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Tolerar la intolerancia

Verónica Alonso pidió tolerancia para Álvaro Dastugue

La senadora blanca escribió una carta abierta en defensa de su compañero de lista, el pastor evangélico Álvaro Dastugue, debido a las críticas vertidas sobre él por políticos y periodistas.

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La senadora del Partido Nacional Verónica Alonso escribió una carta abierta en la que defendió a su compañero de lista Álvaro Dastugue. La legisladora reclamó tolerancia para los que, como el pastor evangélico, consideran que los homosexuales “están fuera de la voluntad dios”. “Ayer sentí que lo tiraron a la hoguera de las redes sociales y algunos medios tradicionales de comunicación por el solo hecho de pensar distinto de los nuevos rectores de la moral pública”, señaló Alonso en su texto. La legisladora lamenta que la sociedad haya caído en el «revanchismo» porque los que antes discriminaban ahora son discriminados. “Los que antes juzgaban y señalaban a quienes eran «raros, «enfermos» u otros disparates y descalificaciones para someterlos al escarnio público y a la inquisición social por el solo hecho de ser distintos, […], hoy se han convertido en las víctimas. Lo que no creía que iba a pasar era que quienes sufrieron esa horrorosa segregación social, se volvieran los nuevos juzgadores por acción u omisión”. Asimismo, Alonso reconoció por su parte no querer eliminar las nuevas leyes enmarcadas en la agenda de derechos, aunque “algunas de ellas no he votado, o no han sido votadas por muchos legisladores del Partido Nacional”. No obstante, aclaró que en ningún caso se distanciará Álvaro Dastugue. “Nunca un agravio saldrá de mi boca para con otro compatriota, y menos aún si es un correligionario blanco”, concluye la carta.

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Carta completa de Verónica Alonso: De corazón Les escribo para contarles qué pasa por mi mente y por mi corazón. En estos días hemos asistido a un terrible ataque en contra de un dirigente que apoyó a nuestra lista al senado y a Jorge Larrañaga a la presidencia en las últimas elecciones nacionales: el diputado Alvaro Dastugue. Ayer sentí que lo tiraron a la hoguera de las redes sociales y algunos medios tradicionales de comunicación por el solo hecho de pensar distinto de los nuevos rectores de la moral pública. En los últimos 5 años el Uruguay ha finalmente modernizado su legislación con respecto a la comunmente llamada «agenda de los nuevos derechos». La gran mayoría de los uruguayos estamos felices con esos derechos consagrados como leyes. Sí, ya sé que algunas de ellas no he votado, o no han sido votadas por muchos legisladores del Partido Nacional, pero también es cierto que muy pocos creen que se deben eliminar todas esas nuevas leyes. Evolucionamos en algunos casos y ya estuvimos convencidas desde el principio en otros. El Partido Nacional ha evolucionado. Alguna es mejorable, alguna discutible; y una, sí, sigo creyendo que se debe derogar algunos de sus aspectos; me refiero a lo relacionado con la plantación, distribución y venta de marihuana por parte del Estado uruguayo. Esta aclaración me parece importante para que no haya dudas sobre qué creo y opino yo, Verónica Alonso y no, qué creen otros, o peor, lo que otros quieren hacer creer que yo creo. Aclarado esto que es política, paso tal vez a lo mas importante, es la fea sensación que siento, porque creo que el estado emocional que ha tomado la discusión pública, tanto de políticos, ciudadanos partidarios y algunos periodistas, es muy agresiva a veces. No nos estamos dando cuenta de que en lugar de haber evolucionado como sociedad y habernos convertidos en más tolerantes, más inclusivos, caímos en la trampa del revanchismo. Los que antes juzgaban y señalaban a quienes eran «raros, «enfermos» u otros disparates y descalificaciones para someterlos al escarnio público y a la inquisición social por el solo hecho de ser distintos, de no ser «normales», hoy se han convertido en las víctimas. Lo que no creía que iba a pasar era que quienes sufrieron esa horrorosa segregación social, se volvieran los nuevos juzgadores por acción u omisión. Yo creo que debemos seguir militando para que cada uno pueda expresar sus pensamientos, sus opciones y decisiones, sin necesidad de ser señalados por nadie. Tenemos que pelear por ser una sociedad más libre, tolerante e inclusiva, nos gusten todas las opciones y pensamientos o no. Quienes esperen de mí que señale a Alvaro Dastugue y lo separe o eche de nuestro espacio político,no nos conoce nada. Nada. Seguiremos pensando distinto en algunos temas y seguiremos pensando igual en otros, y ambos juntos iremos enriqueciéndonos. Podremos pensar muy distinto en muchas cosas, pero jamás me verán juzgar a nadie por sus ideas o pensamientos, y menos aún por conveniencia política. Prefiero que me vaya mal políticamente a ser una injusta rectora moral de mis compañeros o votantes. Anecdótico y tristemente gracioso es ver a quienes hasta ayer cortejaban a Alvaro Dastugue para que los apoyara, hoy lo usan de combustible político mediático para tratar de dañarnos o ahuyentarnos. No nos preocupa nuestra carrera política tanto como la sociedad en la que vivimos y vivirán mis hijas y mi familia. Espero más de lo mismo,o peor de lo mismo, de quienes no pueden hilvanar una serie de ideas para tratar de conquistar la confianza de los uruguayos. Atacarán a mi familia, o a alguien más de mi entorno. Ya me habían puesto sobre aviso: «Te empezó a ir bien en las encuestas; preparate». Con la misma paz y tranquilidad espiritual les seguiré respondiendo,con más trabajo, más visitas, más ideas, más propuestas, más diálogo y más militancia. Nunca un agravio saldrá de mi boca para con otro compatriota, y menos aún si es un correligionario blanco. Con afecto y esperanza Verónica Alonso

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