Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Noticia destacada |

PROCESO AL TERRORISMO DE ESTADO

Sofía-Ferreira, una historia de vidas cruzadas

Tras 10 años prófugo, requerido por diversos crímenes cometidos por el Escuadrón de la Muerte, fue detenido Miguel Sofía. Sus actividades lo llevaron a intervenir en la vida de la familia de Wilson Ferreira Aldunate, contra quien atentó en 1972. Fue deportado por el gobierno de Estados Unidos por participar de un intento de atentado contra Juan Raúl Ferreira en 1976. Desde 2009 tenía orden de captura.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

Mientras la Justicia decide el destino de Miguel Sofía comienzan a conocerse nuevos detalles de la actividad del exempresario durante el terrorismo de Estado. Sindicado como integrante del Escuadrón de la Muerte, grupo parapolicial que operó a comienzos de los años 70 y por lo tanto responsable en las muertes y desapariciones provocadas por este, Sofía fue también afiliado a la Juventud Uruguaya de Pie (JUP). Participó en el atentado contra Wilson Ferreira Aldunate en febrero de 1972 y se vio involucrado en diversos episodios que afectaron a la familia Ferreira. Fue expulsado por el gobierno de Estados Unidos tras una serie de amenazas contra Juan Raúl Ferreira. Tras casi 10 años prófugo fue detenido en la noche del martes pasado.

Juan Raúl Ferreira recordó a Caras y Caretas las veces que el ahora detenido Miguel Sofía se cruzó en la vida de su familia. “La primera vez que este hombre se cruza en nuestras vidas fue durante la polémica por el escrutinio de 1971, cuando el Partido Nacional sostenía la tesis del fraude. Después, con los años aparecieron documentos desclasificados en Estados Unidos que confirman la existencia del fraude”. Sobre Sofía recordó que “en aquellos momentos de mucha tensión -entre fines de los 60 y comienzos de los 70-, tenía un rol preponderante la Juventud Uruguaya de Pie, la JUP. Él era un militante de la JUP. Recuerdo que en febrero de 1972 nosotros vivíamos en avenida Brasil 3136, en el séptimo piso. Mi viejo, cuando salía a hacer arengas públicas, utilizaba el primer piso que era de la familia Amorín Zorrilla. Era de una señora viuda, pariente de China Zorrilla. Una noche estaba solo en casa. Y empiezo a recibir amenazas de muerte. A determinada hora de la noche bajo al primer piso, porque era una familia muy amiga. Estábamos hablando cuando suena un tiro que atraviesa la silla. En realidad hubo dos disparos. Uno, la Policía Técnica demoró en encontrarlo, y el otro apareció en la silla. La Policía detuvo a Miguel Sofia con otros acompañantes. Los procesaron por uso ilegal de arma de fuego, algo como una tontería para lo que podría haber costado”.

Poco más de un año después, la familia Ferreira se ve obligada, a consecuencia del golpe de Estado del 27 de junio de 1973, a abandonar el país. Por ese tiempo Juan Raúl Ferreira se instala en Washington donde recibe el estatus legal de asilado político. “Fue en ese período, en que estábamos en Estados Unidos, que mi padre presenta las denuncias sobre la represión y la tortura ante el Senado y unos días después da una conferencia de prensa en las Naciones Unidas. En esa conferencia de prensa entra Miguel Sofía acompañado de un par de patoteros, a armar escándalo. Estaba acreditado como periodista del diario El País. Fueron desalojados por la seguridad de las Naciones Unidas en medio de gritos. Lo más doloroso fue que hacía muy pocos días que habían asesinado a Zelmar (Michelini) y el Toba (Héctor Gutiérrez Ruiz) y ellos gritaban que estábamos defendiendo a subversivos”.

 

En Estados Unidos

“Desaparece de nuestra vida por un tiempo y se vuelve a cruzar nuevamente por 1976. Poco después de la muerte de (Orlando) Letelier (exministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Salvador Allende), con quien yo trabajaba, un columnista que en ese momento era el periodista más renombrado, Jack Anderson, comenzó a publicar una serie de artículos donde dice que que fuentes del FBI le informaron que están detrás de la pista de un posible atentado contra un exiliado uruguayo en Washington”, recuerda Ferreira al mencionar otra de las veces en las que Sofía se cruzó en la vida de su familia. “El único exiliado que había en Washington era yo. El FBI nos informó que me habían puesto una protección inadvertida, así la llamaron, porque tenían alguna información pero ya estaban sobre la pista”.

