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Política

Inseguridades eran las de antes

¿A qué le tiene miedo Sanguinetti?

En las últimas semanas Julio María Sanguinetti largó su campaña electoral con el objetivo de fortalecer al Partido Colorado y ser el centro de esa coalición de oposición que planea, con todas las herramientas posibles, sacar al Frente Amplio del gobierno. Hasta el momento las propuestas de campaña no han aparecido de forma clara, sin embargo, el discurso del enfrentamiento, el miedo y un mesías como solución ha aparecido de forma recurrente.

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Por Matías Matta

 

Como si estuviéramos en 1984, la frase “el cambio en paz” ha sido utilizada por Sanguinetti como forma de marcar la cancha, tratando de posicionarse él mismo como el único camino hacia un cambio. El mismo discurso que a la salida de la dictadura, pero con un escenario completamente diferente.

 

Luego de meses de intriga, el primero de marzo Julio María Sanguinetti se postuló para las próximas elecciones como uno de los precandidatos dentro del Partido Colorado. Los resultados de esa larga espera generaron las expectativas que dicha táctica produce, y a pocos días de su postulación ya estaba en la tapa de varios diarios, era invitado de varios programas de televisión y poco a poco las encuestas lo encontraron a la cabeza, muy por encima del resto de sus contrincantes para las próximas elecciones internas.

Era previsible que esto sucediera: un político de renombre, inteligente, muy hábil en sus declaraciones y sobre todo con un vasto conocimiento del mundo de la política sería recibido con los brazos abiertos en un partido con claros problemas para recuperarse desde las elecciones del año 2004 y, además, sin grandes figuras activas dentro de sus filas luego de la retirada de Pedro Bordaberry. Su lugar dentro de la contienda para las elecciones nacionales de este año estaba reservado, a la espera de su pronunciamiento público.

No obstante, las propuestas de Julio María Sanguinetti y su sector aún no han aparecido y los conceptos del miedo, la inseguridad y los sectores radicales dentro de la política han pululado en sus discursos.

En las siguientes líneas analizaremos qué ha pasado con la criminalidad en los gobiernos de Sanguinetti para ver cómo han afrontado sus dos administraciones este tema. Compararemos estos datos, por un lado, con los dos gobiernos del Frente Amplio para los cuales se tienen datos completos del período, es decir 2005-2010 y 2010-2015. Por otro, realizaremos una comparación con los datos para el año 2017 y, por último, con una serie histórica desde 1985 hasta 2017. Cabe aclarar que se toma 2017, ya que son los últimos datos que ha proporcionado el Ministerio de Interior sobre las variables que se analizarán.

Para este análisis cabe aclarar que los datos obtenidos aparecen en la página del Ministerio del Interior y que para la comparación se tomaron las tasas cada 100.000 habitantes de homicidios, rapiñas y hurtos -si analizáramos los números brutos, no tendríamos en cuenta el crecimiento de la población-. Es decir, al comparar las tasas cada 100.000 habitantes, para cada período de gobierno, tenemos en cuenta la verdadera transformación de estas variables teniendo en cuenta la densidad poblacional de Uruguay.

Si miramos la Tabla 1, vemos que cuando en 1985 Julio María Sanguinetti accedió al gobierno, la tasa de homicidios del año 1984 se había ubicado en 3,7, sin embargo, al finalizar su último año de gobierno, había aumentado a 6,4. El total fue entonces de 2,7 homicidios más cada 100.000 habitantes. Para el caso de las rapiñas, mientras que finalizado el año 1984 la tasa se ubicaba en 26 rapiñas, para fines de 1989 había trepado a 64, lo cual marca que existieron 38 rapiñas más, cada 100.000 habitantes. Por último, para el caso de los hurtos, mientras que a fines de 1984 la tasa de los mismos se ubicaba en 1.067, para fines de 1989 dicha tasa había crecido a 1.590. Es decir, 523 hurtos más, cada 100.000 habitantes.

A su vez, en su segundo mandato, Julio María Sanguinetti recibió el país en 1995 con una tasa de homicidios de 5,8 puntos y al finalizar su último año de gobierno esta tasa había aumentado a la cifra de 6,5, es decir 0,7 homicidios más cada 100.000 habitantes. Para el caso de las rapiñas, mientras que el gobierno colorado recibió el país con una tasa de 96 puntos, para fines de 1999 esta se ubicaba en 158. Lo cual establece que al finalizar este período existían 62 rapiñas más cada 100.000 habitantes. Por último, para el caso de los hurtos, la tasa era de 1.454 al principio de este segundo mandato, mientras que al finalizar el mismo esta se ubicaba en 1608. Es decir que existían 154 hurtos más cada 100.000 habitantes.

Para el caso del primer gobierno del Frente Amplio, este recibió el país en el año 2005 con una tasa de 6,0, mientras que al finalizar el año 2009, dicha tasa se ubicaba en 6,7. Es decir, un aumento de 0,7 homicidios cada 100.000 habitantes. Por otro lado las rapiñas a fines del año 2004 tenían una tasa de 209; para el año 2009 era de 338, lo cual establece que para este último año existían 129 rapiñas más, cada 100.000 habitantes. Por último, para el caso de los hurtos, en el año 2005 el Frente Amplio recibió el país con una tasa de 2.945, mientras que para 2009 esta tasa se ubicaba en 2.799. Lo que significa una disminución de 146 hurtos cada 100.000 habitantes.

