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La empresa desoye recomendaciones del ministerio de Trabajo

Aluminios del Uruguay: una inversión que afecta a los trabajadores

Caras y Caretas Portal, entrevistó a Federico Barrios, dirigente sindical en Aluminios del Uruguay (UNTMRA) para conocer las características del conflicto que mantienen con dicha empresa.

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Caras y Caretas Diario

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El sindicato único Nacional de Trabajadores del Metal y Ramas Afines (UNTMRA) se encuentra en lucha en el zonal «C».

El conflicto se localiza en la empresa Aluminios del Uruguay y su centro es la defensa de los puestos de trabajo y en defensa de la organización sindical.

La pasada semana, los trabajadores de esta empresa comenzaron una serie de actividades que permitieran visibilizar la situación en la que se encuentran varios de sus trabajadores.

Para interiorizarse en la problemática de estos trabajadores, Caras y Caretas Portal, entrevistó a Federico Barrios, dirigente sindical en dicha empresa.

De acuerdo a lo informado por Barrios, la organización sindical mantuvo, desde los comienzos mismos de la situación de emergencia sanitaria, una postura de diálogo con la empresa, evitando de esta forma que se produjeran situaciones que afectaran a los trabajadores.

“En una de las reuniones mantenidas por la cuestión de la definición de los protocolos sanitarios, participa el dueño de la empresa Jorge Soler el cual se compromete delante del comité de base que en el caso que por la pandemia disminuyera el trabajo, se agotarían todas las posibilidades para no enviar a nadie al seguro y mantener la relación laboral con todos los trabajadores”, nos explicó el dirigente sindical.

Esta posición, de la directiva de la empresa, fue acogida con beneplácito por los trabajadores.

Pasados unos días de esta comunicación, y sin que se hubiera detenido en momento alguno la producción, el sindicato realiza nuevas consultas a la dirección de Aluminios del Uruguay, con vistas a conocer qué posibles afectaciones pudiera estar generando la situación de la pandemia en la actividad económica de la misma.

“En dicha reunión la jefatura de la empresa señala que, por lo menos hasta fines de agosto, había trabajo seguro para todo el mundo, quedando los trabajadores, una vez más confiados y tranquilos en lo que nos habían manifestado”.

Sin embargo, pasada una semana de esta comunicación, la dirección sindical recibe la comunicación, por parte de la empresa, que varios trabajadores irían al seguro de paro, la mayoría de los cuales son trabajadores “que trabajan en planta y el resto en tareas de mantenimiento”.

“Casi todos los trabajadores que quedaron en esta situación, eran trabajadores con vínculos sindicales importantes, se los envía al seguro con la excusa de una evaluación sui géneris de la empresa con respecto a la asistencia, una evaluación que define incluso las faltas por enfermedad como ausentismo”.

Desde ese mismo momento, nos señala el dirigente sindical, se inicia el proceso bipartito de negociación, en esas instancias “el sindicato acercó una serie de propuestas, tales como reducción de la jornada, rotaciones del seguro de paro, renuncia al salario variable (que sale de las ganancias de la empresa) por parte de los trabajadores afiliados a la organización sindical como forma de contribuir a que se mantuvieran los puestos de trabajo, sin embargo lo que se obtuvo fue una rotunda negativa por parte de la empresa”.

Barrios nos señala que una característica del seguro de paro al que fueron enviados los trabajadores, es que el mismo se renovaba mes a mes, es decir no era “seguro de paro por cuatro meses como se estila, lo cual generaba más incertidumbre en los trabajadores afectados por el mismo”.

Para el sindicato, la posición de la empresa con relación a la medida asumida de enviar al seguro de paro a los trabajadores se contradecía con, por ejemplo, con “la continuidad de la tercerización de las tareas de mantenimiento, a pesar de que había trabajadores de ese sector en el seguro”.

Esto era contradictorio, además, porque en julio al reintegrase a parte de los trabajadores que estaban en seguro y en función de un aumento del trabajo, la empresa realizó nuevos ingresos de personal efectivo, así como de trabajadores eventuales.

Ante este escenario de respuestas negativas y la “desaparición” del responsable de la empresa en las instancias de negociación bipartita, se decide acudir al ministerio de Trabajo para que intermedie en el conflicto.

“En el ministerio de Trabajo la resolución que se tomó, bajo las recomendaciones específicas del ministerio fue de no perder más puestos de trabajo y menos en la situación actual del país y de la empresa, ya que no es una empresa con dificultades financieras asociadas a la pandemia”, explicó Barrios.

Para el ministerio de Trabajo, nos agrega Barrios, la empresa no estaba en condiciones que justificaran el “uso del seguro de paro”, algo que desde el sindicato se evalúa como una herramienta de represalia sobre la actividad sindical de los trabajadores que aún están en situación de seguro de paro.

“La empresa desoye todo lo que el ministerio les dice y comunica al sindicato que la única respuesta que les puede dar es que van a esperar a que concluya el seguro de paro de los trabajadores y recién entonces evaluarían si extienden el seguro o los rotan, no solo no se compromete a nada, sino que, específicamente no se compromete a mantener sus puestos de trabajo”.

Para el sindicato, este tipo de respuesta es “una tomada de pelo”, ello determinó que se realizara una Asamblea General “donde se decidió se comenzara tomar una serie de medidas para seguir apostando a la negociación y a la defensa de las fuentes laborales”.

Estas acciones han implicado, por ejemplo, “la realización el pasado martes de un paro parcial, así como actividades de información pública sobre la situación por la que se atraviesa”.

La empresa ha realizado, en este período de emergencia sanitaria, una importante inversión que también ha sido usada como argumento explicativo para el envío y mantenimiento de los trabajadores al seguro de paro.

“Mientras el dueño de la empresa, comunica en nota al diario El País que Aluminios del Uruguay, apuesta a la mano de obra nacional, paralelamente tiene trabajadores en el seguro de paro, cuando está contratando trabajadores nuevos, trabajadores eventuales y continúa tercerizando las tareas de mantenimiento en la empresa”, denuncia barrios en sus declaraciones a Caras y Caretas Portal.

Más allá de las declaraciones, realizadas por el dirigente sindical con respecto a la situación de los trabajadores en Aluminios del Uruguay, resulta interesante recordar, parte de lo dicho en la nota realizada a su gerente General por el diario El País, el pasado 3 de julio:

“La pandemia no frenó a Aluminios del Uruguay. Por el contrario, la empresa de más de 60 años en el mercado local aprovechó la disminución de la demanda en este período para realizar el cambio previsto de su principal equipo de fabricación: la prensa de extrusión.

En unas seis semanas, lograron instalar y poner en acción la nueva maquinaría que aporta calidad, velocidad y más variedad en la creación de perfiles de aluminios. “Para este período nos habíamos previsto de un stock grande para no descuidar a nuestros clientes y funcionó muy bien”, contó el director de Aluminios del Uruguay, Jorge Soler (…) Llevar adelante esta modernización no fue una decisión sencilla. La renovación implicó una inversión que ronda US$ 1 millón, de los cuales dos tercios correspondieron a la nueva prensa de extrusión”.

Lo que no se dice en la nota del diario El País, es el costo que esta “modernización” anunciada por el Gerente General de Aluminios del Uruguay, viene afectando a los trabajadores.

 

 

 

 

 

 

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