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Política

IL MORTO CHE PARLA

Un cadáver en el cuerpo diplomático

El primer día de 2021, el empresario y ciudadano ítalo-uruguayo Luca Ventre ingresó saltando el portón de entrada a la Embajada de Italia en Pocitos donde fue reducido cuando intentó retirarse y fue trasladado en un patrullero al Hospital de Clínicas donde falleció. Mientras la prensa y las autoridades italianas reclaman saber qué pasó, el silencio de la Cancillería Uruguaya como el del Ministerio del Interior llaman la atención.

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“Giustizia per Luca” reclaman varias organizaciones de Derechos Humanos en Italia por una muerte que consideran poco clara, a la vez que la Fiscalía de Roma decidió abrir una investigación Judicial,  y desde Argentina un capitán del Cuerpo de Carabineros Italianos trata de reunir los elementos que le permita entender cómo fueron los hechos.

Italia arde en titulares en sus principales medios, y se han constituido comisiones legislativas y un Comité interinstitucional que reclaman saber por qué un ciudadano que buscó refugio en su embajada termina muerto, y el porqué del profundo y prolongado silencio de las autoridades uruguayas.

 

Madre patria

El primero de enero a las 7 AM, Luca Ventre llegó a la embajada de Italia en su camioneta, estacionó y luego de un breve e infructuoso llamado tocando timbre, saltó el portón de entrada de la embajada y saltó hacia su interior.

Su padre, Mario Ventre, relató que el día anterior Luca le había manifestado que se sentía amenazado y habían intentado secuestrarlo, denuncia que presentó en la Seccional policial Nº 13 de Montevideo.

Quizás bajo la adrenalina de sentirse perseguido, tomó la determinación de ingresar de esa peculiar forma.

Luca Ventre conocía bien la embajada; fue cofundador de la nueva Cámara Uruguay-Italia de comercio y era empresario de varios productos de origen italiano, por lo que en más de una oportunidad estuvo en la misma.

Según muestran los videos se introduce con un maletín en la mano, caminando tranquilamente, hasta que lo avista un guardia de seguridad.

En ese momento intenta escalar el muro pero el guardia de seguridad lo toma de las piernas y se suma un funcionario policial uniformado; cuando logran bajarlo lo tiran al piso, donde el funcionario policial le aplica una llave en el cuello para inmovilizarlo, cosa que logra durante un plazo de veinte minutos, hasta que lo entregan a un patrullero de la Seccional 10ª a las 7.40  el que lo traslada al Clínicas, ingresando a emergencia 7.50.

En los videos del hospital se ve bajar el cuerpo de Luca sin conciencia, es trasladado en una silla de ruedas y luego no hay más imágenes.

Según la versión policial y del primer equipo médico actuante que lo recibe, en algún momento reacciona (aunque el informe policial dice que en e traslado ya estaba  agresivo) y le suministran inyectables (midozalam mas haloperidol), para calmarlo.

Ventre ingresa coincidiendo con el cambio de  turno, y quien lo toma a las 8.30 es la  doctora Lautada  quien se encuentra con el cuerpo sin vida de Luca, en el que intenta procedimientos de reanimación.

 

Non chiaro

La fiscal Mirtha Morales de Homicidios actúa en los primeros momentos pero a medida que recaba pruebas, que básicamente constan de los audios de llamadas de celulares y filmaciones de cámaras de seguridad e informes técnicos forenses, el caso se deriva a la fiscalía de Flagrancia de 13º Turno, a  cargo del fiscal Rodrigo Morosoli, ubicando esa muerte en la categoría de un accidente de tránsito.

Un primer elemento que llama la atención es que a dos meses de los hechos, ninguna de las personas involucradas, desde los guardias de seguridad, personal policial, personal médico y posibles testigos han sido citados a declarar.

El primer informe técnico forense en el análisis toxicológico halló presencia de cocaína, pero el mismo informe expresa que debe ampliarse y esa ampliación no se realizó. El cuerpo de Luca está llegando al momento de esta nota a Italia a pedido de la fiscalía de Roma, por lo que es de esperar que las muestras que estén en Uruguay permitan ese informe ampliatorio.

El último informe ampliatorio del Instituto Técnico Forense (en el cual parece basarse toda la investigación), firmado por la doctora Natalia Bazán, concluye:

1- En la autopsia no se encontraron evidencias de trauma suficiente ni una causa anatómica que expliquen la muerte.

2- Los resultados del estudio toxicológico permiten establecer que existió un consumo reciente de cocaína previo a la muerte.

3- La causa de la muerte probablemente haya estado vinculada al estado hiperadrenérgico ocasionado por la excitación psicomotriz, asociado al consumo de cocaína, con las repercusiones electrofisiológicas a nivel cardíaco, acontecido en un contexto de medidas de restricción físicas.

4- Se solicitará una nueva pericia toxicológica a fin de que se cuantifiquen los fármacos utilizados para la sedación.

Las dudas

El completo y brillante informe técnico de la doctora Bazán no alcanza sin embargo para comprender algunas responsabilidades o actuaciones.

Como se puede ver en los videos, Luca ingresa por el portón de la calle Ellauri y casi al mismo tiempo al verse descubierto intenta escapar por el muro que sale a la calle Benito Lamas.