Para el caso del segundo gobierno frenteamplista, este recibió el país en el año 2010 con una tasa de homicidios de 6,7, mientras que al finalizar dicho período esta tasa se ubicaba en 7,8. Lo que marca un aumento de 1,1 homicidios más cada 100.000 habitantes. Las rapiñas a fines de 2009 tenían una tasa de 338, mientras que para el año 2014 esta tasa se ubicaba en 538. Es decir, un aumento de 200 rapiñas cada 100.000 habitantes. Por último, la tasa de hurtos a fines del año 2009 era de 2799, mientras que para el año 2014, era de 2945. Lo que significa un aumento de 146 hurtos cada 100.000 habitantes.

Lo primero que nos muestran estos números es cómo el discurso de la inseguridad es un poco más complejo que lo que dicen muchos actores políticos. Si miramos nuevamente la Tabla 1, vemos que para el caso de los homicidios existe un aumento de sus tasas al finalizar cada uno de los períodos analizados. Sin embargo, existen algunas diferencias. Por ejemplo, mientras las tasas de homicidio aumentaron 2,7 y 0,7 durante el primer y el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti respectivamente. Estas mismas tasas aumentaron 0,7 y 1,1 durante el primer y el segundo gobierno del Frente Amplio, respectivamente. Es decir, estos gobiernos colorados presentan tasas en un caso similar y en el otro muy superior a los gobiernos frenteamplistas.

Un segundo aspecto a tener en cuenta es el de las rapiñas; también vemos un aumento de las tasas al finalizar cada período. Aunque cabe destacar que en este caso las tasas de los gobiernos frenteamplistas son superiores a las de los gobiernos de Julio María Sanguinetti.

Finalmente, las tasas de hurtos muestran un aumento al finalizar los gobiernos del Partido Colorado, pero una disminución radical en el primer gobierno frenteamplista, para luego volver a crecer, aunque por debajo de las tasas de 1989 y 1999.

Es decir que no sólo el gobierno de Julio María Sanguinetti no pudo disminuir la criminalidad, sino que esta aumentó más, en las variables homicidios y hurtos, que en los gobiernos del Frente Amplio. La única disminución del crecimiento de los hurtos también se da en un gobierno del Frente Amplio.

Por último, la Tabla 1 muestra también los últimos datos publicados por el Ministerio del Interior, es decir, los datos del año 2017. Al realizar la comparación con este año vemos cómo, mientras que en los gobiernos colorados los aumentos de las tasas de homicidio, cada 100.000 habitantes, fueron de 2,7 y 0,7, en 2017 el aumento fue sensiblemente menor, ubicándose en 0,3. Para el caso de las rapiñas, vemos cómo nuevamente la primera disminución, en la comparación de estos períodos de gobierno, se da en un gobierno del Frente Amplio. Mientras que las tasas de rapiñas aumentaron 38 y 62, cada 100.000, en los gobiernos colorados, en 2017 esta tasa bajó 25 puntos. Por último, la tasa de hurtos para 2017 aumentó 211 puntos, mientras que los aumentos en los gobiernos de Julio María Sanguinetti fueron de 532 y 154, cada 100.000 habitantes.

En tanto, si miramos la Tabla 2, vemos cómo el tema de la criminalidad a lo largo del tiempo ha sido un tema difícil de abordar, ya que las tasas de las variables analizadas han aumentado en casi todos los períodos analizados, entre 1985 y 2017. En el caso de los homicidios, sólo el gobierno de Jorge Batlle logró disminuir la tasa de homicidios cada 100.000 habitantes. En el caso de las rapiñas, sólo el último gobierno frenteamplista logró disminuir dicha tasa en los últimos 32 años, y para el caso de los hurtos, se encuentran dos descensos, en el período 1990-1994 y en el período 2005-2009.

Conclusiones                                      

Los gobiernos del Frente Amplio han tenido serios problemas para frenar los aumentos en las tasas de las variables analizadas. De todas formas, estas comparaciones nos muestran cómo el tema de la criminalidad es un fenómeno complejo que ningún gobierno desde 1985 ha podido resolver. El discurso, entonces, de aquellos actores políticos que ubican al partido de gobierno como el problema principal que no permite resolver estas cuestiones no es más que política para la tribuna. Es decir, un discurso que, bien armado, pero escondiendo contenido, trata de encontrar un culpable y un enemigo para sacar rédito político. Pero la verdad es que los gobiernos colorados poseen los mayores aumentos de tasa de homicidios, +2,7 cada 100.000 habitantes en el período 1985-1990, y los mayores aumentos de las tasas de hurtos, +523, entre 1985-1990, y +1.337, entre 2000 y 2005.

Julio María Sanguinetti, en entrevista con radio Carve el día 6 de marzo dijo:

“La emergencia es real, estamos en una emergencia de inseguridad, sin ninguna duda”. Más adelante aseguró: “Nuestra gran diferencia actual con el gobierno es que no reconoce este problema”.

Cabría preguntarse que diría entonces Julio María de las cifras finales de los períodos de gobierno del Partido Colorado, pero en especial de los gobiernos en los que estuvo al frente. Ya que sin tener que enfrentarse a los niveles de vida que dejó la crisis de 2002, no pudo hacer descender un solo indicador de los que tantas veces menciona en sus apariciones públicas.

¿A qué le tiene miedo Sanguinetti entonces? A otro gobierno frenteamplista, que en caso de poder solucionar los problemas de inseguridad, que ningún otro partido ha podido solucionar, seguiría mejorando la calidad de vida de los uruguayos como ningún otro partido, a partir de 1985.

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