Cosse aseguró que volvió a Montevideo para atender la situación a través de su cuenta de Twitter. “Llovió, en unas horas, el doble de lo que llueve en un mes”, escribió.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
“Los derechos de la naturaleza”
Más allá del cambio climático, vienen al caso algunas citas. Una, de un artículo de 1956 de Isidro Más de Ayala, escritor, psiquiatra y profesor uruguayo, que se llamó los “Los derechos de la naturaleza”. Comienza así: “Durante la noche del 3 de enero de 1956 -aprovechando la confusión provocada en la población por el temporal, la lluvia, los relámpagos y los apagones- los antiguos arroyos de Montevideo, que el municipio consideraba extinguidos, reaparecieron con todo su vigor y su máxima corriente.
Quien hubiera dibujado en estos momentos el plano de Montevideo hubiera puesto sobre el actual cuadriculado de sus manzanas los antiguos cursos de agua. Y es que los arroyos Pocitos, la Estanzuela, Canarias, Arroyo Seco, Quita Calzones y Miguelete aparecieron en esa noche de comienzos de 1956 tal como estaban en el plano que en 1724 el ingeniero Domingo Petrarca levantó de la ‘Planta de la Ensenada de Montevideo’”.
El artículo sigue, y finaliza diciendo, refiriéndose a los vecinos afectados, fundamentalmente en Pocitos, “Y si un día bloqueados por el agua no pueden sacar los autos de los garajes, no funciona el ascensor, se apagan las luces porque se inundó el sótano y deben salir de sus casas en botes, piensen que es ese el menor tributo que pueden pagar al antiguo y auténtico propietario de esos terrenos, viejo gruñón e insistente que cada tantos años vuelve con sus reclamos, reavivados sus derechos por el ejemplo de las otras fuerzas naturales -el viento, la lluvia, los relámpagos- que se libertan en los grandes temporales”.
No hay más que mirar imágenes y “ver” los viejos arroyos ahora corriendo en superficie y, como decía Más de Ayala, la naturaleza gruñendo por sus derechos. No hay caso, a la larga, siempre termina ganando en sus reclamos.
Los lugares de desborde son los arroyos
Este es un relato del ingeniero Jorge Alsina, director de Saneamiento de la Intendencia de Montevideo (IM) en el período 2010- 2015 a pedido de gente interesada en el tema. Alsina es un gran conocedor de estos problemas. La cita de Más de Ayala es clave. Los lugares de desborde son los arroyos.
“En el caso del Arroyo del Buceo no fui muy preciso en lo que dije. El viejo curso tenía un tramo por Batlle y Ordóñez, luego Santiago Rivas, cruzaba Rivera y seguía por Caracas hacia la zona de Montevideo Shopping. El tramo por Santiago Rivas era una zona media de bañados y al llegar a Rivera, pasaba a un cauce de mucha pendiente (la actual calle Caracas). Bueno, las imágenes de autos amontonados son justamente en la vieja zona de bañados en Santiago Rivas y el contenedor que es llevado rápidamente por la corriente precisamente por Caracas.
La otra cita es mucho más breve, refiere a un informe técnico que hizo en la IM, el Ing. Romualdo Trucillo, como respuesta a un estudio que le pidieron sobre la causa de las inundaciones en Rondeau y La Paz. Muy pragmático, termina su informe diciendo: “Es la insistencia de la naturaleza en recordarnos que el arroyo está allí”. Se refería al Arroyo de las Canarias o de los Migueletes que desembocaba en la Bahía a la altura de Libertador y La Paz. Sí, hasta allí llegaba la playa de la Aguada.
Luego todos los terrenos de allí hacia el oeste fueron rellenados y la Estación de AFE y zona aledaña pasó a estar en la ciudad y no en el agua como era antes. Lástima que los rellenos no se hicieron a cotas adecuadas ni se cambió la rasante de las calles que llegaban a la vieja playa, dejando puntos bajos que solo pueden desaguar a través del saneamiento y no superficialmente.
Salvando las diferencias, pues, en menor grado, el problema se repite en las zonas de las antiguas desembocaduras de otros arroyos donde hubo fuertes inundaciones (Arroyo Malvín -Concepción del Uruguay-, Arroyo del Buceo -Santiago Rivas, Caracas, etc., de donde hay varias imágenes de ayer [por el lunes]-, etc.
Es muy importante el dato de nivel del mar. Lluvia fuerte y marea alta hacen, cómo dice él, el cóctel perfecto para las inundaciones.
Por si eso fuera poco, se registró un nivel del mar de 1,90 metros a las 6 de la mañana. Lluvia excepcional + marea alta = cóctel perfecto para gran inundación.
Quizá haya gente que no esta enterada de las obras de saneamiento y algunos dispositivos que se han hecho para estas circunstancias, como ser las del tipo “cisterna” como la que hay en el Buceo debajo del estacionamiento del Diamantis (ex Cristalerías del Uruguay).
El barrio Malvín es el único con límites de agua: Río de la Plata al sur, arroyo Malvín al norte y arroyo Punta Gorda (Molino de Pérez) al este. En el siglo XlX era zona de saladeros (Balvín de Vallejos era el propietario y por deformación fonética se transformó en Malvín) y los arroyos eran claves para la actividad. No en vano la nomenclatura de las calles de este barrio se relacionan con el agua: Amazonas, Río de la Plata, Missouri, Mississipi, entre otras. La naturaleza tiene memoria.
