El sueño copero de este año terminó para Peñarol la noche del miércoles 30 de octubre, pero el pueblo carbonero se embanderó en dos causas inmediatas: ganar el Campeonato Uruguayo y lograr la liberación de los 21 hinchas que están presos en Brasil.
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Barras y fuerzas de seguridad cariocas contra hinchas de Peñarol
Todo comenzó cuando las autoridades brasileñas fijaron la zona de la Praia do Recreio dos Bandeirantes (Río de Janeiro), para que se reúnan los hinchas de Peñarol previo al partido de ida por las semifinales de la Copa Libertadores contra Botafogo, pero ese lugar terminó siendo una zona liberada por la Policía carioca para que un grupo de cientos de hinchas brasileños de distintos clubes de Río de Janeiro (Botafogo, Flamengo y Fluminense) emboscara a los hinchas de Peñarol.
La situación de desprotección generó que decenas de uruguayos respondieran a las agresiones recibidas por una horda de hinchas brasileños que llegaron a la playa con armas de todo tipo para atacar a los hinchas carboneros que estaban reunidos y se manifestaban pacíficamente en la zona asignada por el Gobierno carioca. Pero no fue hasta un par de horas después de que se desatara el caos y una serie de disturbios y batallas campales, que las fuerzas de seguridad actuaron.
No obstante, cuando intervienieron el 31 BPM, el Batallón de Choque y el Batallón Especial de Vigilancia, fue reprimiendo y deteniendo a los hinchas aurinegros que se habían defendido de una orquestada agresión en las playas de Río de Janeiro. Mientras ningún brasileño fue detenido por los incidentes, más de 250 hinchas de Peñarol fueron detenidos (y maltratados), de los cuales 21 quedaron presos en el Penal de Bangu, en Río de Janeiro.
“La violencia institucional de la policía militar brasileña no terminó junto con la represión, avanzaron con la detención arbitraria de casi 300 hinchas entre mujeres con niños, ancianos, personas con discapacidad y enfermedades crónicas", denunció la Barra Ámsterdam en un comunicado. Señalaron que “hubo detenidos de un solo cuadro evidenciando lo antes expuesto: una maniobra de ataque conjunta con autoridades y ciudadanos brasileños. Las emboscadas y zonas liberadas más la represión fue durante todo el día hasta el término del partido”.
El propio ómnibus que llevaba al plantel de Peñarol hacia el Estadio Olímpico Nilton Santos tuvo que pasar por el medio de hinchas locales, fue demorado por varios minutos, sufrió pedradas y la Conmebol tuvo que posponer el partido.
A pesar de que el secretario de Seguridad de esa ciudad, Víctor Santos, admitió en una entrevista que fracasó la planificación para recibir a los hinchas de Peñarol, la Justicia brasileña dictaminó la prisión preventiva para 21 hinchas carboneros. Fueron imputados por varios delitos (no todos por los mismos): lesiones, desacato, resistencia a la autoridad, asociación criminal y discriminación injuriante.
Luego de las audiencias del viernes 25, los abogados uruguayos Jorge Barrera y Rodrigo Rey, que trabajan en la defensa de los hinchas, expresaron sus sensaciones y explicaron la estrategia a seguir. Barrera manifestó en una conferencia que "acá hubo una situación de represión, de inseguridad, de bochorno". El expresidente de Peñarol sostuvo que “la prisión tiene mucho de político, mediático, estratégico y situaciones extrajurídicas”.
Por su parte, Rey explicó a Caras y Caretas que, si bien fue "desalentadora" la noticia de las imputaciones, dijo que era "previsible" y recalcó que el Estado uruguayo está "interesado en la situación de nuestros compatriotas" y que las 21 personas fueron enviadas a “una cárcel con medidas de seguridad garantizadas".
La arbitrariedad de la investigación y la estrategia de la defensa
Esta semana, los abogados continuaron la defensa de los hinchas con la presentación de escritos y recursos para poder “revertir las prisiones preventivas”. "Vamos a jugar todas las cartas para poder, a la brevedad, ir cerrando cada capítulo —ya que ahora se abren capítulos judiciales individuales— y "poder traerlos a todos cuanto antes", sostuvo Rey.
El abogado explicó que la prisión preventiva no tiene plazo, y que la misma fue “prácticamente automática” y “se dispuso a pedido de la Policía Judicial, que hizo una investigación que a nuestro juicio es incriminatoriamente muy débil”. Apuntó que los elementos de prueba, “son básicamente actas policiales donde se incrimina selectiva y arbitrariamente a hinchas sin que se presente, por ejemplo, evidencia de planimetría, evidencia de fotografía, identificaciones específicas de qué es lo que se les está imputando. Por eso, nuevamente entendemos que este suceso está mediáticamente inflamado”.
Rey recalcó que están trabajando “unidos con los referentes de la hinchada, el club y el apoyo incondicional del doctor Barrera”. “Hemos conformado un equipo que ahora está reuniendo y trabajando diariamente en recolectar toda la información que nos fue solicitada de Brasil, armando las carpetas de los 21 detenidos y diseñando las estrategias individuales para revertir las prisiones preventivas que, por supuesto, en cada caso están ajustadas al tipo de delito que se les imputó”.
