Los fuegos artificiales existen desde hace más de mil años, y se han convertido en el sello indiscutible de cualquier celebración. Los países donde fueron prohibidos quedaron expuestos a graves riesgos que las empresas uruguayas que se dedican al rubro buscan evitar.
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Es por ello que propietarios de algunas firmas locales aseguraron que «prohibir no es el camino» ya que «se trabaja permanentemente en las mejoras de los productos para lograr garantías de mayor seguridad y menor riesgo».
Explicaron que ya quedó demostrado que la prohibición hace que se pierdan miles de puestos de trabajo directo o indirecto, y dispara el negocio clandestino con un almacenaje sin controles que representa un serio riesgo.
«Esta situación ya ha provocado terribles accidentes en países donde no existe control sobre el mercado negro, ya que al no haber registro de la calidad de los productos, la posibilidad de accidentes se incrementa», señalaron.