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Sociedad maltratos |

Maltrato policial en Tacuarembó

Comisario y subcomisario apretaron a un preso para que denunciara a su defensor de oficio

Los maltratos de la policía de Tacuarembó hacia detenidos en las últimas semanas generaron varios resultados: un tímpano roto de una persona finalmente puesta en libertad, una pareja detenida sin orden judicial por 8 horas y la denuncia contra un defensor público señalando que colaboró con la fuga de un recluso. Al mismo tiempo, se denuncia el apriete de un comisario y subcomisario para que ese detenido declarara en contra de su abogado. Al panorama se suma un fiscal adjunto que amenazó al abogado de oficio con no entregarle más partes policiales ni carpeta investigativa.

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La investigación sobre maltratos policiales en el interior del país se complejiza porque los fiscales se encuentran que tienen que investigar a su propio equipo. “Si lo hacen arriesgan a que se caiga su propia investigación”, dijo a Caras y Caretas el defensor público, Joaquín Gamba, quien ocupó la presidencia de la Asociación de Defensores de Oficio.

Dos de las situaciones denunciadas por el defensor de oficio ocurrieron antes de la feria judicial. Caras y Caretas pudo conocer que ante la jueza Anabel Saravia se denunció que un detenido fue golpeado hasta que perdió su tímpano. Se trata de un menor que fue detenido por la policía mientras transitaba en una bicicleta denunciada como hurtada. La policía lo detuvo, en la denuncia consta que le pegaron con palos hasta que el chico les dijo que no podían pegarle así…pero en represalia uno de los efectivos policiales le pegó con la mano abierta en su oído izquierdo, diagnosticándosele rotura de tímpano”. Finalmente el menor, sin antecedentes, fue liberado por la fiscalía.

Otra de las situaciones denunciadas recientemente por el defensor de oficio fue la de una pareja detenida ilegalmente esto es, sin orden judicial. Ambos permanecieron unas 8 horas detenidos sin que tampoco se notificara al fiscal de turno. El hombre había sido detenido tiempo atrás. Durante ese primer operativo de detención, según su relato, la policía había incautado dinero de su domicilio y no se le había devuelto. Semanas atrás, sobre las cuatro y media de la mañana decidió, junto a su pareja, buscar el dinero a la seccional. Ingresó a la sede policial y se encontró con que estaba vacía, sin policías a esa hora. Observó el lugar y vio un chaleco antibalas. Resolvió hurtarlo. Sobre las 7 y media de la mañana uno de los oficiales se dio cuenta que faltaba un chaleco “y como en Tacuarembó nos conocemos todos de alguna manera se supo quién se había llevado el chaleco”, dijo el defensor de oficio Joaquín Gama a Caras y Caretas. Sobre las 8 de la mañana la policía detuvo al hombre y a su pareja. Tras varias horas de detención, sobre las 15:30 horas, la policía planteó al detenido que fuera a buscar el chaleco y que en tanto su pareja quedaría detenida hasta que él volviera con el chaleco antibalas. Luego de la devolución, ellos, liberarían a la mujer”.

El abogado denunció la situación porque la detención fue ilegal desde el comienzo: sin orden judicial porque en ese caso no se podía proceder a la detención por parte de la policía pues no se trataba-explicó Gamba- de un hurto flagrante, es decir, la policía no vio en el momento que el hombre había hurtado el chaleco. “Indefectiblemente necesitaban orden judicial para detenerlo”, dijo el defensor de oficio.

Luego de este procedimiento irregular e ilegal hubo un informe a la justicia donde la policía describe que la pareja estuvo cuatro horas detenida y que el chaleco antibalas apareció, solo, en el hall de la seccional, y que alguien lo había dejado allí envuelto en una sábana. Gamba contrastó que la detención se extendió unas 8 horas y que de hecho hay un acta policial que indica cómo se procedió sobre las 16 horas en la casa de la mujer-aún detenida en la Seccional-en busca del chaleco antibalas hurtado. “Es decir que en la tarde seguían buscando el chaleco”, agregó Gamba a Caras y Caretas.

