El diputado y secretario general del Partido Socialista, Gonzalo Civila, dijo a Caras y Caretas que se puede dar a conocer un mensaje alternativo al que plantean los medios de comunicación y el Gobierno a partir de la movilización y el trabajo en los barrios y organizaciones sociales. “Uno puede tener la voluntad de plantar un mensaje, generar un diálogo con la sociedad, pero a veces no es sencillo hacerlo porque hay medios, lógicas que conspiran contra eso […] Pero se puede desafiar el cerco mediático trabajando mano a mano con la gente”, dijo a esta revista Civila. El Partido Socialista mantuvo el fin de semana una reunión de su Comité Central, destinado a analizar la coyuntura política actual, el rol opositor del Frente Amplio (FA), la sucesión de Javier Miranda en la presidencia de la fuerza política y el futuro del sector. Civila aseguró que en esa reunión se observó la necesidad de “fortalecer el mensaje socialista para potenciar una alternativa a la hegemonía actual que claramente expresa a clases y sectores cuyos intereses no son los de las mayorías”. “Es claro que los espacios que podamos tener para dar esos debates a nivel de los grandes medios son escasos porque hay una relación orgánica entre los grandes medios y la propuesta que sostiene el gobierno, que es en defensa de los intereses clasistas de la burguesía. Allí hay una dificultad, pero creemos que primero hay que pensar todos los espacios disponibles y siempre que se pueda hacer referencia a esta cuestión, a la necesidad de soñar con una sociedad distinta, poner sobre la mesa las enormes contradicciones y visualidades que genera el sistema que vivimos y también las terribles consecuencias de las políticas que se llevan adelante por parte del gobierno”, agregó. Consideró que el “primer frente” es el “mano a mano con la gente”. “Queremos poner nuestro eje en el trabajo en el territorio, en organizaciones sociales, en el diálogo con la sociedad más mano a mano, reconciliar la vida cotidiana de las personas con la política”, expresó.
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El fin de semana pasado el Partido Socialista definió su plan político para este año. ¿Cuáles son los principales temas que se analizaron?
Nosotros hicimos una sesión de dos días, de alrededor de diecisiete horas. Estuvimos intercambiando sobre el contexto político, económico, social a nivel internacional, regional y nacional; también sobre los objetivos de trabajo para el año y sobre las tareas principales que el partido se propone para llevar adelante esos objetivos. Eso lo determinamos en un plan político, que es un documento que fue elaborado sobre la base de lo que se discutió en el Comité Central pero también de los aportes que recibimos de los organismos de base del partido y de compañeros que realizaron sus propios aportes.
Nos propusimos que la elaboración del plan político en lugar de ser exclusivamente del Comité Central tuviera la participación directa de los organismos de base del partido y de todos los compañeros que quisieran aportar. Es algo que la verdad nos parece muy importante y salió muy bien. A partir del debate del propio Comité Central ese documento fue enriquecido. El domingo trabajamos sobre los temas del Frente Amplio en estos 50 años, pensando un poco nuestro aporte y algunas tareas a llevar adelante en relación a la izquierda.
¿Qué objetivos se trataron?