Respecto al fondo del asunto, el abogado tiene una “discrepancia total” con respecto a las incriminaciones y sostuvo que “hay cientos de evidencias pendientes que pueden diligenciarse para demostrar que esto tuvo cierto grado de orquestación como diseño de emboscada que sufrieron nuestros compatriotas".
Según Rey, "los hechos reconstruidos en la investigación policial presentan una versión distorsionada". "Acá hubo una agresión previa muy clara contra esos hinchas de Peñarol”, advirtió, y argumentó que “las conductas que desplegaron (los hinchas) realmente están dentro de los marcos de la legítima defensa”.
“Nosotros no defendemos la violencia con el Dr. Barrera, pero queremos ser enfáticos en que nuestros compatriotas se defendieron”, de una agresión.
La culpa de la organización y la responsabilidad del Estado brasileño
"Estos hechos también hay que leerlos a la luz de todos los errores que hubo en la organización” y que “no se le puede reprochar a personas que viajaron de otro país", sostuvo el abogado. Explicó que en el fondo del asunto “hay un contexto donde hay un claro defecto organizacional de responsabilidad pública y privada que colocó a nuestros compatriotas en esa situación", apuntó el profesional.
Rey hizo hincapié en que la hinchada de Peñarol “fue emboscada, agredida y con una omisión deliberada de ciertos elementos de la Policía de Brasil, lo que configura una situación de violencia institucional respecto a la cual es pasible la responsabilidad de Estado”. Además, entiende que “la actitud de defensa es incontrastable”. “En cualquier secuencia de video es posible visualizar que nuestros compatriotas están siendo agredidos y si no se hubieran defendido, el desenlace quizá, como nos enseñaron en episodios muy, muy recientes, hubiera sido mortal”.
El abogado destacó el trabajo realizado por la hinchada organizada que logró contactar un profesional en Brasil “muy competente” en la materia, al tiempo que valoró al Club Atlético Peñarol por cubrir los honorarios de estudio jurídico.
“Con el apoyo de Jorge (Barrera), con el apoyo de la hinchada, con el apoyo del club creo que hemos conformado un bloque muy unido cuyo único objetivo convergente es la libertad de nuestros compatriotas”, destacó el abogado.
Dicha unidad se vio reflejada en el partido del miércoles pasado en el Estadio Centenario (cuya designación merece un análisis profundo y aparte) contra Botafogo, que culminó con victoria carbonera y la frente en alto de los jugadores que luego desplegaron una enorme bandera que decía: “Libertad para los pibes”. La misma había sido colgada en la Ámsterdam y en el estadio se repartieron afiches con el mismo pedido.
Desde Peñarol, advirtieron que "no es la primera vez que ocurren este tipo de hechos repudiables en Brasil, pero nunca con esta magnitud". En ese sentido, el presidente Ignacio Ruglio anunció que acudirán a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a la propia Conmebol para "denunciar todo lo sucedido y que aparezcan los responsables". "Peñarol será enérgico en visibilizar estas situaciones en conjunto con todas las instituciones que han tenido que padecerlas en el último tiempo para que esto cambie de una vez por todas", aseveró el club.
En ese sentido, el dirigente Evaristo González prepara, junto a clubes argentinos, una queja en la Conmebol por la constante violencia que reciben en Brasil los equipos rioplatenses. "No es la primera vez que pasa. Considero que el club se tiene que mover con cuadros de Argentina que hayan vivido similares acciones, presentarnos en Conmebol y plantear que Brasil entero tiene que tener una sanción ejemplarizante o perder la localía por dos años. Que vayan a jugar a Paraguay, o que sencillamente Brasil sea castigado por lo que está pasando".
González agregó: "Acá tenemos que estar unidos River, Racing, Boca, Peñarol y Nacional, ya que el abuso en Brasil es desorbitante y la Conmebol tiene terror de perder esos ingresos provenientes de Brasil. Si el Ministerio del Interior brasileño no da las garantías porque actúa de forma delictiva, entonces no se puede jugar en Brasil, y hay que entenderlo, no podemos poner en riesgo a toda la parcialidad cada vez que vamos. El dinero fuerte lo maneja Brasil. Tienen una población gigante pero acá está el error: si vos querés defender el producto fútbol de Latinoamérica, que tanto favorece a Europa, tiene que haber una conciencia de la Conmebol en la que tiene que haber medidas serias contra cada equipo brasileño".
“Nos enteramos a través de nuestros referentes del acuerdo entre el Gobierno, Conmebol, Peñarol y la AUF, en el cual se comprometen a realizar las gestiones frente al Estado de Brasil para lograr la pronta liberación de nuestros hinchas detenidos por la brutal represión planificada por parte de la Policía de dicho país juntamente con varias hinchadas con el fin de atacar a nuestra gente”, destacó un reciente comunicado de la Barra Ámsterdam. La magnitud del compromiso asumido por las altas autoridades se comprobará en las próximas semanas.