El apriete de la policía a un recluso

“Cuando estaba en Fiscalía mis esposas estaban abiertas y me di a la fuga por mi propia voluntad, sin ayuda”, así comienza la declaración formal del detenido de iniciales D.L quien denunció cómo policías de Tacuarembó lo apretaron para que declarara en contra de su abogado de oficio.

En un audio que registra la conversación del recluso fugado y sus abogadas al que accedió Caras y Caretas se le pregunta sobre la situación de su fuga.

-¿ Antes de que hablaras con tu abogado te habías dado cuenta de que las esposas estaban flojas?

-Si, se me aflojó una, aproveché y me di a la fuga.

El hombre relató que cuando la policía lo detuvo el 18 de abril pasado “me insistieron que dijera que el Dr. Joaquín Gamba me había dado las llaves de las esposas. Los de Investigaciones me decían eso yendo para el hospital y luego en la Seccional. En todo momento que estuve con la policía me insistían que dijera que Gamba me había ayudado”. El detenido describió que había dos policías vestidos de particular y el resto estaba con su uniforme. “Me dijeron que declarara eso y que iba a caminar bien y no me mandarían a la cárcel de Carancho porque si no lo declaraba eso ellos iban a hablar con el resto de los presos para que yo tuviera problemas”.

Ante las preguntas de sus abogadas, D.L, precisó que “la policía insistió que dijera que Gamba me había dado una llave para abrir las esposas”. El hombre relató que finalmente de todas formas la policía no cumplió y que lo trasladaron a la cárcel de Carancho. El recluso primero contó en una carta a su hermana -como adelantó Caras y Caretas en su sitio web el 10 de julio pasado-sobre el apriete vivido y luego formalizó su declaración ante sus abogadas y la justicia.

Sin embargo, la denuncia de los policías contra el defensor de oficio fue atendida por la fiscal Mabel Brites, quien actualmente cumple funciones en el departamento de Maldonado. Tras la información proporcionada por la policía, la fiscal Brites denunció al defensor público ante la Suprema Corte de Justicia. Al mismo tiempo, Gamba denunció a efectivos pertenecientes a la Dirección de Investigaciones de la Policía de Tacuarembó y a la fiscal Mabel Brites. A los policías de esa dirección -comisario Guillama y subcomisario Barrios-, por simulación de delito, y a la fiscal Brites, por el delito de calumnia.

La Asociación de Defensores de Oficio en un comunicado público apoyó el rol de su colega en Tacuarembó, describió las “amenazas y ataques” de los que son víctimas los defensores públicos y exhortó “a todos los operadores jurídicos a defender y estimular las garantías del debido proceso”.

Pero como corolario de las denuncias presentadas tras maltratos policiales, el fiscal Federico Fascioli adjunto a la Fiscalía de 1er Turno denunció al abogado Joaquín Gamba tras su denuncia por la detención ilegal de la pareja que permaneció unas 8 horas en la Seccional luego que el hombre hurtara el chaleco antibalas.

El fiscal adjunto elevó la denuncia ante la Suprema Corte de Justicia indicando que el defensor de oficio formula denuncias falsas contra la policía.

Antes de esto, el fiscal Fascioli había amenazado al abogado de oficio con no otorgarle más los partes policiales de los casos que represente, ni tampoco la carpeta investigativa impresa (llamada carpeta investigativa física). Fascioli invocó en un audio al que accedió Caras y Caretas a la Fiscalía General de la Nación “que no quiere que los fiscales otorguen a los defensores los partes policiales, ni la carpeta física y tampoco, trasmitió, la Fiscalía quiere prestar más su sala de audiencia para que los defensores de oficio entrevisten a los detenidos. “Si quieren hablar vayan al garaje”, dijo el fiscal adjunto al abogado Joaquín Gamba.

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