe desarrollar un trabajo muy profundo de pensamiento y no solo pensar qué candidatura puede llevar.

 

¿El Frente Amplio no tiene dirigentes de fuste, que piensen la política, como Arismendi, Michelini o Juan Pablo Terra?

Lo que pasa es que, además de que no es fácil la renovación de grandes conductores, los gobiernos debilitan mucho. Llevan a pensar el día a día, además conduce a que la lucha por los cargos empieza a superar la lucha por programas por ideas, por objetivos estratégicos. Si no, no se explica la cantidad de listas que tuvo el Frente Amplio, tanto en 2019 como ahora, y esa gente no estaba haciendo una distinción exegética de la Biblia y por eso uno discrepaba con el otro. No, era una  búsqueda de posiciones de poder. Cuando uno está pensando “qué voto saco, que cooperativa electoral para sumar votos hago para ver qué cargos consigo”, no se está pensando qué se va a hacer con Uruguay.

 

En resumen, ¿la perspectiva no es optimista?

La perspectiva dependerá de lo que haga. El Frente Amplio tiene muy buenas perspectivas dependiendo de cómo le vaya a la coalición y de lo que haga por sí mismo. Si sigue como se vio en los últimos años en particular, le va a costar y sobre todo si el análisis no comprende los errores del gobierno.

Hay una frase que dice que nadie pierde el gobierno después de 15 años por errores de campaña o por errores de organización. Cuando alguien pierde el gobierno es por errores de gobierno. Errores para la gente. Los que juzga la gente. De repente el gobierno fue brillante, pero hizo las cosas y la gente no las entendió, puede ser. Pero el tema es que los errores son de gobierno y se tiene que ver en qué se equivocó para perder después de 15 años y volver al mismo electorado que tuvo 20 años atrás. Mejor dicho, mucho más atrás, porque hace 20 años (Rafael) Michelini estaba afuera del Frente Amplio. Entonces, sumando al Nuevo Espacio, hace 20 años estaba mejor que ahora. Después de 15 años de gobierno, hay que ver por qué tuvo este retroceso.

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