Desconocemos los protocolos de seguridad de la embajada de Italia, pero una primera duda ante la situación es ¿por qué intentar retenerlo?

La segunda duda es ¿por qué luego de reducido y estando más de veinte minutos no se comunicó a las autoridades de la Embajada de la novedad y cómo seguir procediendo?

La tercera duda es cuál fue la percepción del peligro que representaba ya que según consta en el informe policial primario: “dicho masculino manifestaba pedir ayuda, agregando que lo iban a matar, por lo que intentó este en el forcejeo extraer el arma de reglamento en varias ocasiones; agregando que debido a dichas circunstancias no se pudo palpar por posibles armas u objetos, siendo que este portaba un maletín de color marrón, el cual se abrió frente al denunciante teniendo en su interior una agenda, tarjetas varias y un cuaderno”.

Sin embargo en la audición de la llamada al 911 el guardia de seguridad, preguntado si poseía armas de fuego, respondió  claramente que “no estaba armado” y en los videos no se aprecia ningún intento o actitud de atacar o ejercer violencia.

Luca Ventre era una persona robusta y aunque está descartada por los exámenes forenses que la causa de la muerte no fue la asfixia mecánica (la llave sobre el cuello por parte del policía), genera duda sobre si no existió un uso excesivo de la fuerza.

Los videos del Hospital de Clínicas permiten visualizar el estado de total desvanecimiento en que Luca Ventre baja del patrullero e ingresa al hospital.

Según el informe policial, El RA29 realiza el traslado del indagado al Hospital de Clínicas y en todo momento el masculino iba consciente y muy agresivo.

Si los horarios son correctos, Ventre es levantado por el patrullero 7.40 e ingresa al hospital 7.50, por lo que la bajada del patrullero se produjo unos minutos antes.

Las imágenes de las cámaras no coinciden con la actitud de lo narrado durante el traslado en el patrullero, pero reiteramos: faltan tomar declaraciones, a dos meses de los hechos.

La cuarta duda, aunque pueda ser un problema de sintaxis, es que la investigación policial se refiere en éstos términos: “Se concurre como equipo 4 de Investigaciones compuesto por el Oficial Principal T…, Sargento…, Agente… y Agente…, a la calle José Benito Lamas 2857 y José Ellauri -Embajada de Italía-, por un masculino fallecido dentro de la misma”.

Una quinta duda a confirmar, es por qué la Embajada removió al funcionario policial actuante de sus servicios.

 

Oficialmente

El 2 de enero en un comunicado la embajada de Italia emitía el siguiente comunicado: “La Embajada de Italia con profundo pesar confirma que ayer el señor Luca Ventre, un compatriota residente en nuestra comunidad, falleció luego de haber trepado el portón de la Embajada en las primeras horas de la mañana y de haberse dirigido a las oficinas. Tras su detención, el compatriota fue trasladado al Hospital de Clínicas donde lamentablemente más tarde falleció.

La Embajada, en este doloroso momento, acompaña el sufrimiento de la familia del compatriota; en particular de su padre, el señor Carmine Mario Ventre quien vive en Uruguay y con quien tiene contacto, y de su madre, la señora Palma Roseti, a quienes asegura la mayor cercanía y el mayor compromiso para que las autoridades uruguayas arrojen plena luz sobre las causas del trágico fallecimiento de su hijo”.

Por su parte, el canciller Francisco Bustillo expresó a este periodista que: “El tema está en la órbita judicial, y la propia Fiscalía Uruguaya ha estado en contacto con la fiscalía Italiana.  La Cancillería ha estado en contacto con la Embajada de Italia en Uruguay. Incluso, el canciller envió personalmente una nota dirigida a la familia (en Italia) del chico fallecido aclarando la situación.  Nosotros entendemos que el ministro del Interior y el Uruguay actuaron diligentemente en este caso, y lo que se está diciendo (por parte del padre y algunos medios italianos) no corresponde con la realidad. Si bien el tema está en la Justicia y no corresponde a Cancillería opinar, lo cierto es que en los aspectos que corresponden a la relación bilateral, estuvimos en contacto, pusimos en contacto a las Fiscalías, evacuamos las dudas del embajador de Italia y ahora estamos a la espera de lo que disponga la Justicia”.

 

Los Ventre

Mario Ventre, padre de Luca, reside en Uruguay y fue preso político por integrar el MLN, estando recluido en el Penal de Libertad.

Desde hace un tiempo está jubilado y posee una pequeña quinta donde venía experimentando la plantación de una especie de girasol, cuyo consumo de semillas y pétalos de la flor lo estaba usando Luca como una suerte de tratamiento a su adicción a la cocaína.

A Mario le quedan serias dudas si lo que incidió en la muerte de su hijo fue la actuación en la embajada, durante el traslado en el patrullero o en el hospital, y es lo que la Justicia italiana y la prensa de aquel país intentan esclarecer, ante lo lento de las actuaciones judiciales en Uruguay.

Luca, uno de sus cinco hijos, tenía una hija de seis meses, era empresario dedicado a la importación de productos italianos y estaba separado hace poco de la mamá de su hija, según versión de ella, por el problema de consumo. Tenía 35 años.

Luca se sentía perseguido y denunció en la Seccional 13, días previos a su muerte, un intento de secuestro, elemento que hasta el día de hoy se sigue investigado.

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