El plan en sí está enmarcado en un año de trabajo, de marzo de 2021 a marzo de 2022. Salimos de un ciclo electoral que se prolongó mucho, el año pasado estuvo muy signado por la pandemia que también afectó bastante la actividad virtual de las organizaciones políticas y organizaciones sociales y entramos en un año que a nosotros nos parece que tiene otras características. Va a ser un año muy difícil para Uruguay, para las mayorías populares, todo indica que va a ser durísimo desde el punto de vista de la caída del salario, incremento de la pobreza y de desempleo. Vemos esta situación con mucha preocupación, pero además nos parece fundamental poder responder como partido a los desafíos que nos plantee este escenario. Tenemos dos grandes objetivos generales que el partido se propuso, que tienen que ver con la construcción de poder popular y con fortalecer el mensaje socialista para potenciar una alternativa a la hegemonía actual que claramente expresa a clases y sectores cuyos intereses no son los de las mayorías. Entonces, con la construcción de poder popular y la de reforzar el mensaje y la propuesta ideológica socialista es que articulamos una serie de objetivos más específicos que todos van en la línea que nosotros llamamos nuestra estrategia de democracia, que se apoya en la necesidad de fortalecer el poder popular, de la gente organizada. Dentro de este marco nos planteamos fortalecer nuestra presencia en todas las iniciativas solidarias de tipo comunitario, social, que los militantes participen de iniciativas. También queremos seguir trabajando en un programa que habíamos desarrollado el año pasado de solidaridad y de emergencia. Nos planteamos que esa presencia en iniciativas comunitarias nos puede permitir pensar en alternativas. Además, queremos alentar la construcción de una corriente socialista en el movimiento popular, que las ideas socialistas se puedan expresar con más nitidez y claridad y aporten a la síntesis del conjunto de la izquierda. Nosotros creemos que la forma de fortalecer la unidad de la izquierda y su síntesis no es desdibujando nuestra identidad sino, por el contrario, haciendo un aporte desde nuestra identidad social. Sentimos que el partido viene de una etapa en la que su aporte, su voz, su presencia con un mensaje propio se había desdibujado y nos parece muy importante afirmar esta línea de trabajo y hacerla en conjunto con otros. Cuando hablamos de una comunidad socialista no solo es el partido, sino poder construir con otras organizaciones políticas, sociales, personas que estén dispuestas a trabajar en el marco de una propuesta postcapitalista y radicalmente democrática. Son dos señas de identidad muy importantes del socialismo. También tenemos otros objetivos que tienen que ver con fortalecer el Frente Amplio, con la renovación y el fortalecimiento de la conducción del FA, tenemos objetivos que tienen que ver con cuestiones vinculadas a lo regional y a lo internacional. El partido tiene vínculos con organizaciones de distintas partes de la región y del mundo. Seguir trabajando en una agenda global de transformaciones, esta crisis que vivimos ha dejado muy de manifiesto las contradicciones del sistema capitalista, estamos en sociedades donde la propia política partidaria ha tenido una crisis de legitimidad muy fuerte y vemos sin embargo que hay participación social muy importante pero fragmentada en torno a distintas causas que debemos incorporar en nuestra práctica política. Allí el diálogo con todas esas causas es un objetivo muy importante para el partido. Hay un gran objetivo inmediato que es el primero, el más importante en este momento, que es la recolección de firmas para habilitar el referéndum por los 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración. Ahí se anulan muchas luchas que tienen que ver con defender algunas conquistas que la sociedad uruguaya había logrado. Hay una oportunidad muy fuerte para el diálogo entre organizaciones sociales y otros actores. Además, en el marco del congreso del Frente, pretendemos sintetizar de forma participativa y creativa del proceso de autocrítica del FA.
Uno de los temas que usted mencionó es plantear un mensaje socialista alternativo. Muchos dicen que hay una clara tendencia de los medios a favorecer al gobierno. ¿Cómo se plantea el Partido Socialista tratar de dar un mensaje distinto al que los medios están dando?
Muy interesante la pregunta. Uno puede tener la voluntad de plantar un mensaje, generar un diálogo con la sociedad, pero a veces no es sencillo hacerlo porque hay medios, lógicas que conspiran contra eso. Nosotros hacemos ese diagnóstico sobre el papel de los grandes medios. Es claro que los espacios que podamos tener para dar esos debates a nivel de los grandes medios son escasos porque hay una relación orgánica entre los grandes medios y la propuesta que sostiene el gobierno, que es en defensa de los intereses clasistas de la burguesía. Allí hay una dificultad, pero creemos que primero hay que pensar todos los espacios disponibles y siempre que se pueda hacer referencia a esta cuestión, a la necesidad de soñar con una sociedad distinta, poner sobre la mesa las enormes contradicciones y visualidades que genera el sistema que vivimos y también las terribles consecuencias de las políticas que se llevan adelante por parte del gobierno. Creemos que hay un primer frente para hacer este trabajo que es el mano a mano con la gente, nosotros queremos poner nuestro eje en el trabajo en el territorio, en organizaciones sociales, en el diálogo con la sociedad más mano a mano, reconciliar la vida cotidiana de las personas con la política. Entonces cómo desafiar ese cerco mediático obviamente requiere de mucho ingenio, no es una cosa fácil de hacer, pero desde nuestro punto de vista hay un escenario fundamental para hacerlo que es la movilización y el trabajo mano a mano con la gente, en los barrios.