Inversión de más de 5 millones de dólares
En setiembre de 2018, la IM inauguró tanques subterráneos de amortiguación de lluvias con una inversión que superó los 5 millones de dólares.
Los tanques de amortiguación de aguas pluviales están ubicados en la plaza ex Terminal Goes y en la intersección de las calles Yaguarí y Quijote donde fueron remodelados ambos espacios públicos.
Las obras, enmarcadas en el Plan de Saneamiento IV que llevó adelante la intendencia con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), incluyeron también la remodelación de los espacios que se encuentran arriba de los tanques: la plaza ex Terminal Goes y el espacio libre Teresa de Calcuta.
Los tanques se diseñaron para recibir el exceso de caudal de lluvia que no pueda ser conducido en el pico de una tormenta por el sistema de drenaje de las diferentes áreas.
Luego, una vez que la tormenta amaina, los tanques se vacían completamente hacia este sistema.
De esta forma, se pretende transformar la inundación descontrolada en la vía pública y predios en una “inundación controlada” y confinada a espacios especialmente diseñados para la contención del agua.
En la nueva plaza ex Terminal Goes, que es un espacio patrimonial de la ciudad, se mantuvo la estructura original de cerchas y techos, agregando propuestas nuevas para disfrute de vecinas y vecinos, como una pista de skate y una fotogalería.
En el espacio libre Teresa de Calcuta, por su parte, el proceso de reconstrucción tuvo además una característica particular: los habitantes de la zona afectada por la obra plantearon sugerencias para cambiar el proyecto original del espacio, que fueron tomadas por el equipo de trabajo e implementadas.
Hacia un nuevo sistema de drenaje sostenible
En marzo de 2020, en el marco del Día del Agua, que se celebra el 22 de marzo, la IM compartió el trabajo que se está realizando para avanzar hacia un nuevo sistema de drenaje sostenible.
El drenaje tradicional que se desarrolló en la ciudad nos permite captar y conducir el agua de lluvia.
Actualmente estamos en un cambio de paradigma para implementar un sistema de drenaje sostenible que, además de cumplir con este objetivo, mejore la calidad del agua de ríos y arroyos y aumente el entramado verde de la ciudad.
En el sistema de drenaje tradicional, caracterizado por elementos como las bocas de tormenta, el agua de lluvia ingresa a las redes y es descargada en cursos de agua como el arroyo Miguelete o el Río de la Plata.
Por las características de nuestro sistema, estas aguas se mezclan con las aguas de saneamiento y se descargan en los cursos con cierto contenido de aguas servidas.
El drenaje sostenible, por el contrario, prevé que las aguas de lluvia se almacenen, infiltren en el terreno y sean utilizadas por la vegetación antes de entrar al sistema.
Ventajas del sistema de drenaje sostenible
Reduce la cantidad de agua que es conducida al sistema de saneamiento y luego descargada en los arroyos o en el río.
Mejora la calidad del agua que ingresa al sistema, debido a la interacción del agua con la vegetación.
Además de la mejora de la calidad del agua, que en última instancia impacta en el Río de la Plata y en el disfrute que podemos hacer de las playas, estos sistemas promueven la reutilización del agua y aumentan la cantidad de espacios verdes de la ciudad.
El drenaje sostenible también es necesario para hacer frente al desafío de la creciente impermeabilización.
Las ciudades tienden a ser cada vez más impermeables, lo que aumenta el volumen y caudal de aguas de escurrimiento pluvial.
Este aumento implica que se debe realizar infraestructura para aumentar la capacidad del sistema de drenaje.
No obstante, mediante elementos de drenaje sostenible que disminuyen el volumen y caudal de escurrimiento, se compensa el efecto de la impermeabilización y el sistema de drenaje urbano actual no debe ser modificado.
Próximas obras con elementos de drenaje sustentable
En la actualidad muchas de las obras que la IM lleva adelante ya prevén la incorporación de infraestructura de drenaje sostenible, por ejemplo las obras viales de la avenida Luis Alberto de Herrera y de avenida Italia en el tramo comprendido entre Barradas y Carlos Butler.
Esta sinergia entre obras de diferentes características es fundamental, ya que permite aprovechar el despliegue que se hace para un ensanche, por ejemplo, introduciendo beneficios en el drenaje.
Para diseñar estas medidas, el Servicio de Estudios y Proyectos de la División Saneamiento investigó ejemplos de ciudades como Nueva York y Filadelfia, y de países como Holanda.
Más allá del ejemplo de otros lugares, estas medidas también responden a prácticas de sentido común que desde siempre se utilizaron en los hogares, como usar el agua de la lluvia para regar las plantas, y que pueden replicarse a escala de la ciudad.
Planificación de largo plazo
Trabajar por un drenaje sostenible implicó un desafío para los técnicos.
“Lo primero que tenemos que hacer, y que venimos haciendo, es cambiar la cabeza con la que diseñamos el drenaje, cambiar nuestra manera de pensar. Los drenajes sostenibles implican una nueva mirada, que incorpora valor paisajístico y sostenibilidad ambiental”, explicó la ingeniera Gimena Bentos Pereira, del Servicio de Estudios y Proyectos.
Esta nueva mirada está reflejada en el Plan Director de Saneamiento y Drenaje Urbano, donde la planificación estratégica del sector proyecta el trabajo con el horizonte a 2050.
Una de las líneas estratégicas de este plan es, precisamente, contribuir al desarrollo de un Montevideo verde.