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Mundo

Acuerdo de Promoción y Protección de Inversiones chino – europeo tuvo luz verde

En un artículo en el portal Utopía el dirigente frenteamplista y ex embajador Carlos Pita, analiza el acuerdo entre China y la Unión Europea que avanza «a paso de gigantes».

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«El Acuerdo de Promoción y Protección de Inversiones chino – europeo tuvo luz verde de los 27 países miembros de la Unión Europea este lunes. Las negociaciones iniciadas hace más de seis años tuvieron un salto cualitativo decisivo, al anunciar las autoridades chinas su disposición a ceñirse a los estándares laborales de la Organización Internacional del Trabajo. La Comisión Europea lo anunció hace pocas horas, al conocerse el compromiso laboral de China, y el acuerdo será suscripto en breve. Salvado este escollo, con su firma queda expedito el camino para un acuerdo de libre comercio entre China y la Unión. Los inversores europeos logran un tan ansiado como formidable espacio y China consolida su penetración al mercado europeo, dando un paso de dimensiones geopolíticas de gran alcance. Distendiendo incluso las tensiones con Europa generadas por la nueva legislación sobre Hong Kong, duramente criticadas por la Unión Europea. Se puede considerar este tratado, como uno de los más importantes de la historia.

La catastrófica herencia geopolítica de Donald Trump aparece en el último suspiro de su gestión. El alejamiento de Trump de Europa, la retirada del Acuerdo de Paris (sobre cambio climático), la ruptura del acuerdo con Irán y la salida del TPP (el acuerdo del Pacífico impulsado por Obama para impedir la hegemonía china en la región Asia – Pacífico), le ha legado a Joseph Biden una “América Sola” en lugar de la “América Primero”, como el futuro presidente de Estados Unidos dijo en su campaña. Trump le sirvió a China en bandeja, la culminación del acuerdo comercial más grande de la historia; el RCEP (Acuerdo Regional Comercial Comprensivo) que abarca a los paises del ASEAN más China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelandia. El Acuerdo chino-europeo es un golpe duro para el propósito de Biden de restablecer la histórica alianza transatlántica con Europa. Ya reaccionó la futura administración, expresando su preocupación y su incomodidad; “agradecería consultas tempranas con nuestros socios europeos de nuestras preocupaciones comunes sobre las prácticas económicas de China “expresó en Twitter Jack Sullivan, el designado asesor del Consejo de Seguridad Nacional de Joe Biden, al conocerse la inminente firma del acuerdo. Esto demuestra que China ha pasado de ser el gigante asiático para convertirse en poco tiempo en un gigante mundial. Su postura ante la Unión Europea exhibe por primera vez flexibilidad en la negociación de los estándares laborales. Si esto se consolida, abre caminos de posibles futuros entendimientos en materia de inversiones y comercio que deben dinamizar e incentivar las acciones de política exterior en todos los países que pretendan defender los derechos laborales, en forma paralela a la atracción de inversiones externas directas.

En medio de la crisis mundial en curso, debido a las consecuencias económicas y sociales de la pandemia, la dinámica de la política exterior de Uruguay tiene que cambiar. Lacalle Pou se equivocó en su alineamiento con la administración saliente de los Estado Unidos. Se desconoce  su política de asegurarse el suministro de vacunas para el coronavirus, cuando ya debería contarse con un plan de vacunación. Actuó con soberbia hacia la oposición, ignorando y desperdiciando un capital nacional de política exterior de Estado que nuestro país fue acumulando en democracia. Ante un mundo en crisis, con una dinámica vertiginosa de movimientos geopolíticos globales, con una incertidumbre pocas veces vivida, se impone un cambio de rumbo, en contenidos y formas, que busque consensos sobre la inserción de Uruguay en el mundo y salga de la deriva en la que se encuentra. La distribución del “poder mundial” se está procesando en forma acelerada. Las grandes potencias como China dan pasos de gigante.

El nuevo orden y la nueva gobernanza mundial se construirán  en función de iniciativas y posturas firmes y ambiciosas, ubicados en nuestras posibilidades y utilizando todos los aportes de la sociedad en una política exterior de Estado. Se debería comenzar por la creación de un ámbito nacional sin exclusiones para lograr caminos de acceso a vacunas, y para enfrentar las dificultades buscando acuerdos solidarios reales para los sectores más castigados por la desocupación y la recesión. Un país no sale dividido de esta grave crisis. Menos con una conducción concentrada y excluyente de carácter personal.»

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