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Sociedad Codicen | transformación educativa |

Denuncias y reclamos

Lo que Robert Silva le dejó a la educación

Representantes de gremios de la enseñanza dialogaron con Caras y Caretas sobre la gestión de Robert Silva como presidente del Codicen de la Anep.

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Caras y Caretas Diario

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"Robert: trepador competente", "Robert: mentiroso acreditado", "Robert: colorado emprendedor", "y se marchó y al recorte lo llamó transformación", "Robert: no has desarrollado las competencias suficientes para tu rol", “no es transformación es destrucción”, “reformame esta”, expresaban algunas de las pancartas sostenidas por integrantes de diferentes gremios de la enseñanza que el pasado miércoles se manifestaron frente al Consejo Directivo Central (Codicen) y despidieron la gestión de Robert Silva como director del organismo.

La movilización se desarrolló en el marco de una doble jornada de paros convocada por la Asociación de Docentes de Educación Secundaria (ADES), que inició el día martes con ocupaciones en unos doce liceos de Montevideo. Participaron también AFUTU, la Asociación de Trabajadores de Educación Secundaria (ATES), filiales de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (FENAPES) y el Sindicato Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de la Enseñanza Privada (SINTEP). A nivel estudiantil, la Coordinadora de Gremios de Secundaria del Área Metropolitana también decidió apoyar y acompañar la convocatoria, así como la Asociación de Estudiantes de Educación Social.

Los gremios de la enseñanza esperaban que este miércoles fuera la última sesión de Silva al frente del Codicen, ya que había trascendido que presentaría su renuncia para lanzar su precandidatura a la presidencia de la República por el Partido Colorado. Finalmente, el organismo realizó una sesión extraordinaria el día jueves en la que se trató la renuncia y el cambio de autoridades.

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Sobran los motivos

La medida de paro por 48 horas, con ocupación de liceos y manifestación en el Codicen, responde a un acumulado de situaciones y problemáticas sin responder, según expresaron desde Ades. Se manifestaron en contra de la transformación educativa, de la aprobación de la nueva malla curricular para primer año de bachillerato y de la gestión de Robert Silva, que implantó una reforma educativa y se fue.

Camila Menchaca, dirigente de Ades, explicó a Caras y Caretas que sin haber terminado el año lectivo ni evaluado la eficacia de la transformación educativa en el Ciclo Básico, "se puso un pie en el acelerador" respecto a un conjunto de modificaciones que preocupan "bastante" al gremio docente. Entre ellas, mencionó el nuevo reglamento de evaluación estudiantil para el pasaje de grado y la malla curricular para cuarto año del año que viene, votada únicamente por el oficialismo del Codicen, sin considerar las observaciones de las Asambleas Técnico Docentes.

A esto se suma, prosiguió Menchaca, el inicio de un nuevo año y, por ende, un nuevo proceso de elección de horas, que ya tiene "dificultades enormes". "Por un lado, está la discusión sobre cuántos grupos van a funcionar el año que viene, y ya se avizora un nuevo recorte de grupos. Hay liceos como el Damaso donde se planteó eliminar un turno completo, lo que implica más superpoblación. La otra dificultad es que, si el año que viene la transformación educativa funciona con algunas materias de carácter optativo para los estudiantes, también habrá una reducción importante de horas de trabajo".

Otra de las problemáticas que denuncia el gremio docente es el mal funcionamiento de los mecanismos de negociación colectiva. "Hace una semana se aprobó el plan de formación integral del Codicen de la Anep, que implica la realización obligatoria de cursos sobre la transformación educativa, que en un primer momento nos dijeron que eran opcionales. Ahora estos cursos se colocan como obligatorios e implican un montón de horas de trabajo no remunerado, en el sentido de que no otorgan días por estudio para realizarlos".

Con respecto a la manifestación frente al Codicen, la dirigente argumentó que este organismo es "el que viene aprobando acciones como la nueva malla curricular para cuarto año y un plan de formación integral para docentes que no contempla nuestros derechos laborales". "Nos movilizamos en señal de rechazo a toda la política que está implementado la Anep, más allá de la figura de quien la preside. Es una política institucional de vulneración de derechos laborales, de implantación de políticas sin discusión con los distintos colectivos, y una política profundamente autoritaria", añadió.

En esta oportunidad, el sindicato entregó un sobre con expedientes de las diferentes situaciones denunciadas por el gremio docente durante la implementación de la reforma educativa. Problemas edilicios, de infraestructura, persecución antisindical en distintos organismos de Secundaria, episodios de violencia y falta de equipos multidisciplinarios fueron algunos de los temas planteados.

"Son cosas que el Codicen ya debe saber, pero se lo queremos hacer llegar también por este medio, ya que realmente nos preocupa la falta de respuestas y la profundización de las políticas represivas contra el sindicato y los gremios estudiantiles".

