“¿Pueden acaso los amigos del novio estar de luto mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que les será quitado el novio, y entonces ayunarán.”
A partir de esta y otras enseñanzas, la Iglesia fue estableciendo normas comunes para toda la comunidad de fieles. Según el Código de Derecho Canónico, todos los católicos están llamados a realizar actos de penitencia, y para unificarlos, se establecieron días específicos para el ayuno y la abstinencia. El canon 1249 establece que:
“Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por ley divina a hacer penitencia; (...) observando el ayuno y la abstinencia, a tenor de los cánones que siguen.”
¿Quiénes deben cumplir con esta práctica?
La Iglesia estipula que la abstinencia de carne es obligatoria a partir de los 14 años, mientras que el ayuno —entendido como una comida principal y dos colaciones menores que juntas no superen la principal— se recomienda para los fieles entre los 18 y 59 años.
El pescado como símbolo y alternativa
Ante la prohibición de consumir carnes rojas, muchos optan por preparar recetas a base de pescado, un alimento cargado de simbolismo cristiano. Platos como las empanadas de vigilia (habitualmente rellenas de atún), las rabas o la tortilla de camarones se convierten en protagonistas de la mesa durante este día.
La abstinencia en el tiempo de Cuaresma
Si bien el Viernes Santo es el epicentro de esta práctica, la abstinencia también se observa durante toda la Cuaresma, el período de 40 días que comienza con el Miércoles de Ceniza y concluye antes del Domingo de Pascua. Durante este tiempo de preparación espiritual, la Iglesia invita a sus fieles a renunciar a ciertos placeres como forma de reflexión y conversión. La abstinencia de carne se reserva para todos los viernes de este período, en memoria del sacrificio de Cristo.