El más uruguayo de todos los coreanos se llama Martín, y gracias al Mundial se convirtió en el coreano más famoso de Ciudad Vieja.
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Es cierto, más que el fútbol su especialidad es el Teokpokki, una masa de arroz con verduras, pescado y salsa picante que está para chuparse los dedos.
Martín y sus padres tienen el restaurante coreano Arariyo, y por esas cosas del fútbol, esta semana fueron los coreanos más populares de Montevideo.
“Me llamaron de las radios para hacerme notas, pero yo más que de fútbol entiendo de la cultura y las comidas coreanas”, cuenta Martín mientras posa con su padre para la cámara de Alexander Laluz.
En los últimos años, cada vez más uruguayos descubren las bondades de la cocina de Corea, que aunque tiene al pescado y las verduras como su atractivo principal, también aprovecha las bondades de la carne uruguaya.
“El Bulgogui es uno de los más pedidos, un bife ancho marinado en salsa de soja y salteado con vegetales”, que no será como un chivito en dos panes, pero se defiende tan bien como la defensa coreana.
Martín insiste en hablar de comida más que de fútbol y pone en la delantera del menú, a Bibimbab, que no es el nombre del número 9 de la selección coreana sino un exquisito arroz cocido con seis verduras diferentes, que arma una dupla perfecta con Cochujang, el acompañante rápido y eficaz que juega de segunda punta.
Ahora, si lo que se busca es el jugador principal del menú, dice Martín, hay uno que se destaca por su versatilidad y elegancia, igual que Federico Valverde en el mediocampo celeste, es Sae U Bokeumbab, que tiene nombre de zaguero central férreo, pero es en realidad arroz frito con camarones y verduras.
Y así sigue la lista de Martín que a esta altura de la entrevista insiste en hablar de comida más que de fútbol y pone en la formación titular de su equipo otros de los preferidos de los uruguayos: Duruchigui (tocino con salsa picante), Haemul buchejeon (torta de mariscos con verduras) y Mandú (relleno de carne de vaca y cerdo con tofu, ajo y fideo de mandioca).
Martín y su padre atienden con amabilidad oriental a Caras y Caretas y muestran sonrientes el típico gesto coreano con la mano en señal de corazón. Pero, hay que admitirlo, el fuerte de ellos, más que el fútbol, son las comidas.