Cuquejo explica que los lunes se establecen objetivos alcanzables en cuatro días, dejando los viernes como una opción libre si no se han completado las tareas. Aunque, en la mayoría de los casos, los empleados logran organizarse para disfrutar de un fin de semana largo. “Los objetivos los fijamos nosotros mismos, así que están pensados para ser cumplidos en cuatro días”, aclara.
El impacto en los empleados: menos estrés, más responsabilidad
Los empleados de Hack a Boss coinciden en que la semana de cuatro días no elimina el estrés completamente, pero sí les brinda mayor autonomía y satisfacción laboral. Elena Hernández, especialista en Selección de Perfiles IT, destaca que la flexibilidad de este modelo le permite sentirse valorada por su trabajo, en lugar de solo cumplir un horario. Para ella, la clave está en la libertad de gestionar su tiempo, lo cual la ha hecho sentir más motivada y comprometida con sus tareas.
Randy Ponte, líder de comunidad en Hack a Boss, también elogia la flexibilidad horaria, que le permite equilibrar sus obligaciones personales con su trabajo. Aunque admite que la exigencia sigue siendo alta, siente que tiene más control sobre su tiempo y que su compromiso con la empresa ha crecido.
Por otro lado, Doa Rodríguez, especialista en diseño y parte del equipo de marketing, argumenta que la semana laboral de cuatro días fomenta una mayor productividad al reducir el tiempo perdido. "La semana de cinco días deja más espacio para distracciones", comenta. Ahora, en su tiempo libre, puede estudiar y pasar tiempo con su familia, lo que considera fundamental para su bienestar.
Un modelo con ventajas y desafíos
A nivel global, varios experimentos han mostrado resultados positivos con la semana laboral de cuatro días. En Islandia, por ejemplo, más de 2.500 empleados experimentaron mejoras en productividad y bienestar tras la reducción de su jornada. Microsoft Japón reportó un incremento del 40% en la productividad con un esquema similar. En Reino Unido, un estudio de 2022 con 73 empresas reveló que casi la mitad de las compañías vieron mejoras significativas en rendimiento.
Sin embargo, no todo es positivo. La empresa australiana Yarno implementó este modelo, pero tras dos años decidió revertirlo debido a problemas de cohesión y resentimientos entre los equipos. Este es un recordatorio de que la semana laboral de cuatro días no es una solución universal y debe adaptarse cuidadosamente a cada contexto laboral.
El futuro de la semana laboral de cuatro días
Hack a Boss ha demostrado que, en el sector tecnológico, la semana laboral de cuatro días puede ser una herramienta poderosa para atraer y retener talento. Pero, como señalan sus empleados, este modelo no es una fórmula mágica que elimine el estrés o las responsabilidades laborales. Requiere una gestión eficaz del tiempo y una mayor autonomía por parte de los trabajadores.
A nivel internacional, la conversación en torno a la semana laboral de cuatro días sigue creciendo. En el Foro Económico Mundial de Davos, Sander van ‘t Noordende, director de Randstad, calificó este modelo como "un imperativo empresarial", destacando sus beneficios tanto para la salud de los empleados como para el medio ambiente. Van ‘t Noordende instó a las empresas a cambiar su enfoque hacia los trabajadores, tratándolos con la misma consideración que a sus clientes.
Fuente: Con información de El País (Madrid)