Por esos días Ferreira comenzó a recibir en su apartamento una serie de amenazas. El edificio tenía un sistema por el cual mediante una sencilla operación el teléfono del apartamento quedaba conectado a la portería, la que recibía las llamadas. “Cuando salía del apartamento movía una perilla y el teléfono quedaba conectado con la portería. Y allí tomaban los mensajes. Yo llegaba y encontraba mensajes que no llamaban la atención de la portería pero sí la mía, del tipo de: ‘Llamó Zelmar Michelini, que se verán pronto nuevamente’. Mensajes que solo yo podría entender y que eran una amenaza. Con estos antecedentes me presento ante el FBI y a las 48 horas declaran a Miguel Sofía persona non grata. En ese momento era  secretario de prensa de la Misión Militar de la Embajada de Uruguay en Estados Unidos. Cuando llegó a Uruguay dijo que lo habían expulsado porque había robado un queso en un supermercado”. No obstante, ese mismo año hubo algunos episodios que dejaron en evidencia que el gobierno de Estados Unidos “no quería que Miguel Sofía se tomara el tema en joda. Durante una escala técnica en un vuelo a Taiwán, donde solo tenía que cambiar de avión sin ingresar a territorio estadounidense, fue detenido y deportado a Uruguay”.

“En esos mismos días sucede una cosa parecida, amenazas de muerte, con mi padre en Londres. Más o menos similar a lo sucedido conmigo pero sin identificar a los responsables, sin nombres y apellidos”, señaló.

El caso Bardesio

La presencia de este personaje en la vida de los Ferreira tuvo un antecedente previo al golpe de Estado de 1973, pero que produjo sus consecuencias entrado el siglo XXI. En febrero de 1972 el Movimiento de Liberación Nacional (MLN-Tupamaros) secuestró a Nelson Bardesio, funcionario policial sindicado como integrante del denominado Escuadrón de la Muerte. En sus declaraciones Bardesio nombró, entre los integrantes de la organización, a Miguel Sofía, por ese entonces militante de la JUP. El escuadrón era responsable de las muertes y desapariciones de Abel Ayala, Héctor Castagnetto, Manuel Ramos Filippini e Ibero Gutiérrez. “Cuando los tupas liberan a Bardesio se lo entregan a mi viejo. Lo liberan donde yo hacía los preparatorios, en el Seminario de los jesuitas. Se lo entregan al padre Aguerre que era el rector y mi viejo lo recibe. Wilson manda a buscar a (Julio María) Sanguinetti y al jefe del Ejército. Pone como condición para entregarlo que no sea a las fuerzas policiales sino a los militares. Se lo entregan a los militares y estos se lo entregan a la Policía violando la palabra. A raíz de eso en mi vida me vuelvo a cruzar con Sofía cuando cae Nelson Bardesio, que estuvo oculto mucho tiempo. Es extraditado y juzgado”.

En ese contexto “la jueza a cargo, Graciela Eustaquio y el fiscal Hugo Gómez, me llaman a declarar. Y ahí surge el nombre de Miguel Sofía. Me interrogan sobre Sofía, fui a declarar por Nelson Bardesio y terminan interrogándome sobre Miguel Sofía. El abogado de este era el doctor Miguel Langón. Después de esas declaraciones mías, él desaparece.

Ahora, con Sofía detenido, voy a ponerme a disposición de la Justicia. Capaz que no me necesitan pero voy a ir. Antes no había fiscalía especial como hay ahora y mis declaraciones eran en el expediente de Bardesio, pero lo que dije de Sofía fue a pedido de su defensa que en ese momento sostenía que el atentado del año 71 había sido en realidad por error y justo  tocó en el mismo edificio donde vivíamos, que lo que quería era una venganza por un tema amoroso”, finalizó Ferreira.

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO