El 40 % de países de ingresos bajos y medio-bajos no prestaron el apoyo necesario a los alumnos de menos recursos o más rezagados durante el cierre masivo de escuelas por el confinamiento, asegura en un documento la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
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Entre las revelaciones que contiene el informe destaca el hecho de que apenas ninguna mujer procedente de un entorno rural pobre consigue completar la enseñanza secundaria en al menos 20 países, la mayoría de ellos en el África subsahariana.
Las diferencias no se aprecian solo entre diferentes Estados sino en el seno de los propios países: en los de ingresos medios y bajos es tres veces más probable que los adolescentes más pudientes terminen el primer ciclo de la secundaria que los de familias más desfavorecidas.
Al mismo tiempo, en los países más pobres, quienes sí completan el primer ciclo de secundaria y vienen de hogares más acomodados gozan del doble de probabilidades de tener conocimientos básicos de lectura y matemáticas.
Por todo ello, insta a los países a centrarse en aquellos escolares que se han quedado rezagados cuando las escuelas vuelvan a abrir sus puertas, a fin de fomentar sociedades más resilientes e igualitarias.
«Para estar a la altura de los desafíos de nuestro tiempo es imperativo avanzar hacia una educación más inclusiva. Repensar el futuro de la educación es más importante tras la pandemia de la COVID-19, que exacerbó y puso de relieve las desigualdades», aseguró la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay.
Para el director del informe, Manos Antoninis, la COVID-19 ha dado a todo el mundo «una verdadera oportunidad de repensar nuestros sistemas educativos».
Fuente: EFE