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Sociedad ChatGPT | información | internet

Cuestionable funcionamiento

Nuevos desafíos: ChatGPT

En los últimos tiempos está sonando mucho en ambientes académicos y en diversas ramas laborales el tema de los beneficios y/o problemas que puede tener el uso de ChatGPT.

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ChatGPT es una herramienta desarrollada por la empresa OpenAI que utiliza inteligencia artificial para distintos fines, como responder preguntas, escribir poemas, escribir reseñas históricas, escribir programas de computación, etc.

Su última versión incorpora el aprendizaje supervisado y por refuerzo, para lo cual se utilizaron "entrenadores" humanos que mejoran la interacción con los usuarios mediante un chat. La materia prima que usa es la información que encuentra en internet, mayormente anterior al año 2021.

Para usarlo alcanza con crear una cuenta (gratis por ahora) en la página de la empresa, ingresar al sistema y en unos minutos ya podemos estar interactuando con ChatGPT mediante una ventana de chat similar a las que usamos todos los días en las apps de nuestros celulares.

Hacemos preguntas y el programa nos responde inmediatamente.

Se puede ir pidiéndole información más detallada sobre las respuestas que nos brindó anteriormente o indicarle que queremos un análisis parcializado sobre algún tema (por ejemplo, "cómo sucedió y se desarrolló la última dictadura en Uruguay desde el punto de vista de la izquierda", o de la derecha). También se puede preguntar cuáles fueron las principales fuentes de la información que nos brindó anteriormente (en este caso se recomienda chequear las URL brindadas pues es posible que algunas no estén activas).

Si el estimado lector llegó hasta aquí, deberá estar pensando sobre lo interesante y hasta divertido que puede ser usar esta herramienta, pero el problema es que ChatGPT ha avanzado tan rápido que en breve podría poner en jaque a una larga lista de profesiones, como la abogacía, la programación, el periodismo y otras tantas.

En las universidades de todo el mundo hay revuelo pues los docentes están viendo cómo pararse frente a esto, ya que es casi imposible distinguir entre un trabajo hecho por un estudiante y uno hecho por este programa. Ya hay empresas informáticas que están usándolo para diseñar programas, lo cual lleva a una baja en la plantilla de programadores.

Y, cual película de ciencia ficción, hace unos días un gran grupo de investigadores y científicos está pidiendo que haya una pausa de al menos seis meses en el desarrollo de esta herramienta, como para que se pueda pensar en cómo sigue el mundo a partir de ahora, crear marcos éticos, etc.

Ya hay países como Francia y Alemania que están cuestionándose si deben prohibir su uso, siguiendo el ejemplo de Italia, que hace pocos días dispuso el bloqueo temporal de ChatGPT en su territorio debido a que la empresa que brinda dicho servicio no estaría cumpliendo con la regulación europea de protección de datos personales.

Más allá de estos recursos legales presentados, y que estimo que tendrán pronta solución, a medida que se empieza a usar masivamente están surgiendo cuestionamientos más profundos sobre ChatGPT.

El ChatGPT no es mágico, toma la información de distintas fuentes y también puede equivocarse. Inclusive se ha denunciado que muchas veces tiende a responder con lenguaje racista, machista u homófobo. Yo le agregaría que también responde con un sesgo tirando a la derecha, políticamente hablando.

Por ejemplo, si le preguntamos a ChatGPT sobre la historia y presente del Frente Amplio y el Partido Nacional, nos dice que en los últimos años el Frente Amplio se ha visto envuelto en escándalos por corrupción y que han recrudecido los enfrentamientos entre moderados y radicales, mientras que el Partido Nacional ha tenido un viraje progresista en sus políticas y que el actual gobierno de Lacalle Pou ha adoptado medidas para la reducción del déficit fiscal y la lucha contra la delincuencia. Cero menciones a la gran cantidad de casos de corrupción dentro de dicho partido que incluso han derivado en prisión para varios de sus dirigentes.

Si le pedimos información sobre corrupción en Uruguay, solamente menciona a Sendic y Ancap. Nuevamente no hay ninguna referencia a la decena de casos que han comprometido a políticos blancos y colorados en los últimos 30 años.

La razón de esto es que ChatGPT busca información en internet y, por ejemplo, mientras los hashtags en redes sociales de Sendic y Ancap tienen varios miles de menciones, hay muy pocas referencias hoy en día a los casos de corrupción anteriores. El hashtag #Sendic en Twitter tiene decenas de miles de publicaciones, donde encontramos más de 11.000 de el diario El País, más de 9.000 de El Observador, más de 4.500 de Subrayado, más de 3.000 de Graziano Pascale, más de 1.500 de Petinatti, más de 3.500 de Luis Lacalle Pou y alrededor de 2.000 de Patricia Madrid, Gerardo Sotelo y Salle.

La inteligencia artificial tiene como una de sus principales características el ir "aprendiendo" a medida que se va usando y ChatGPT ofrece la posibilidad de ponerle "dedito para arriba" o "dedito para abajo" a cada respuesta ofrecida. En caso de valorarla con dedito para abajo, pregunta la razón y permite dejar links con la información verdadera. Supuestamente en futuras búsquedas de información, y en la medida de que sean varias personas que se quejen mediante este método, debería ir variando la información brindada.

En realidad esto es solo un ejemplo más de cómo la derecha ha ganado terreno en la lucha política usando herramientas electrónicas; no es que ChatGPT sea de derecha, es que la derecha viene inundando internet y redes sociales con su versión de los hechos.

Textos: Ismael Castagnet Lacuesta

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