Sabemos de la existencia del coronavirus, también de las medidas requeridas para frenar su avance, pero también sabemos que esta pandemia impactó de forma más negativa sobre nuestros cuerpos, los cuerpos de mujeres y disidencias.
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Por señalar unos pocos ejemplos, la pandemia y el confinamiento se tradujeron en más trabajo en el hogar y más tareas de cuidados lo cual, por lógica (patriarcal), es sostenido, en la amplia mayoría de los casos, por nosotras.
Esta situación claramente reduce nuestras posibilidades de teletrabajar mientras que las brechas existentes, también en el mundo laboral, se siguen acentuando y nuestro progreso, irónicamente, retrocede. El panorama descrito anteriormente es lo que “con suerte” nos pasa a muchas mujeres que nos quedamos encerradas en lo doméstico.
Para muchas otras, el “quedarse en casa” se traduce en una realidad más dura: más horas de exposición a la violencia intrafamiliar, más horas conviviendo con agresores, más golpes y, quizá, la muerte. Porque está confirmado que el confinamiento aumenta los problemas de salud mental y exacerba las violencias. Ya son 6 los feminicidios acontecidos en este año que recién arranca. Si nos quedamos en nuestras casas, quizá tenemos menos riesgos de contraer el virus de Covid-19, es verdad.
Pero nosotras seguimos teniendo una batalla más dura contra la desigualdad de género y desde el espacio doméstico nuestras voces no se escuchan. Por eso salimos a las calles, para trasladar nuestras reivindicaciones al espacio público y aumentar las posibilidades de visibilizar nuestras realidades.
A las calles
A pesar de que este año muchas instituciones decidieron no alentar la popular y masiva marcha del 8M, con el argumento de frenar los contagios de coronavirus, la manifestación se va a realizar. Además, existe otra diversidad de propuestas descentralizadas en varios puntos de Montevideo, así como en ciudades del interior.
Desde la Coordinadora de Feminismos Uy, bajo la consigna “Trama y rebelión feminista contra la precarización y el control de la vida”, se convocó a una concentración en tres puntos diferentes de la capital (Plaza Independencia, Plaza de los Bomberos y Santiago de Chile y San José, y desde allí, a las 18.00 horas, se marchará hacía hacia Plaza Libertad. Para esta propuesta, la organización colectivizó “piques de autocuidado”, disponibles en las redes sociales de la coordinadora, que buscan que la actividad se desarrolle de forma segura.
“Tomaremos la Avda. 18 de Julio en toda su extensión y al finalizar leeremos, cantaremos y performaremos conjuntamente”, expresa la convocatoria. Además, informan que en los diferentes puntos de concentración y durante la marcha se desarrollarán diferentes propuestas artísticas. Por su parte, la Intersocial Feminista, que agrupa diferentes organizaciones de la sociedad civil y sindicales, planteó otras alternativas de lucha. Por un lado, realizaron una campaña en las redes sociales denominada “No nos callamos más”, mediante la cual diferentes mujeres contaron qué situaciones no están dispuestas a seguir ocultando. Además, difundieron una serie de actividades descentralizadas de diferentes colectivos que responden a la premisa de “Todas las mujeres en todas las calles”. Habrá lucha feminista en todo el país, en el territorio y en la virtualidad.
Otra lucha: el paro de mujeres
La Intersocial Feminista le solicitó a la Mesa Representativa del Pit-Cnt que decretara un paro de actividades de mujeres por 24 horas para ese día. Esta acción fue informada por la institución mediante un comunicado fechado el 2 de marzo que recuerda que “desde el año 2017 se lleva adelante a nivel mundial el Paro Internacional de Mujeres, una propuesta surgida del movimiento feminista internacional para efectuar un paro de actividades de mujeres, por 24 horas”.
Sobre el pedido de paro, la organización explicó que “la consigna es que las mujeres abandonemos nuestros puestos de trabajo, así como las tareas de cuidado y no remuneradas durante el 8 de marzo”.
La Intersocial Feminista viene promoviendo desde 2017 que la central sindical decrete un paro de 24 horas únicamente de mujeres, en todo el país para el 8 de marzo. “Este año reiteramos el pedido, en un contexto de crisis socioeconómica y sanitaria harto conocido, que ha recaído fuertemente en las mujeres, en las disidencias, en quienes sufren más precarización laboral y alcanzan mayores niveles de desocupación; en quienes están a cargo del cuidado de personas dependientes, quienes sufrieron y sufren la violencia dentro de sus propias casas, donde estuvieron confinadas durante un año”, señala el documento.
“Hoy cada vez es más importante que en las medidas de atención a la población más afectada, así como en las políticas públicas de reactivación, la perspectiva de género sea parte fundamental de las herramientas para pensar el futuro. Sin nosotras y nosotres nada”, agrega la misiva.
En este mismo documento, la Intersocial Feminista reiteró su llamado a “descentralizar las manifestaciones este 8 de marzo, salir a las calles de los barrios, a las plazas con un cartel, con una cacerola, un megáfono. Para que nuestras voces sean escuchadas. Tengamos los cuidados necesarios para evitar la propagación del virus”.
Ante esta solicitud, el Pit-Cnt resolvió no decretar el paro, delegando en cada sindicato la decisión de convocar a parar el 8M. “La mesa representativa resolvió exhortar a los sindicatos y convocar pidiendo que sus direcciones apoyaran la jornada del 8M con un paro de 24 horas de mujeres. Eso va a quedar en libertad de cada dirección sindical si convocan o no al paro y el respaldo no corresponde a la central, sino a cada dirección», le dijo a Subrayado la responsable de Género y Equidad de la central, Milagros Pau.
Con respecto a la resolución, la dirigente sindical expresó: “Con todo el camino que llevamos recorriendo en el movimiento sindical y con toda la discusión que venimos dando pensamos que habíamos avanzado mucho más en la senda de una reflexión y una concepción de clase y género”.
“Estas resoluciones nos pegan fuerte a las compañeras sindicalistas feministas y aparte de alguna manera nos provocan a seguir luchando y redoblar el debate, además de revisar el rumbo de la discusión a la interna del movimiento sindical”, agregó.
Por otro lado, Pau informó que la discusión continuará más allá del 8 de marzo. “Nos volveremos a reunir, replantearemos la estrategia y seguiremos discutiendo el tema. Lo que nos parece más grave es que dentro del movimiento sindical tengamos que dar esta discusión año a año y no se plantee como una cosa que es real, existe y no podemos seguir invisibilizando”.