Este jueves, a las 18 horas, se presentará en el salón "Luisa Cuesta" de la Facultad de Ciencias Sociales (Constituyente 1502), el mapeo participativo El Lado B del Municipio B, que recoge una investigación sobre los usos del territorio del Muncipio B por parte de las personas en situación de calle. Este estudio se realizó en el marco de un acuerdo interinstitucional entre el citado municipio montevideano, la Universidad de la República (UdelaR), la Fundación Friedrich Ebert en Uruguay (FESUR) y el Colectivo Ni Todo Está Perdido (NITEP).
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Los datos recolectados durante la investigación, informaron los responsables del proyecto, arrojan luz sobre la realidad de las personas en situación de calle, sus estrategias de sobrevivencia y los usos es del área central de la capital, que comprende los barrios Cordón, Parque Rodó, Palermo, Sur, Ciudad Vieja, Centro, parte de la Aguada, La Comercial y Tres Cruces.
Con este documento se apuesta a visibilizar las necesidades de las personas en situación de calle y las ausencias que tiene la ciudad para atenderlas, con el objetivo de instrumentar líneas de trabajo para proteger sus derechos. La información será clave para intervenir sobre Montevideo para sea "una ciudad que abrace y no expulse".
De acuerdo a estimaciones realizadas en 2019, el Municipio B concentra el 46% de las personas en situación, y esta nueva investigación revela que hay más de cuatro mil personas en esa condición en la ciudad. En la última década, precisa el informe al que accedió la diaria, esta cifra se multiplicó por tres, "ya sea en ciclos económicos de prosperidad o recesión económica a nivel nacional".
Para relevar los datos estudiados, el equipo de investigación realizó 40 entrevistas a personas que viven en situación de calle. En estos encuentros se les solicitó su opinión sobre lugares del Municipio B, que detallaran sus recorridos diarios y también se les pidió que realizaran sugerencias y propuestas para mejorar el municipio. Este equipo también recorrió "lugares donde se identifican personas o elementos que den cuenta de ser un espacio utilizado por personas en situación de calle", dice el informe, y se convocó a esta población a dos talleres a través de volantes distribuidos en refugios y dispositivos nocturnos.
En el informe que sistematiza la investigación se anota: “Las personas en calle son obligadas a moverse, porque no pueden permanecer, pero también y sobre todo porque el precario sistema de amparo es exigente: los estrictos horarios de los refugios, las poco prácticas localizaciones de los comedores, los escasos baños públicos disponibles, obligan a ir de una parte a otra”, y las personas en situación de calle a diario recorren el municipio, “muchas veces, de punta a punta”.