Usted habló sobre la renovación y conducción del Frente Amplio. ¿Cuál es la opinión del Partido Socialista con miras a la elección del presidente del FA?
El partido está convencido que el FA debe asumir un nuevo escenario político, que no pasa solamente por el cambio de gobierno. Hubo una derrota política que tiene muchos impactos y consecuencias, pero además nosotros sentimos que el mundo y la sociedad uruguaya han cambiado mucho, que hoy la relación política de la izquierda no puede pensarse en los mismos términos que hace 20 años, hay una crisis fuerte de legitimidad de la política, tal vez en Uruguay sea con menos virulencia que en otros lugares pero sentimos que buena parte de la participación más instituyente, más transformadora que se da en la sociedad, no está siendo canalizada por los partidos políticos. Nos parece que necesitamos hacer de nuestras organizaciones más porosas con lo que pasa en la sociedad, que tenga un diálogo más fluido y que se planteen sus propias dinámicas y que puedan ser un poco más osadas en proponer alternativas, en dar discusiones que tienen que ver con el sistema mismo y poder meterlos en las discusiones sobre el poder que nos parece que muchas veces han quedado bastante marginadas en el debate de la izquierda en los últimos años. Creemos que la izquierda necesita asumir esa nueva realidad. Para eso requiere renovar su conducción, no por los nombres, no por las personas, sino sobre todo por trazarse un plan de trabajo, unas orientaciones. Nos parece importante que eso se realice antes de la elección para que el congreso fije orientaciones de futuro y termine de elaborar su autocrítica, porque parece que esa autocrítica es un puntapié inicial para pensar también en una estrategia de futuro. Tenemos que potenciar el contacto del FA con el entramado social. Estamos convencidos de que solamente desde una nueva unidad social se va a poder construir la unidad política que necesita el país. El Frente Amplio nace también como parte de un proceso de construcción de unidad social y hoy la realidad del mundo y en Uruguay ha cambiado mucho. Hay una enorme cantidad de organizaciones, a veces muy dispersas, fragmentadas, creo que el camino de la antisocial es muy interesante para tratar de avanzar en una síntesis de esa nueva realidad. Alentar eso va de la mano con alentar un fortalecimiento y una renovación del FA para ser capaz de leer esa realidad que está sucediendo, tener un diálogo muy abierto y desde allí relanzar su unidad política y su proyecto.
Usted mencionaba que hay una crisis de la política, ¿cree que incidió en que el FA perdiera las elecciones y en la aparición de Cabildo Abierto?
Sin duda, porque la crisis de la política tradicional es un caldo de cultivo para que aparezcan expresiones que se presentan como desafiantes, dicen: no venimos de la política, no somos políticamente correctos, y desde allí pueden canalizar el descontento que existe en sectores de la sociedad con las estructuras políticas tradicionales. Vemos cómo un problema grande, no solo en la sociedad uruguaya, está pasando con mucha más agresividad en otras partes del mundo, que sectores de ultraderecha sean los que canalicen ese malestar con la política, con la democracia, porque eso puede llevar a un enorme retroceso en derechos, libertades, en calidad democrática para los países, entonces desde nuestro punto de vista a esas crisis lo que hay que contraponerles es una reconfiguración de los instrumentos populares de la política en un horizonte que es el del humanismo radical. Recordemos que estos sectores de la ultraderecha tienen posiciones muy dominantes, autoritarias con concepciones muy excluyentes, como la xenofobia y el racismo.