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Y se marchó

Robert Silva dejó la transformación educativa en marcha y, faltando más de un año para que finalice el periodo de gestión, dejó su cargo para dedicarse a la política partidaria, decisión que fue duramente cuestionada por los gremios de la enseñanza y también por el consejero docente del Codicen, Julián Mazzoni.

En diálogo con Caras y Caretas, Mazzoni expresó su desacuerdo con el hecho de que el titular de la Anep “tenga una política partidaria tan clara”. “Es la primera vez en la historia del Codicen, que inicia en el año 1985 con la Ley de Emergencia de Educación, que un presidente es precandidato a la presidencia de la República. Es una decisión de Silva y su colectividad política, pero creo que no es lo mejor para la educación pública, aunque hay que reconocer que el propio reglamento del Codicen lo habilita. Lamentablemente en nuestro país hay una decisión del presidente de la República en la determinación de quienes dirigen los centros autónomos, tres de los cinco integrantes, que a mi juicio vulnera la autonomía”.

Consultado por la gestión de Silva frente al Codicen, Mazzoni aseguró haber mantenido “discrepancias muy importantes” con el jerarca, una de ellas respecto al tema presupuestal. En tal sentido, valoró que en una de las rendiciones de cuentas que le tocó compartir con Silva se logró un acuerdo salarial entre el Codicen y la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza que, aunque de forma lenta, implicará un proceso de recuperación de lo perdido hacia 2025, lo que consideró “una instancia de construcción” en la que “se encontraron espacios para dialogar”. Pero en esta Rendición de Cuentas, señaló Mazzoni, no se alcanzaron acuerdos. “La distribución de dinero que propuso el Codicen no nos parecía adecuada, propuesta que luego fracasó en el Parlamento”.

Otra de las discrepancias respecto a la gestión de Silva tiene que ver con el aspecto pedagógico, aseguró el consejero docente. “Tenemos una diferencia muy fuerte porque rechazamos el enfoque competencial que tiene la transformación educativa”.

Si bien al momento de escribir esta nota no hubo pronunciamiento oficial sobre quién ocupará el cargo de Silva, los dedos apuntan hacia Virginia Cáceres, abogada, exsecretaria del Codicen, colorada e integrante del sector Juntos. Sobre las expectativas ante el cambio de autoridades, Mazzoni opinó que “no habrá variaciones en el enfoque”.

En la misma línea se expresó Menchaca, al ser consultada por la prensa sobre el cambio de autoridades. “Acá hay un modelo de gestión que, si bien cambia la figura del presidente, continúa, en tanto es un modelo de gobierno que está establecido en la Anep pero también en otros entes del Estado, con otras administraciones, porque forma parte del modelo de gestión empresarial y vertical que establecen estas autoridades, sobre todo a partir de la legislación establecida en la Ley de Urgente Consideración”.

Para Gerónimo Sena, estudiante del IAVA, lo que dejó Silva en la educación fue una reforma educativa antipopular que “sacó de debajo de la manga”. “Presentó una transformación educativa a su nombre que no es más que un ajuste de presupuesto y un recorte de derechos. Hicieron un truco de magia y salió sin consulta popular ni de la comunidad educativa. Como estudiantes no se nos preguntó qué precisábamos o que ideas teníamos. Fue una gestión sumamente arbitraria”.

Para el estudiante, “siempre estuvo claro que el cargo de Silva estaba vinculado a su partido” y que “fue un impulso para ir perfilando su campaña política”, lo que, de alguna forma, “ayudó a un Partido Colorado que ya no es lo de antes”.

Déficit y desperdicio

Sergio Sommaruga, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Enseñanza Privada (Sintep) se refirió a lo que dejó la gestión de Silva como “un saldo muy negativo y deficitario”. “Todo el proceso de aplicación de la reforma educativa, que podría haber sido una oportunidad para inaugurar un nuevo ciclo de transformaciones verdaderas y profundas en cuanto a las necesidades que tiene el sistema educativo, se desperdició dejando retrocesos en materia de planificación estratégica, en relación al ejercicio de la libertad de cátedra, que es la piedra angular de la profesionalidad docente”.

Los dos problemas estructurales más importantes que enfrenta el sistema educativo, a entender de Sommaruga, no solo no fueron atendidos, sino que no fueron advertidos en el diagnóstico técnico que hizo el organismo. Estos son, la segregación educativa y la determinación en los desempeños educativos del contexto de origen, temas que fueron detectados por el INED. “Estos problemas no han sido contemplados en el proyecto programático para los cambios en la educación. Si no resolvemos estos aspectos vamos a seguir de crisis en crisis, y eso Robert Silva lo pasó por alto. Así como pasó por alto de las comunidades educativas, que ahí está el otro déficit, el déficit democrático. Uno puede estar muy convencido de una idea. Yo puedo estar muy convencido de que la clase que preparo para los chiquilines es buenísima. Pero ¿cómo sé si es buena la clase? Si hubo aprendizaje, si los chiquilines participaron. Yo no me puedo autoproclamar un buen docente o que mi clase fue magistral si el resultado concreto del proceso no es compartido con los demás”.

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